Ajuste rápido

La velocidad es una de las pocas constantes capaces de definir la actual coyuntura en los mercados de valores, pues funciona tanto en los procesos alcistas como en los correctores.

En un momento en el que el nivel de los precios se ha vuelto un tanto incómodo, todo se mira con recelo y las malas noticias adquieren mayor relevancia y ponderación que el resto de los asuntos, por buenos que sean.

Con este ambiente, ayer el Ibex 35 cedió el 0,79% para cerrar en 14.556,70 puntos, no sin antes acercarse al nivel de los 14.500 puntos. La esperada corrección en la Bolsa de Nueva York llegaba en unos términos muy suaves, pero las ganancias acumuladas en los mercados europeos y la desconfianza de los inversores españoles hizo que la respuesta en este lado del Atlántico resultara algo brusca.

Una de las consecuencias de esa desconfianza fue el nivel de la contratación en el Mercado Continuo, con 6.482,84 millones de euros, de los que poco más de 4.000 millones procedían de las operaciones del "mercado abierto", que es en el que se fijan las oscilaciones de las cotizaciones.

Un buen dato para la economía de Estados Unidos, las ventas al por mayor del mes de marzo, con el mayor incremento en año y medio, fueron razón suficiente para que se produjeran algunas realizaciones de beneficios que, sin embargo, mantenían al Dow Jones cerca de los 13.300 puntos a media sesión, cuando se producía el cierre de los mercados europeos. En el lado contrario, y como causa de la mayor corrección sufrida por la Bolsa de Francfort, estaba el descenso de la producción industrial en Alemania en el mes de marzo, aunque en términos interanuales subió el 7,7%.

El Ibex 35 se sigue moviendo con relativa tranquilidad dentro de esa banda comprendida entre los 14.200 y los 14.650 puntos, que parece poco espacio para unos inversores tan nerviosos.