"Soy un chaval de 25 años al que no le gustan las parafernalias ni las cosas raras"
A cuatro días del Gran Premio de España de fórmula 1, Fernando Alonso asegura que ha llegado el momento de que su equipo demuestre todo su potencial. En los últimos entrenamientos en el circuito de Montmeló, Ferrari siguió mostrándose superior a McLaren-Mercedes. Sin embargo, el piloto español, de 25 años de edad, tiene confianza en ganar al final su tercer título mundial consecutivo. De momento, el ex de Renault consiguió ya su primera victoria con su nueva escudería en la segunda carrera de la temporada, la de Malaisia. Eso sí, tiene un problema dentro del equipo, su compañero Lewis Hamilton, británico, y dos más en Ferrari: Kimi Raikkonen, finlandés, y Felipe Massa, brasileño. En conversación con este periódico, desgrana sus circunstancias personales y deportivas.
"Si eres un personaje público, la gente te suele amar u odiar, sin punto medio. Hay personas que, sin tener contacto conmigo, opinan lo que les parece"
"Siempre me he llevado bien con todo el mundo, aunque a veces se diga lo contrario y se pretenda que soy muy difícil por mi carácter o mi antipatía"
"Hay que ser fuerte. Sólo hay 22 pilotos y 17 carreras. El resto de los 365 días del año todo son lluvias que van cayendo sobre ti, sobre tu autoestima"
"Sobre mi boda no tengo nada que decir. Yo soy un piloto de fórmula 1, no un actor al que le guste entrar en semejante juego"
"McLaren tiene muchos recursos. Veremos su gran potencial. A partir de la cuarta carrera, la evolución del bólido debería ser increíble"
"¿Hamilton? Al principio, también tuve grandes luchas con Trulli y Fisichella. Estaban muy motivados, pero al final acabaron bastante detrás de mí"
"No echo de menos a Schumacher. Están Massa, Raikkonen, Hamilton... Todos, de 22 a 27 años. Con Michael era monótono. El cambio ha ido bien"
"No sé si alguno podría ganarme. Pero no me disgustaría medirme con cualquiera en igualdad de condiciones. Con el mismo coche y a tres vueltas"
Pregunta. ¿Cuánto tiempo hace que no está en su casa de Asturias?
Respuesta. En la casa de mis padres , desde antes del Gran Premio de Australia. O sea, desde el 2 o el 3 de marzo.
P. ¿Se ha impuesto una especie de penitencia al no viajar a su tierra natal?
R. No. Veo a mis padres cuando viajan y mantengo contacto directo con ellos. Así que estar o no en Oviedo no me cambia para nada la vida.
P. ¿Se siente perseguido aún cuando viene a España?
R. No. Creo que las cosas han mejorado en ese sentido. Ahora no tengo grandes problemas. Nadie me persigue. Pero en este inicio de temporada las carreras han sido en Asia y Australia y es normal que tardase más en venir.
P. Los tuvo, y bastante gordos, con el tema de su boda... Algunos periodistas llegaron a investigar en torno a las iglesias y los restaurantes para averiguar en dónde se celebraría.
R. No creo que buscasen mucho. Lo escribieron todo y con eso les bastó. No lo contrastaron.
P. Pero usted llevó el asunto con secretismo. Nadie sabía si se había casado o no.
R. No llevé nada [sonríe]. Nadie lo sabe ahora todavía. Para mí, es lo mejor. Que sigan especulando. Ahora nos creemos lo que salió en un periódico que había dicho el cura. En ésas estamos. Y es lo que más gracia me hace viéndolo desde fuera.
P. ¿Y no quiere confirmar si está casado o no?
R. No. No tengo nada que decir. Yo soy un piloto de la fórmula 1, no un actor al que le guste entrar en semejante juego.
P. ¿Cómo es posible que, siendo entrañable en la distancia corta, tenga una imagen pública tan distinta?
R. Es normal. Cuando eres un personaje público y sales en los medios de comunicación, haces anuncios y se te ve a menudo, la gente te suele amar u odiar. No hay punto intermedio. Hay personas que opinan de mí y que nunca me han entrevistado. Nunca han tenido contacto conmigo o estado cerca de mí y, aún así, opinan lo que les parece.
P. ¿Y no cree que algunos de sus gestos, algunas declaraciones, por ejemplo sobre Renault o su compañero en esa marca, Giancarlo Fisichella, le han perjudicado?
R. No creo que sea eso. Llega un punto en que, si digo que este mono es rojo y blanco [señala uno de McLaren colgado], para algunos lo habré dicho de buena manera y para otros debería haber dicho lo contrario. Hay veces que molesta cualquier cosa que digas. Cuando le caes mal a alguien o se intenta hacer una figura de ti mala y odiada, cualquier cosa acaba siendo mal interpretada. Si alguna vez tienes a 100 personas esperando un autógrafo y firmas 98 porque ya están tirando de ti, las dos restantes lo van a contar en todas partes. Pero yo no quiero entrar en eso. Lo único que intento es estar bien con el equipo, trabajar, que la escudería esté contenta con mi trabajo y ser un buen profesional.
P. Es curioso constatar que, aunque es un duro compañero de equipo, mantiene buenas relaciones tanto con Fisichella como con Jarno Trulli, su otro colega en Renault.
R. Es que no tengo mala relación con nadie que conozca. Ni con compañeros o ex compañeros de equipo ni con mecánicos, ingenieros, patrocinadores, compañeros del colegio... Tengo muy buenos amigos. Siempre me he llevado bien con todo el mundo, aunque a veces se diga lo contrario y se pretenda que soy muy difícil como persona por mi carácter y por mi antipatía. Quienes no me conocen pueden decir lo que quieran.
P. ¿Se ve distinto de cuando empezó?
R. Más seguro. Cuando empecé, en Minardi, llegaba a un mundo muy difícil, un poco desconocido para todos los españoles. Quedaba como algo lejano, muy exclusivo, distante. Llegué sabiendo lo justo de inglés, intranquilo y nervioso. Con el paso de los años he ganado confianza en mí mismo. Todo lo que hago lo hago más seguro.
P. ¿Y a nivel más íntimo, más personal?
R. Parecido. Cuando llegué, tenía 19 años y era un chaval con mucha ilusión, pero un poco alocado. Intentaba sobreactuar, conducir por encima de mis posibilidades para demostrar a todos mi valía. Ahora estoy mucho más tranquilo y sereno.
P. ¿Hay que ser muy fuerte para soportar las críticas, las presiones del equipo e incluso del compañero y la de los rivales?
R. Hay que ser fuerte. Hablamos de un deporte muy minoritario: sólo hay 22 pilotos que pueden conducir un fórmula 1 y sólo hay 17 carreras en todo el año. El resto de los 365 días todo son lluvias que van cayendo sobre ti, sobre tu autoestima, y vas oyendo cosas que son muy dañinas para ti. Los 17 días de carrera los disfrutamos porque estamos sobre el coche, conduciendo, y es nuestro mejor hábitat. Los otros días debes ser fuerte, entrenarte bien físicamente, no perder la rutina y el método de trabajo y estar al ciento por ciento con los ingenieros.
P. Así que hay muchas presiones externas.
R. Sin duda. Cuando estamos en el coche, somos felices. Pero, cuando estamos fuera, tenemos la presión de los patrocinadores, de ver a mil personas trabajando para dos coches en un equipo, de la gente, de la grada, de la prensa, de la familia... Y tú quieres hacerlo bien para dar satisfacción a todos. Sin embargo, no debes dejarte llevar por esas emociones. Hay que ser frío.
P. ¿Le preocupa que la gente le vea distinto de cómo es en realidad?
R. No. Es difícil de resolver. Quienes me conocen me ven tal como soy. Tengo amigos de toda la vida, siempre los tendré, y son los que me importan porque van a compartir conmigo los próximos 50 o 60 años. La opinión de los que no me conocen me importa mucho menos, aunque, desde luego, preferiría que no estuviera influenciada negativamente.
P. ¿Cómo se ve a sí mismo?
R. Como una persona de lo más normal. Demasiado normal. A veces, me siento rodeado de gente rara. Cuando vamos por ahí, Luis [García Abad, su representante] y yo lo comentamos. Soy un chaval de 25 años a quien no le gustan las parafernalias ni las cosas raras. Me gusta el deporte. Soy competitivo. Me gusta ganar a todo y relajarme con mi bicicleta, con el fútbol, con los amigos, yendo al cine..., con cosas tan normales que hay poco que contar de mí.
P. ¿Qué hace en su tiempo libre?
R. Tengo poco. Pero juego a la play-station y soy un fan de las consolas. Me reúno con tres o cuatro amigos y vamos a jugar al tenis o cojo la bici y doy un paseo, que es lo que más me llena, o salgo a cenar y al cine. Lo que hace cualquier ser humano en sus ratos libres.
P. ¿Cómo se ve con sus amigos y su familia si va tan poco a Asturias?
R. Viajan ellos. Siempre organizamos alguna quedada en cualquier país.
P. ¿Le ha dado estabilidad su enlace con Raquel del Rosario, la cantante del grupo El Sueño de Morfeo? ¿Ha pensado en tener hijos? ¿Puede condicionar todo eso su continuidad en la F-1?
R. No, no creo. No pienso que vaya a influirme.
P. Se cortó el pelo y apareció en McLaren con una nueva imagen. ¿Quería romper con todo el pasado de Renault?
R. Un poco, sí. El pelo no tuvo nada que ver, pero quería empezar de cero. Sentía que había acabado un ciclo en Renault, con dos títulos mundiales y seis años de relación, una etapa muy exitosa, y quería el éxito en otro equipo grande como McLaren. Era como empezar de nuevo en la fórmula 1.
P. ¿Le resultó difícil dejar a Renault, ganador, para ingresar en McLaren, que no había ganado ni una carrera en 2006?
R. Era un reto importante. Cuando fiché, a finales de 2005, esperábamos que 2006 fuese un buen año para McLaren. Pero no fue así. Fue un año muy gris y con bastantes penas. Eso nos dio algún quebradero de cabeza. No sabíamos cómo iban a ir las cosas en 2007. Pero se consiguió dar la vuelta a la tortilla y el coche está funcionando bien.
P. ¿Qué le supuso ganar la segunda carrera del Mundial, primer triunfo con McLaren?
R. Me dio una satisfacción distinta a la de las demás victorias. Nunca me había imaginado poder ganar con otro equipo tan rápidamente como lo hice con McLaren. Siempre había levantado las manos del mismo volante, con el rombo ahí. Fue una alegría enorme y una satisfacción personal. Todos sabemos lo difícil que es ganar un gran premio.
P. Algo tendrá que ver con esa victoria, ¿no?
R. Creo que este año, al menos en el invierno, he trabajado más en el apartado técnico de lo que lo había hecho en toda mi vida. Fui miles de días a la fábrica a trabajar con los ingenieros, intenté aportar todas mis ideas sobre las posibles mejoras, expliqué las cosas buenas que yo creía que tenía Renault para poder adaptarlas a McLaren... Invertí muchas horas en el trabajo técnico, muchas más que en el pilotaje. Por eso me siento orgulloso por doble partida de mi primera victoria con McLaren. Creo que el trabajo ha cundido de modo muy rápido.
P. ¿El haber ganado dos títulos mundiales le da otra perspectiva de las cosas?
R. Mi mayor satisfacción es el trabajo bien hecho. En un deporte tan competitivo como la fórmula 1, el resultado, al final, es muy ficticio y engañoso. A veces, acabas el séptimo tras una carrera fantástica y te sientes muy contento, como cuando estaba en Minardi o en Renault en los primeros años. Y otras acabas el segundo y no te sientes contento con el trabajo que has hecho y le das vueltas a la carrera. Los dos títulos me darán mucha satisfacción cuando mire hacia atrás con la perspectiva de los años. Pero, en lo personal, el tener dos títulos o uno o el no haber tenido ninguno creo que habría cambiado pocas cosas. Estaría igual de contento de mi trabajo.
P. ¿Pero se siente más tranquilo, más libre, para afirmar su propia personalidad?
R. Más contento. Me gusta ganar a todo. Cuando pierdo, no me divierto nada. Así que habría pasado 2005 y 2006 satisfecho con lo que hacía, pero sufriendo al ver cómo otros celebraban los triunfos. Sí; definitivamente, ser campeón fue lo mejoR. Me ha dado más confianza y me hace sentir más seguro de lo que hago.
P. ¿Ha encontrado lo que esperaba en McLaren?
R. Más o menos, sí. Sabía que venía a un equipo muy grande, con una organización mayor; una escudería poderosa. Y es lo que me he encontrado. Un equipo con muchos recursos y muy grande. A partir de ahora, creo que veremos su gran potencial. La capacidad de evolución del coche debería ser increíble a partir de esta cuarta carrera del Mundial.
P. ¿Cree que estar en McLaren le concede una imagen más distinguida: coche Mercedes, relojes TagHauer, ropa Boss, un patrocinador como Vodafone...?
R. Desde esta perspectiva, tienes la idea de que entras en algo más selectivo y exclusivo. Pero, desde el punto de vista del trabajo, es similar a lo de antes. Y los equipos de la fórmula 1 no son como los concesionarios. En la fórmula 1 hay la máxima tecnología, la máxima precisión. He ganado dos títulos mundiales con Renault. Por tanto, de momento, quienes más potencial técnico han demostrado son ellos.
P. ¿Le molestó que su equipo aplaudiera a Lewis Hamilton cuando le adelantó en el Gran Premio de Australia?
R. No estaba ahí..., pero me enteré. No me molestó. Pero hay cosas y formas que tal vez haya que cuidar algo más. Sin embargo, puedo llegar a entender que estoy en un equipo británico y que él es británico. Quizás habríamos hecho lo mismo si el equipo hubiera sido español cuando yo le gané.
P. A veces, da la impresión de que el principal adversario de Hamilton es usted, no los Ferrari.
R. Hay que esperar a ver más carreras y cómo evoluciona todo. Al principio, también tuve grandes luchas con Trulli y Fisichella y ellos estaban muy motivados para intentar ganar el campeonato. Pero, al final, acabaron bastante detrás de mí. Es normal que ahora los cuatro pilotos de los dos coches más punteros, como son McLaren y Ferrari, tengamos grandes expectativas y queramos ganar sin que nos importe contra quien sea. Pero pienso que el mismo Mundial va seleccionando a sus candidatos. Quedarán dos o tres y espero ser uno de ellos.
P. ¿Ha hablado de esta situación con alguien del equipo?
R. No; ni mucho menos. Sé que hay gran expectación por lo que podamos hacer tanto Hamilton como yo y por la lucha que pueda haber en el equipo. Mientras esto influya positivamente en los mecánicos e ingenieros y se trabaje para evolucionar el coche al máximo para ganar el uno al otro e, indirectamente, a Ferrari, perfecto.
P. ¿No cree que la lucha final por el título estará entre Raikkonen y usted?
R. Yo espero eso. Es justo lo que pienso. Que la lucha final esté entre dos pilotos, ya que tres serían demasiados. Y, sobre todo, que uno de los dos sea yo. Si el otro es Raikkonen, Massa o Hamilton habrá que esperar para verlo. Pero Raikkonen, sin duda, tiene todas las papeletas para ser uno de los candidatos: lleva la experiencia de haber estado disputando muchos títulos, en 2003, 2004, 2005, y creo que va a saber estar durante todo el campeonato.
P. Dijo hace tiempo que le ganaban los coches, no los pilotos. ¿Cree que ahora puede ganarle algún piloto si no tiene mejor coche que usted?
R. Aquélla fue una frase de las que también pudieron caer mal. Lo dije cuando estaba en Minardi. Quedaba el último en todas las carreras y me decían si seguía a Michael Schumacher o a otros para copiarles las trazadas. Eso me molestaba porque iba por donde podía con aquel coche y si me sacaban tres segundos por vuelta era, al menos en parte, porque no daba más de sí. Ahora no sé si alguno de los pilotos podría ganarme. Pero, desde luego, no me disgustaría medirme con cualquiera de ellos en igualdad de condiciones. Si nos pusieran el mismo coche a los dos y diéramos tres vueltas cada uno para ver quién lograba el mejor tiempo, no me negaría a hacerlo con nadie.
P. ¿Echa en falta a alguien del calibre de Schumacher?
R. No. Le hemos tenido 14 o 15 años en la fórmula 1 y yo, personalmente, no le echo de menos. No quiero decir que no me gustase correr contra él. Hemos dirimido grandes batallas y todas muy bonitas. Pero ahora están Massa, Raikkonen, Hamilton, todos ellos entre 22 y 27 años. Hay fórmula 1 para rato. Con Michael habíamos llegado a un punto en el que todo era ya más monótono. El cambio ha venido bien.
P. ¿Cree que se igualarán las cosas con Ferrari?
R. Sí. Pero cogerles no será fácil porque Ferrari es un equipo que evoluciona también mucho sus coches. McLaren debe tener alguna idea más brillante que las de Ferrari en los próximos meses. Y en eso trabajamos. En Barcelona presentaremos varias novedades aerodinámicas que nos pueden dar dos o tres décimas de segundo por vuelta, pero seguro que Ferrari también las tendrá. Esperemos que las nuestras sean más de verdad que las de los demás.
P. Su objetivo es ganar tres títulos para igualar al brasileño Ayrton Senna, a quien considera un referente. Cuando los tenga, ¿cree que comenzará a pensar ya en los siete de Schumacher?
R. No sé... Vamos a ir año por año. Cuando consiga el tercer título, si lo logro algún día, mi meta profesional estará ya cumplida con creces. Nunca soñé llegar a la fórmula 1, ni ganar un título ni, por supuesto, tres como usted dice cuando estaba jugando con coches pequeñitos y aún era un niño. Pero, claro, si lo lograra, al año siguiente no empezaría el campeonato sólo para acabar las carreras, sino que lo haría intentando alcanzar el cuarto título, y luego el quinto y el sexto, porque la naturaleza del deportista es siempre ganaR. Pero siete los veo casi, casi, inalcanzables. Debes tener una superioridad mecánica durante tantos años que es casi imposible. Con Renault lo logramos. Ahora lo intentamos con McLaren. Pero faltan cinco títulos. ¡Ufff! Es mucho.
P. ¿Ganará en 2007 su tercer título consecutivo?
R. No se estrujó usted mucho el cerebro con esta pregunta. No sé... Tengo confianza en que sí. Tengo buenas sensaciones. Será el año más difícil por el cambio de escudería y la igualdad en el campeonato. Pero espero que esa igualdad de condiciones y la presión máxima de que no podemos fallar ninguno de los de arriba me den algo de ventaja.
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