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Elecciones 27M

El futuro de El Prat decidirá el modelo económico

La ampliación del aeropuerto enciende el debate sobre su gestión y sobre el modelo económico de Barcelona: industria o servicios

Una ciudad que vive del turismo y los servicios o una ciudad rica en industria y negocios. El equilibrio que busca Barcelona en su modelo económico es el mismo que busca El Prat: un aeropuerto consagrado al bajo coste o un centro de conexión de vuelos intercontinentales. El aeropuerto barcelonés es, hoy por hoy, un alumno aventajado de lo primero, pero quiere convertirse en lo segundo: conseguir que un vecino de Murcia venga a Barcelona para coger un vuelo hacia Bangkok. O que un empresario asiático pueda plantarse en la capital catalana en vuelo directo. Como ocurre en Barajas, como en Múnich o en Amsterdam.

La construcción de la nueva Terminal Sur (T-Sur), que aumentará la capacidad de 30 a 55 millones de pasajeros a partir de 2009, ha dado alas a esta vocación. El aeropuerto va como un tiro en volumen de viajeros, pero los vuelos de largo alcance no.

De los 10 primeros aeropuertos de Europa, El Prat es el que más crece (un 25,9% desde 2004, según el Consejo Internacional de Aeropuertos), pero sólo un 1,4% de sus pasajeros corresponde a vuelos de largo alcance.

Sin embargo, es el líder en España de los viajes de bajo coste, un mérito que despierta recelos entre políticos y empresarios, ya que contar con un aeropuerto potente, con una amplia oferta de vuelos regulares intercontinentales, resulta indispensable para atraer sedes de empresas a la ciudad.

Los vuelos baratos, por el contrario, se contemplan como generadores de un turismo masivo y de poca calidad. Lograr un equilibrio entre un tipo y otro de viajero, el de negocios y el de sandalias, es, a la postre, conseguir el mismo equilibrio que persigue Barcelona: vivir tanto de los servicios como de la industria.

A la hora de explicar por qué El Prat tiene menos proyección internacional que otros aeropuertos más pequeños, como Manchester o Düsseldorf, empresarios y políticos catalanes han señalado con el dedo el modelo de gestión de los aeropuertos en España, que está centralizado en unas únicas manos, las de AENA. Su argumento es que la gestión integrada ha favorecido la creación de un gran centro de distribución de vuelos global -lo que en la jerga del sector se llama hub- en Barajas, relegando al resto de aeropuertos a un papel secundario. Una política que se vería reforzada por la apuesta de Iberia, la antigua aerolínea de bandera, por Madrid.

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Por ello, en esta campaña de las elecciones municipales no hay candidato que aspire a la alcaldía de Barcelona que no hable en su programa de descentralizar la gestión de El Prat y dar entrada a los gobiernos de proximidad, es decir, la Generalitat y el Ayuntamiento. El Gobierno central se ha comprometido a reformar el sistema de gestión de los aeropuertos, pero no ha concretado plazo alguno para ello.

Tampoco hay planes firmes de ninguna aerolínea para potenciar esos vuelos de largo radio que ansían empresarios y políticos catalanes. El reparto de la T-Sur, en la que quieren alojarse la mayor parte de las compañías, es una zanahoria: AENA, que decide el reparto, favorecerá a las líneas que más apuesten por El Prat.

Por ello, las aerolíneas también han puesto en marcha su particular campaña de promesas electorales para hacerse con una buena ubicación en la T-Sur. Y estos comicios sobre el reparto de la nueva terminal se efectuarán en septiembre.

AGENCIA DE VIAJES: "El Prat se ha quedado como un aeropuerto de segunda división"

Francesc Escánez, director de la agencia barcelonesa Atlàntida Viatges, es uno de los que creen que Barcelona no tiene un aeropuerto a la altura. "El Prat se está quedando en segunda división, se necesitan más salas, más infraestructuras. Y tampoco es necesario inventar grandes cosas, sólo hay que copiar modelos europeos que funcionan muy bien, como el de Amsterdam".

La agencia que dirige está especializada en viajes de largo recorrido, por ello defiende el turismo de calidad. "El turismo de negocios ha crecido mucho en Barcelona, pero no olvidemos que la mayor parte de ingresos viene del vacacional", se encarga de recordar.

A su juicio, las administraciones no deberían tomar "decisiones políticas" sobre la ampliación de El Prat. "Los políticos deberían dejarse aconsejar por los profesionales del sector: agencias, hoteleros, cruceristas...".

'HANDLING': "Las aerolíneas de bajo coste han precarizado mucho el empleo"

Javier Anglada ha visto empeorar las condiciones de los trabajadores del servicio de tierra en El Prat en los últimos años: 40 horas semanales, fines de semana, festivos... "Y muchos cobran menos de 1.000 euros", explica este empleado de handling, del sindicato UGT. El motivo, explica, es la irrupción de las compañías de vuelos baratos, que recortan costes de todas partes. "Si cobran 30 euros por un billete, tienen que bajar los sueldos, y ahora el servicio está muy precarizado, con muchas empresas de trabajo temporal... En Madrid no hay tantas bajo coste", explica.

Los trabajadores son, por estos motivos, otro colectivo que recela de un aeropuerto de El Prat convertido en la Meca de las compañías low cost. Anglada cree que la Administración "debería fomentar otro tipo de vuelos y dar ayudas a las compañías tradicionales, que tienen mejores condiciones laborales, para que crezcan en El Prat".

TURISTA COREANA: "Es un aeropuerto pequeño, un poco viejo, pero muy cómodo"

El debate sobre el futuro del aeropuerto de El Prat, que ha centrado buena parte del debate político y empresarial de los últimos meses en Barcelona, trae sin cuidado a la mayor parte de los millones de turistas que visitan la capital catalana. Es el caso de Na Ree Lee, una coreana que está de vacaciones con familia y se ha llevado un buena imagen del servicio: "El Prat es un aeropuerto pequeño, y es un poco más viejo que otros, pero la verdad es que es mucho más cómodo manejarse en él que en el Charles DeGaulle de París, por ejemplo".

Y es que Na Ree ha llegado a Barcelona, desde Corea, vía París. Por eso Charles de Gaulle es un centro de vuelos intercontinentales, un hub. "Los mejores aeropuertos en los que yo he estado en Europa son Viena y Francfort", asegura esta turista, aunque añade que los servicios del aeropuerto barcelonés le resultan "muy buenos".

EMPRESARIO: "Hay que apoyar a las aerolíneas que apuesten por Barcelona"

Antoni Olivella se ve obligado a viajar habitualmente de Barcelona a Marruecos, China y Tailandia. Indo, el grupo óptico que dirige, tiene fábricas, además de España, en todos esos países a los que no hay vuelos directos, por eso es un habitual de las escalas aéreas "de horas" en Barajas o cualquier otro aeropuerto europeo. "Hay muchos países con economías menos potentes que la catalana y tiene mejores aeropuertos que el nuestro", asegura Olivella, quien alerta de que El Prat acabe por convertirse en un aeropuerto "sólo dedicado al bajo coste".

El empresario también pone el acento en la mejora de los servicios del aeródromo barcelonés para que resulte más fácil para los pasajeros: mejores accesos, más salas, más servicios.

AENA, que decidirá el reparto de la nueva T-Sur, "debe apoyar a la aerolínea que más apueste por El Prat", sostiene.

EXPERTO: "No ha habido una buena política comercial en el aeropuerto"

Para vender un aeropuerto, lograr que las grandes compañías apuesten por operar en él, no basta con poner las pistas. Es lo que opina Germà Bel, el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona que se ha significado en los últimos tiempos en la defensa de una gestión descentralizada de las infraestructuras aeroportuarias.

"Desde finales de los noventa en España ha habido una política hipernacionalista española en materia de infraestructuras y lo que la Administración debe conseguir ahora es que los aeropuertos se gestionen como el resto de Europa: de forma individual, con decisiones tomadas en el territorio", recalca. Bel es de los que opinan que buena parte de los males de El Prat se solventarían con otro modelo de gestión, no centralizado en manos de AENA. "Se ha creado un gran centro global (Madrid) y una posición secundaria del resto de aeropuertos".

LAS PROMESAS DE LOS CANDIDATOS

Jordi Hereu (PSC): Defiende un modelo de gestión de El Prat con mayores competencias, que supere su "estructura rígida" de AENA. Coordinación entre El Prat, Reus y Girona para obtener un sistema aeroportuario catalán.

Xavier Trias (CiU): Propone que la gestión del aeropuerto pase a una empresa mixta, con presencia de los operadores y los ayuntamientos de El Prat y Barcelona. Además, conectará Girona y Reus con El Prat mediante el tren de alta velocidad.

Jordi Portabella (ERC): Impulsará la gestión catalana del aeropuerto de El Prat a través de un ente que combine la participación del capital privado, la Generalitat y los entes locales implicados.

Imma Mayol (ICV-EUiA): Quiere poner El Prat al servicio de una estrategia metropolitana y abandonar la dependencia única de AENA, ente en el que detecta una "incapacidad manifiesta" para gestionar situaciones difíciles.

Alberto Fernández Díaz (PP): Apuesta por convertir El Prat en un centro de conexión de vuelos para el sur de Europa y por construir una cuarta pista ganando terreno al mar. Además, reclama que se acelere la llegada del metro.

Esperanza García (Ciutadans): Defiende la creación de un consorcio integrado por todas las administraciones y los agentes económicos locales para gestionar El Prat. Este ente diseñará un plan estratégico.

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