"Todos en el Coliséum. Pásalo"
El Getafe empapela su vestuario con mensajes de ánimo para remontar la eliminatoria contra el Barça y se conjura para marcar pronto
El lugar de reunión no es la calle Génova, delante de la sede del Partido Popular. El mensaje de texto tampoco anima a manifestarse contra Zapatero. El sms cree en los prodigios, no en la crispación: "Todos en el Coliséum contra el Barça. Juntos podemos llegar a la final. No parar de alentar hace milagros. Pásalo". Los ánimos se han recobrado en Getafe. Han transcurrido tres semanas del gol de Messi, del calco del tanto de Maradona a Inglaterra en México 86. "Y lo hemos superado", zanja Bernd Schuster, feliz de que Messi no figure entre los convocados para la vuelta de las semifinales de Copa de esta noche (21.00, Digital+, 5-2 en la ida). "Su gol nos hizo un poco de daño por salir en todo el mundo. Eso fue lo más duro, que en ese gol se viera la camiseta del Getafe y a mis jugadores. Pero ya pasó", redundó el entrenador alemán. Por si acaso, nadie duda qué haría si a la Pulga, de repente en el campo, le da por el eslalon: "Falta y al suelo". "Vi una jugada parecida a la nuestra después, ante el Levante, y Álvaro lo paró como se debe, cogiéndole de la camiseta o con el cuerpo", explicó Schuster.
"El gol de Messi nos hizo daño por salir en todo el mundo. Eso fue lo más duro", comenta Schuster
Las charlas del técnico a todos los implicados en el gol de Messi han surtido efecto. Aparentemente. "Pesadillas no me ha dado, yo duermo bastante bien... No nos obsesionamos con él, fue una jugada y hemos aprendido la lección. Intentaremos pararle antes de que se vaya", porfía Paredes antes de conocer la ausencia del punta argentino. "¿Cómo lo viví? Yo veía que la jugada ya era muy peligrosa y fui con todo. Yo gritaba '¡paradlo, paradlo!'. Dejamos una puerta que no tuvo que estar abierta, y él tuvo la calidad para aprovecharlo. Goles así se ven muchos, pero no en el Camp Nou y con una gran similitud con el gol de Maradona", asiente Belenguer. El capitán no revela sus preocupaciones. "Prefiero que el Barça no sepa lo que pensamos", apostilla. Para ahuyentar a los malos espíritus y que el ánimo no decaiga, el club ha empapelado el vestuario con decenas de razones para remontar de la afición: "Porque si pasamos se dejará de hablar del gol de Messi"; "Porque ellos van a pensar más en la Liga"; "Porque nada es imposible en esta vida"; "Porque en lugar de repetir 50 veces el gol de Messi, repetirán 50 veces la cara de Rijkaard al final del partido..."
"Lo único que quiero ver es un equipo que salga a disfrutar, que no se frene nada, que se atreva. Nos conocemos perfectamente y no nos vamos a sorprender ni uno ni otro. Lo que no quiero es lo de la ida; estábamos agarrotados por los nervios", insiste Schuster. El preparador germano volverá a confiar la portería a Luis García, su elección en todos los partidos de Copa. Abbondanzieri, el portero menos batido de la Liga, se sentará en el banquillo. "En Rosario ya remonté un partido similar, ¡Si hasta no jugué, estaba en el banco!", dice el Pato. La historia de la Copa también guarda algunos precedentes. En 1955, el Valencia remontó el mismo resultado a Las Palmas. Al poco, el Ceuta hizo lo propio con el Alavés. Más sobrado, el Deportivo devolvió la manita a Osasuna en 1933, cuando la Copa de la República. "El Madrid le ha metido presión al Barcelona; eso nos viene bien", conviene el presidente del club, Ángel Torres.
Entretanto, los ojos de Dani Güiza son dos puñales. "¿Quién duda de la remontada? Vienen achuchados en la Liga, todavía tendremos opciones. Con marcar un gol pronto la cosa estará hecha. ¡Que sí, hombre, que sí, que lo suyo no es defender! ¡Y vendrán con bajas! Ganaremos por 4-1", zanja el delantero jerezano. "Está claro que vamos a salir muy agresivos, juegue quien que juegue", añade Mario Cotelo; "allí lo estropeamos hasta llegar al descanso. Luego lo arreglamos en la reanudación y después lo volvimos a estropear. Ahora tenemos otra opción de volver a arreglarlo... ¡Cosas más raras se han visto!".
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