El Gobierno blinda Hispasat para tener el control tras la salida a Bolsa
La compañía de satélites prevé saltar al parqué antes de final de año
El operador de satélites Hispasat sacará a Bolsa hasta un 40% de su capital -correspondiente a los paquetes accionariales de Auna, Telefónica y BBVA- antes de final de año. El Gobierno, que controla un 25,6% del capital de Hispasat, facilitará el salto al parqué pero establecerá mecanismos que eviten la toma de control por parte de cualquier grupo privado, ya que sus satélites prestan servicios esenciales para la seguridad del Estado.
Los satélites españoles saldrán a Bolsa. Pero el Gobierno quiere proteger el interés estratégico de Hispasat evitando que cualquier grupo privado tenga una posición de control. La amenaza más inmediata es la francesa Eutelsat, que mantiene el 27,6% de la empresa española, y ha manifestado reiteradamente interés por elevar su participación más allá del 50%. El Estado seguirá siendo el accionista de referencia de la compañía y tutelará la llegada al parqué bursátil ante la importancia estratégica de Hispasat para las comunicaciones gubernamentales, y por la necesidad de desarrollar infraestructuras de comunicaciones entre España y Latinoamérica.
La compañía no quiere demorar el lanzamiento de la oferta pública de venta (OPV), tras los buenos resultados económicos alcanzados en 2006. Sacará al parqué entre un 20% y un 40% del capital de Hispasat -procedente de los paquetes accionariales de Auna (17,6%), Telefónica (13,2%) y BBVA (10,7%)- y tiene previsto hacerlo antes de que finalice el año: el próximo octubre, según el calendario inicial que maneja la compañía, siempre que no haya grandes vaivenes bursátiles.
Los accionistas privados de la compañía firmaron un acuerdo en 2001 que ya preveía la salida a Bolsa en un plazo máximo de tres años. Tras el cambio de Gobierno, que supuso la llegada a la presidencia de Petra Mateos, Telefónica, BBVA y Auna expresaron su voluntad de salir del accionariado. Pero las luchas internas por el control del grupo impidieron entonces la venta. Mateos asegura que la salida a Bolsa "es la mejor forma de darles liquidez a los accionistas, después de dos años en los que los resultados de Hispasat han crecido más que los de otros operadores de mayor tamaño".
La salida a Bolsa exige algunos cambios. Para empezar, el Gobierno debe modificar toda la reglamentación relativa a Hispasat, que exige autorización del Consejo de Ministros para cualquier intercambio de acciones. Ante la importancia estratégica de la compañía, el Ejecutivo quiere que el aterrizaje en el mercado bursátil de Hispasat se haga en unas condiciones que impidan la toma de participaciones significativas que puedan poner el control en manos de cualquier grupo privado.
Compras limitadas
Así ha sido en el caso de otras empresas estratégicas como Bolsas y Mercados Españoles, Red Eléctrica Española o Enagas. En estos tres casos, el Ejecutivo puede filtrar la compra de acciones para evitar que un grupo extranjero se haga con participaciones de referencia en esas empresas. Otras grandes compañías de satélites, como la luxemburguesa Astra, tienen limitaciones parecidas.
La presencia de la francesa Eutelsat en el accionariado de Hispasat será un elemento clave en la oferta de venta de acciones. Pese a que el papel de Eutelsat en Hispasat ha cambiado tras la entrada de Abertis en su capital. Abertis es el primer accionista de Eutelsat tras la compra del 32% del capital del grupo francés el pasado diciembre. Una adquisición que provocó una pequeña revolución en el accionariado de Eutelsat: sólo unos días después, Caisse des Dépôts -un organismo financiero francés de titularidad estatal- irrumpió en Eutelsat con la compra del 25,5%.
La salida a Bolsa llega en un buen momento económico para el operador español. Hispasat cerró 2006 con unos ingresos de 120,5 millones de euros, con un alza interanual del 20,9%, y unos beneficios de 24,5 millones, un 148,9% más que en 2005. Situado entre los 10 mayores operadores del mundo, el grupo ha acometido un proceso de diversificación. "Brasil pesa ya un 30% en los ingresos, y la compañía ha logrado también contratos con Estados Unidos", asegura Mateos, que destaca que la salida a Bolsa "tiene que conjugar la voluntad de obtener liquidez de los accionistas privados con la defensa de los intereses de la compañía y del resto del accionariado".
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