Valencia y la fórmula 1
En noviembre de 1999, en plena campaña electoral, estuve viajando por Chile. A las elecciones se presentaban varios candidatos, pero los que podían ganar eran Joaquín Lavín de la Unión Democrática Independiente y Ricardo Lagos del Partido Socialista.
En un pequeño pueblo de la región de La Araucanía, Melipeuco, me comentaron que un estanciero de la zona había dicho a sus trabajadores que si ganaba las elecciones Ricardo Lagos, no tenían que volver a la hacienda, porque él no les iba a dar trabajo. Me impresionó y pensé que esas cosas, sólo podían ocurrir en lugares alejados, donde todavía no se entendía bien lo que era la democracia.
Hoy me ha dejado estupefacta la noticia de que el propietario y presidente de fórmula 1, Bernie Ecclestone, un millonario británico, ha declarado que la concesión a Valencia de la celebración de campeonato de fórmula 1, solamente se llevará a cabo, si gana el próximo 27 de mayo, el candidato del PP para la Generalitat valenciana, Francisco Camps. Entonces me he acordado de Melipeuco y del estanciero-cacique y he sentido vergüenza de la evolución de la democracia en Europa...
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
