La derrota electoral desata nuevos enfrentamientos entre los socialistas
Dominique Strauss-Kahn, antiguo ministro de Economía y Finanzas y líder de la corriente socialdemócrata dentro del Partido Socialista francés, cree que "el PS atraviesa evidentemente una crisis". Según este dirigente, que se enfrentó a la candidata Ségolène Royal en las primarias socialistas, la derrota en las presidenciales ha evidenciado que desde 2002 han sido "incapaces" de renovarse y el gran problema es que, ante cada disyuntiva, "no se han tomado decisiones".
Mientras el primer secretario, François Hollande, discutía sobre "las reuniones que, tras las legislativas de junio, habrá que convocar para refundar un gran partido de la izquierda", Strauss-Kahn insistía en que "el problema no está en el nombre del partido sino en sus ideas. Y las nuestras no han atraído a los franceses".
Hollande propuso que el nuevo PS podía llamarse "Partido de la Izquierda o, ¿Por qué no?, la Izquierda a secas". A Strauss-Kahn la cuestión se le antoja absurda: "Tenemos tendencia a escapar de los problemas reales refugiándonos en maniobras institucionales". El antiguo ministro de Lionel Jospin no quiere tampoco que se decida el nombre del candidato a las presidenciales de 2012 dentro de pocos meses: "Eso no tiene ningún sentido. Si esta vez se ha elegido demasiado tarde, eso no significa que lo lógico sea hacerlo ahora. Un año y medio antes de la elección sería lo correcto".
En sus declaraciones Fraçois Hollande no aceptó que la línea de su futuro gran partido de la izquierda francesa "pueda ser socialdemócrata, un vocabulario envejecido, de hace veinte o treinta años", pero tampoco lo admitió inspirado en el modelo de Tony Blair "pues el social-liberalismo ha pasado de moda". En definitiva, y siempre según Hollande, "hay que inventar".
Para Strauss-Kahn la inventiva es un valor pero no cree que Hollande, compañero sentimental de Royal y padre de sus cuatro hijos, sea el depositario de la misma pues "es el principal responsable de la reciente derrota". "Todos lo somos, cada uno a su escala y quien está arriba de todo, pues más que los demás. Nunca el conjunto de la izquierda había recogido tan pocos votos en la primera vuelta".
El alcalde de París, el también socialista Bertrand Delanoë, reivindicó la idea de "responsabilidad colectiva" en el fiasco electoral y aunque admitió que "el Pacto Presidencial de la candidata, Ségolène Royal, tenía defectos también tenía virtudes, eso también puede decirse del trabajo de Hollande, Strauss-Kahn, Laurent Fabius y los demás". "De momento la legitimidad para conducir la campaña de las legislativas es de Hollande pero eso no significa que no haya cometido errores", agregó.
Para Delanoë, "el problema de la democracia francesa hoy es que todo se basa en las personas cuando lo prioritario debiera ser el proyecto y la estrategia debiera derivar de este y la táctica del plan estratégico".
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