Raikkonen, cada vez más segundón
Aunque nunca se ha quejado abiertamente de las prestaciones de su coche, Kimi Raikkonen está encontrando en Ferrari muchos más problemas de los que él mismo esperaba. Transcurridas sólo cuatro carreras, marcha en la cuarta posición del campeonato, a ocho puntos del líder, el sorprendente Lewis Hamilton, pero también por detrás no sólo de Fernando Alonso, sino de su compañero de equipo, Felipe Massa. Tras dos victorias consecutivas, el brasileño le supera por cinco puntos y comienza a escenificar lo que todos suponían: su fuerte implicación con el equipo le proporciona una situación de privilegio.
Aunque Massa sufrió una rotura de motor en el primer gran premio, que le relegó hasta la 16ª posición en la parrilla de salida y le impidió estar en el podio, y aunque en la segunda carrera, en Malaisia, realizó una pésima salida que quiso rectificar con un adelantamiento imposible que le costó acabar el quinto, lo cierto es que se entiende con el coche y con los ingenieros mucho mejor que su compañero. De alguna forma, comienza a dar la sensación de que es él y no el finlandés quien va a heredar la privilegiada situación del heptacampeón mundial, Michael Schumacher. Y, como consecuencia, que será él y no Raikkonen la principal baza del equipo para luchar por el título.
Peligrosas nimiedades
"Es evidente que para aspirar al título deberemos mejorar notablemente en la fiabilidad del coche", comentó ayer Jean Todt, director de la escudería; "a la satisfacción por la victoria de Massa debo añadir mi decepción por el forzado abandono de Raikkonen debido a un problema en un cable del alternador". Una tontería, algo impensable en un equipo tan solvente como Ferrari. Una situación, sin embargo, que el finlandés ya vivió en los dos últimos años en McLaren, cuando cualquier nimiedad acababa costándole victorias. Y unas inconveniencias que nunca sufrió Schumacher en su bólido, pero que eran habituales en el de su compañero, Rubens Barrichello.
No es la primera vez que Raikkonen tiene problemas. Su motor perdió agua mientras ganaba el GP de Australia, su única victoria del año, y, en teoría al menos, aquello le impidió competir al máximo nivel en la segunda carrera, en Malaisia, donde acabó tercero, tras los dos McLaren. Además, el finlandés no ha logrado aún sentirse cómodo en su coche, ni realizar una buena arrancada, a pesar de que las estuvo practicando durante estas últimas semanas. "Comienzo a notarme mejor en el coche. Creo que lo estamos adaptando mejor a mi forma de conducción", dijo la semana pasada.
Pero ayer acabó realmente decepcionado. "Perdí una posición en la salida con Hamilton, pero luego la recuperé con la salida de pista de Alonso. Mantenía un buen ritmo y podía hacer un buen resultado. He perdido unos puntos preciosos", comentó. Pero más grave que eso es que Massa va ya por delante de él. Y que el temor que estaba latente comienza a escenificarse.
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