El Villarreal arriesga y el Celta pierde la fe
El decreciente Celta se encontró con un Villarreal en ascenso que ya no mira como una utopía su regreso a Europa. Ayer dio un paso al frente ante un rival que ha dejado de creer en sí mismo. Los errores de toda la temporada le están haciendo mella. Ante el Villarreal, el miedo instintivo de los desesperados le hizo claudicar frente a las formas de su romántico oponente.
El Celta se encomendó a Stoichkov con la soga al cuello y cantó bingo al primer cartón. Ahí murió su efecto. El búlgaro apostó ayer por un centro del campo contundente con Pablo García al mando y un ataque dinámico. Un 4-3-3 que poco se ve en los tiempos que corren. A Pellegrini, un convencido defensor del fútbol elegante, su irrefutable concepción del juego, en la que siempre se encuentran dos delanteros, le había dado esta temporada más disgustos que gozos. Pero contra el Barça el equipo lavó su cara y ha levantado el vuelo.
VILLARREAL 1 - CELTA 0
Villarreal: Viera; Javi Venta, Gonzalo Rodríguez, Fuentes, José Enrique; Senna, Tacchinardi (Matías Fernández, m. 55); Cani, Pirès (Somoza, m. 70), Marcos (Guille Franco, m. 64); y Forlán. No utilizados: Barbosa; Josemi, Quique Álvarez y Tomasson.
Celta: Esteban; Ángel, Contreras, Tamas, Placente; Pablo García, Iriney, Oubiña (Bamogo, m. 75); Gustavo López (Canobbio, m. 75), Nené (Núñez, m. 61) y Baiano. No utilizados: Pinto; Areias, Yago y Jorge.
Gol: 1-0. M. 67. Guille Franco remata de cabeza un saque de esquina botado por Cani.
Árbitro: Mejuto González. Amonestó a Javi Venta y Placente.
Unos 15.000 espectadores en el estadio de El Madrigal.
Al miedo se le vence con arrojo. Sobre el papel, así lo entendió el Celta. Y el Villarreal, con los servicios mínimos cumplidos, salvación en la mano, no iba a echarse a temblar. Así, pues, el choque tendió hacia la disputa abierta, hacia los jugadores con capacidad de pensar y crear. Al Celta le duró la intención un acto. El conjunto castellonense utilizaba todos los frentes para llegar al área de Esteban, sustituto ayer de Pinto, al que Stoichkov dejó en el banquillo. El Villarreal tiende a centralizar sus acciones, pero ayer decantó el juego hacia el costado derecho ante las frecuentes subidas de Javi Venta. Nené apenas se molestaba en defender.
El control del partido fue decayendo poco a poco hacia el lado amarillo. El Celta cedió la iniciativa y se acomodó en su parcela. El enfrentamiento fue perdiendo ritmo. El Celta, que sobre el plano apostó a ganador, parecía que no le hacía ascos al empate y renunció a sus derechos sobre el esférico.
Si el Celta renunciaba al ataque, al Villarreal le sobraban jugadores de corte defensivo. Pellegrini introdujo a Matías Fernández y Guille Franco, que nada más entrar inclinó la balanza. Antes del gol, Stoichkov contestó con la retirada de un delantero, Nené, por Núñez, un jugador con menos alegría ofensiva. Cuando el Celta soltó amarras, resultó tarde. La valentía venció a la prudencia.
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