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Reportaje:Fútbol | 34ª jornada de Liga

"Es para darte golpes en la cabeza"

Rijkaard y sus jugadores lamentan haber dejado de depender de sí mismos

Perdido el liderato en casa y en el último resuello del partido ante el Betis, a falta de cuatro jornadas para terminar el curso, los futbolistas del Barça abandonaron anoche el estadio con caras largas, conscientes de dónde se encuentran y, lo que les resulta aún más doloroso, cómo se han metido en una situación demasiado incómoda. La describió Xavi perfectamente: "Ya no tenemos la sartén por el mango. Ahora hemos de ganar los cuatro partidos que nos quedan y esperar". Y, en referencia a la jugada que permitió el gol del empate bético, añadió con voz queda: "Hemos tenido una falta de concentración enorme".

Le dio la razón Frank Rijkaard, el entrenador azulgrana. "Hemos bajado la concentración cuando el árbitro apuntaba la tarjeta. No hemos tapado la jugada. Es para darse golpes en la cabeza", convino. "El Betis ha sido listo y ha sacado muy rápido. Nos ha hecho mucho daño. Nos hemos despistado todos en esa jugada", denunció Víctor Valdés, que, antes de ver cómo le fusilaba Sobis en la última jugada del partido, ya había salvado los muebles al Barça en acciones anteriores.

"Confío en que el Madrid acuse ahora la presión y pinche", desea Xavi
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Tras el varapalo en la Copa del Rey el pasado jueves ante el Getafe (4-0 tras haber ganado por 5-2 en la ida), donde el equipo ofreció una paupérrima imagen y quedó apeado de la competición, y el empate a última hora del Betis, que les priva del liderato en la Liga, los ánimos del vestuario azulgrana estaban por los suelos. "Estamos tocados. El ambiente es de decepción", ratificó Valdés con voz entrecortada. "Entre el desastre del jueves y lo que ha pasado contra el Betis, está claro que lo podemos acusar anímicamente", matizó Xavi.

Rijkaard es consciente de lo que suponía para sus jugadores perder el liderato. "Hay que seguir trabajando. En estos momentos es cuando hay que estar encima del futbolista y no dejarle solo", explicó. Se le advinó cierta preocupación por el estado de ánimo que observó. "He visto caras de decepción y he hablado con todos. Como ha dicho Puyol cuando ha entrado en el vestuario, quedan partidos para arreglar esto. Y eso es lo que vamos a hacer", apuntó Rijkaard al tiempo que quitó la responsabilidad a los jugadores: "No me quejo de la mentalidad y la actitud que han demostrado".

Sin otra alternativa que confiar en la reconquista del puesto más noble de la tabla, los futbolistas del Barcelona trataban de recuperar el tono y, de paso, el optimismo: "Confío en que el Madrid acuse ahora la presión y pinche", argumentó Xavi; "quedan 12 puntos y esto da muchas vueltas. Se decidirá todo en la última jornada".

En un alarde de optimismo, el técnico también tiró de esperanza: "Restan partidos y tenemos que seguir peleando por la Liga. Este campeonato todavía no está decidido". Aunque prometió no entrar en el juego de usar las declaraciones como arma contra el rival. "Eso no va conmigo. La guerra psicológica me parece muy bien, pero no es mi estilo", avisó.

Terminado el partido, mientras el público sacaba los pañuelos de sus bolsillos, los mismos pañuelos de reproche con los que recibió al equipo, Rijkaard saludó uno a uno a sus jugadores. Y explicó por qué: "En los momentos difíciles tenemos que estar con los jugadores. A nadie le gusta la situación. A todos nos duele y a ellos más que a nadie. Al igual que hay celebrar las cosas bonitas juntos, también debemos estar unidos en estos momentos".

Eto'o rueda sobre el césped.
Eto'o rueda sobre el césped.VICENS GIMÉNEZ

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