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La derecha suiza impulsa la prohibición de los minaretes

La iniciativa considera las torres de las mezquitas como una imposición del islam

"No a los minaretes para predicar la yihad". Así resumía Christoph Blocher, consejero federal (ministro) de Interior de Suiza, en una entrevista publicada el domingo pasado, la iniciativa presentada por su partido, el derechista SVP-UDC, para prohibir la construcción de minaretes de las mezquitas en Suiza. Su objetivo es que el proyecto, también suscrito por la Unión Democrática Federal, sea sometido a referéndum.

Blocher explicó igualmente en la entrevista su proyecto de "Contrato de integración" destinado "a lograr que los musulmanes se adapten a Suiza, y no a la inversa". Los que no estén de acuerdo deberían, en su opinión, abandonar el país. Según datos oficiales, la población musulmana de Suiza se ha triplicado en los últimos 20 años.

Según Ulrich Schlüer, vicepresidente del comité que presenta la controvertida ley de los minaretes, "esta construcción es el símbolo de la pretensión del islam de poner el orden religioso por encima de las leyes".

En su edición de ayer, el diario de Ginebra Le Temps alertaba de las denuncias que este proyecto antiminaretes ha suscitado en medios de comunicación del mundo árabe como las cadenas de televisión Al Yazira, Al Hayat o Al Arabiya. Entre otras medidas, estos medios llaman a "un posible boicoteo de los bancos suizos" en lo que para los analistas del diario suizo "trae a la memoria ecos de la crisis de las caricaturas de Mahoma".

Por su parte, el islamólogo suizo de origen egipcio Tariq Ramadán comentó en un debate televisivo que "desde el punto de vista de la práctica religiosa el minarete no es imprescindible". El controvertido escritor destacó que en el mundo islámico "hay numerosos casos de mezquitas sin minarete". En el mismo programa televisivo, altos cargos de la UDC afirmaron que el minarete no es otra cosa que "el símbolo imperialista de la dominación musulmana".

Centro islámico

La polémica llega en el mismo momento en el que la comunidad islámica suiza presenta un proyecto para crear en 2008, "el mayor centro islámico de Europa" en las afueras de Berna, lo que ha añadido leña al debate. "Es interesante averiguar quien está detrás de este proyecto y quien va a financiarlo", comentaron políticos de la SVP-UDC. Con un costo estimado de entre 40 y 50 millones de euros, no son pocos los dedos que señalan disimuladamente a Arabia Saudí y su conocida política de financiación de centros que expandan su visión wahabí del islam, la más ortodoxa.

Por su parte, numerosos expertos en derecho constitucional y juristas ponen en duda la compatibilidad de la iniciativa antiminaretes con los compromisos internacionales de Suiza. Según Giusep Nay, ex presidente del Tribunal Federal, esta medida sería contraria a la Convención europea de Derechos del Hombre, suscrita por Suiza. Alain Rebetez, analista del semanario L'Hebdo, asegura: "Es seguro que podrán llegar a recoger las 100.000 firmas necesarias para el lanzamiento de esta iniciativa, pero pondría las manos en el fuego porque la ley no va a pasar".

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