Gómez Bermúdez: "Usted acusa a 29 personas que no tienen ninguna implicación con ETA"

Dos cosas quedaron claras ayer en el juicio del 11-M. La primera, que el tribunal ya tiene en la cabeza que ninguno de los 29 acusados tiene vínculo alguno con ETA, y la segunda, que la triquiñuela y la falsedad volvieron a la vista de la mano del abogado de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M José María de Pablo, que trató de hacer pasar por etarra a un perito de una aseguradora catalana que accidentalmente utilizó el móvil del jefe operativo de la célula islamista, Jamal Ahmidan, El Chino, el 6 de marzo de 2004, cinco días antes de los atentados de los trenes.

La frase textual del presidente del tribunal fue: "En su escrito de acusación acusa a 29 personas en las que ninguna de ellas tiene implicación con ETA". Gómez Bermúdez, enfadado, censuraba al letrado De Pablo por su persistente actuación como acusación espuria. Y en el calentón, la soltó, aunque luego, desde fuentes próximas al tribunal quisieron matizar que el presidente se refería a que en el escrito de De Pablo no se hacía referencia a ETA.

El letrado De Pablo fue el primero que preguntó por el temporizador ST, que identificó como Segurtasun Tenporizadorea, utilizado habitualmente por ETA, como si se hubiera hallado en un piso utilizado por los islamistas, lo que probaría la relación entre los terroristas de uno y otro signo, cuando lo que en realidad se halló fue un programador de lavadoras STA MEC 24h, fabricado por la empresa Remle, y que el procesado Mohannad Almallah Dabas, que se dedicaba a reparar electrodomésticos, adquiría para su trabajo.

Ayer preguntó a los peritos 13.610 y 17.855, que informaban sobre los vínculos informáticos y telefónicos de los terroristas, si habían estudiado la utilización del teléfono móvil de El Chino, cinco días antes de los atentados por una persona llamada Óscar Pérez con su propia tarjeta telefónica.

La pregunta es un claro ejemplo de manipulación con la intención de vincular a ETA con los atentados del 11-M, ya que, según ha salido en la vista, Óscar Pérez es un individuo supuestamente vinculado a ETA y que fue condenado hace tiempo por quemar un autobús en Basauri.

Sin embargo, la persona que utilizó el móvil de El Chino, pero con su propia tarjeta, es Óscar García Pérez, un perito de Catalana de Occidente que reside en Barcelona y no tiene nada que ver con ETA.

Aunque ya figuraba en el sumario, los peritos lo explicaron ayer. La llamada desde el teléfono de El Chino les preocupó y lo investigaron. Primero averiguaron que el titular de la tarjeta era Óscar García y luego policías de Barcelona se pusieron en contacto con él. Éste explicó que el 5 de marzo de 2004, junto con otros dos compañeros de trabajo, José Luis y Aránzazu, decidieron viajar de Barcelona a Madrid. El único que llevaba móvil era Óscar, pero, ya en Madrid, se le cayó el teléfono al suelo y quedó fuera de servicio. Pero querían ponerse en contacto con otro compañero de trabajo que no había podido viajar con ellos.

Estaban en un local del barrio de Chueca, donde también había un grupo de cuatro o cinco jóvenes marroquíes. En este local trabajó durante unos días el procesado Fouad el Morabit. Aprovechando que Aránzazu era una "joven de indudable atractivo físico", según el informe que figura en el sumario, y que los marroquíes la miraban, ésta se acercó a uno de ellos, El Chino, que estaba hablando por teléfono y le propuso que se lo dejara para utilizarlo, pero cambiando la tarjeta para que al marroquí no le supusiera ningún coste, a lo que éste accedió.

De Pablo sabía que quien llamó desde el móvil de El Chino era García y que no tenía relación con ETA, pero como hizo el primer día del juicio con el temporizador segurtasun tenporizadorea, ayer se lanzó a intoxicar con el supuesto etarra Óscar Pérez. La maniobra fue advertida por el presidente del tribunal, que reprobó la conducta del abogado, señalando que como acusación no está legitimado para hacer ese tipo de preguntas.

Como el letrado tratase de seguir adelante, Gómez Bermúdez le amenazó con retirarle la palabra. Ante la protesta de De Pablo, el presidente concluyó: "Espero que justifique usted en su calificación definitiva y en su informe la legitimación de una acusación para introducir un factor ajeno a lo que es el objeto del proceso desde la perspectiva de una acusación".

De Pablo intentó de nuevo introducir a ETA en el juicio preguntando por hipótesis relativas al Titadyn, el explosivo utilizado por la banda terrorista, pero el presidente no lo permitió.

Durante la prueba pericial de ayer quedó establecido que del seguimiento de los teléfonos de los terroristas se pudo deducir con claridad el viaje que hicieron los islamistas a Asturias a recoger la Goma 2 de la mina Conchita, sus contactos con Suárez Trashorras y cómo el 29 de febrero de 2004, Otman el Gnaoui y Rachid Oulad fueron a Burgos para encontrarse con El Chino y los otros dos terroristas para ayudarles a trasladar la dinamita hasta Chinchón.