La velocidad y el tocino se dan la mano
¿Qué tiene que ver la velocidad de la participación social con el tocino de la inseguridad ciudadana? ¿Poco? ¿Nada? Metan una marcha corta.
Tal y como recoge el Anuario Social de España 2004 del servicio de estudios de La Caixa -del que por fortuna, y vista la enigmática evaporación de su web en los últimos días, quedan todavía algunos ejemplares en papel -el índice provincial de seguridad ciudadana (notas del 1 al 10) es mínimo en el País Vasco, con un 1 para cada provincia. Y el 10 se lo lleva Soria, naturalmente.
El sábado, en el contexto de una discusión sobre las casillas del IRPF concedidas por cada provincia a la Iglesia católica, mi corresponsal Abd el-Krim introdujo un factor inédito hasta el momento en nuestro catálogo de verdades estadísticas: el capital social: "un concepto que viene a resumir un mayor número de relaciones sociales plasmadas en asociaciones civiles, y que según estudios politológicos se correlaciona con la evolución de una sociedad". Estos estudios se hicieron en Italia, con un resultado de "gran capital social en el norte y poco en el sur".
Pues bien, nuestro índice de "convivencia y participación social", que también lo tenemos, da lo siguiente: el capital social es mínimo en Guipúzcoa (1) y máximo en Soria y Cuenca (10). He aquí una correlación directa de las que no se regalan en las tómbolas: a más capital social, más seguridad ciudadana. La velocidad y el tocino se dan la mano.
Más curioso aún, si se fijan, es que Guipúzcoa ostente la marca absoluta en el índice español de "nivel educativo y cultural", con un redondo y luminoso 10. Muy distinta clase de tocino ha de ser ésta, o tal parece.
La inseguridad ciudadana ha sido atribuida, según los casos y las conveniencias políticas, a la inmigración, al desempleo, a la degeneración de las costumbres o a la pura y simple perversión de la mitad del mundo a la que uno no pertenece. Esta vez no tengo yo ninguna teoría de la borrasca que oponer a tanto automatismo psíquico, pero aún así les hago notar lo siguiente: los datos que acabamos de ver desbaratan todos esos prejuicios cegatos. Invéntense otra.
Por lo que toca al sedentarismo, máximo en Toledo y mínimo en Ávila, recogemos esta tormenta cerebral en nuestra sección fija A ti te encontré en un blog:
-Propongo la hipótesis de que en Ávila se dedican al footing alrededor de la muralla, ora por herencia troyana, ora por ponerse fuera del alcance de algún brazo incorrupto.
-El sedentarismo es un término vago, y perdón por el doble sentido, repuso Espejo público. ¿No es acaso la estadística la ciencia de escoger los datos que más nos gustan de la carta que nos ofrecen?
-No, le respondió Eduardo. Eso es la política.
-Sobre ese 80 % de determinismo genético...,dijo Joker, ...a ver si ahora va a resultar que ser pastún está en los genes.
-¡Joker!, dijo una voz sobrecogedora que parecía venir de todas partes y de ninguna. Ser pastún está en los genes, pero ser teresiano también: y los genes son los mismos.
Silencio.
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