El anillo de fibra óptica 'jubila' a las viejas centralitas
Un anillo subterráneo sale de la sala de máquinas informática de Burjassot, donde funciona, entre otros, César, el superordenador de 500 gigaflops de memoria compartida capaz de utilizar toda su memoria para realizar un solo cálculo. El anillo, formado por fibra óptica, "sale del campus de Burjassot", dice José Antonio Vázquez, jefe de Informática de la Universitat, "toma las vías del tranvía, penetra en las canalizaciones del metro, va hasta el Jardí Botànic, pasa por La Nau, que es la universidad histórica, luego por la Escuela de Magisterio, cerca de la Ciudad de las Artes, llega hasta el campus de Blasco Ibáñez, alcanza el de Tarongers y allí aflora a la superficie y da la vuelta por el norte de Valencia para volver a entrar en Burjassot".
Total: 34 kilómetros de circunferencia que permiten una velocidad de área local de vértigo: 10 gigabits por segundo. La infraestructura, terminada hace un par de años, fue importante en su momento porque permitió acelerar drásticamente e integrar las operaciones entre los distintos campus y organismos de la Universitat, ayudando a salvar el inconveniente de la fragmentación de los espacios físicos de la institución.
Pero además, prosigue Vázquez, sentó las bases para llevar a cabo proyectos de envergadura. Uno de ellos, en el que ahora se encuentra sumido el servicio informático, es la sustitución de toda la vieja infraestructura telefónica, compuesta por centralitas anticuadas y costosas de mantener, por un sistema de Voz IP. Que usa ese protocolo -el mismo que se utiliza en Internet para transmitir datos- para lleva la voz de ordenador a ordenador y también de teléfono a teléfono.
Todas las llamadas internas son gratuitas, aunque eso ya lo ofrecían las operadoras telefónicas. La ventaja en términos económicos proviene del drástico recorte en gastos de mantenimiento, al compartir la infraestructura con la red local. Una vez se extiendan los móviles IP, comenta Vázquez, el sistema podrá extenderse a ellos, abaratando todavía más las facturas.
'Wi-fi' entre los campus
La Universitat se ha sumado también al proyecto Eduroam, una iniciativa impulsada por la empresa pública RedIRIS, en la que participan otras universidades valencianas y muchas españolas y que también tiene una vertiente internacional.
Consiste, básicamente, en que los profesores, investigadores y alumnos que viajen a otros campus puedan utilizar las redes inalámbricas de sus anfitriones utilizando las mismas cuentas y claves de usuario que en su universidad.
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