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La Pantoja, ANV y la precampaña

Eduardo Madina

Es altamente probable que Isabel Pantoja no conozca de nada a Antonio Basagoiti. Es probable, por lo tanto, que desconozca la mañana madrileña en la que el candidato a alcalde de Bilbao por el Partido Popular se soltó por bulerías y señaló abiertamente que la señora Pantoja había sido detenida porque el presidente del Gobierno había estado dando un mitin en Marbella y hablando de lucha contra la corrupción. Es decir, porque Zapatero había querido hacer campaña electoral a costa de Isabel Pantoja.

Se desprende de esta queja de don Antonio Basagoiti que, el candidato a alcalde de Bilbao, no considera que la lucha contra la corrupción en Marbella esté siendo limpia, sino que las decisiones judiciales sobre imputados, testigos y demás familia en este tipo de sumarios se derivan de decisiones políticas y de cálculos electorales. Dado los tiempos que corren, y los numerosos casos de corrupción que se están investigando en los últimos tiempos -la enorme mayoría, de su propio partido-, hubiese sido recomendable un poco de argumentación y un poco de más de respeto y puesta en valor de las decisiones judiciales por parte de un representante institucional.

Parece que no podremos tener un debate sereno de propuestas para las ciudades y los pueblos en los que vivimos
Es curioso que el presidente del PP de Vizcaya se moleste por la detención 'política' de Isabel Pantoja

Instantes después, recomendó a la tonadillera que se inscribiera en una lista de Acción Nacionalista Vasca. "Quiero darle un consejo humilde a Isabel -afirmó-: con este Gobierno, lo mejor para estar seguro es ir dentro de una lista de ANV". Dijo esto y no se inmutó, no tosió, no parpadeó. A su lado, el alcalde de Vitoria, el señor Alfonso Alonso, ponía cara de que todo bien, de que nada que decir y nada que objetar. Antonio Basagoiti fue capaz de todo esto en una sola frase. Suponemos que creía en lo que decía y, precisamente por eso, no deja de resultar curioso que el presidente del Partido Popular de Vizcaya se moleste por la detención política de Isabel Pantoja en relación con la investigación de la corrupción urbanística de Marbella, mientras su propio partido lleva varios meses buscando jurídicamente la cárcel para Patxi López y Rodolfo Ares por su papel político en el proceso de paz. Puestos a ironizar, podría ironizar con esto, pero en cualquier caso tiene toda una campaña electoral por delante para convencernos a todos de que si es alcalde no se va a tomar a broma la lucha contra la corrupción urbanística y el respeto a la legalidad en Bilbao, porque él sólo se ríe de estas cosas cuando suceden en Marbella.

Con todo, se nota que la campaña electoral se acerca en Euskadi. En ese sentido, las últimas declaraciones del señor Iñigo Urkullu han resultado sorprendentes y curiosas. Insinúa el presidente del Bizkai Buru Batzar que el Partido Socialista ha pactado con Batasuna la legalización de algunas candidaturas y la ilegalización de algunas otras porque entre ambos están acordados los términos de un proceso en el que, presas de su pasado, ambas formaciones buscan el menor desgaste posible. Es como si el señor Iñigo Urkullu dejara caer que el poder judicial es una marioneta en todo esto y que, en realidad, son la propia Batasuna y el Partido Socialista los que deciden lo que es legal y lo que no lo es en estas elecciones municipales.

No sorprende que Iñigo Urkullu demuestre un inconsciente electoral a la hora de acercarse a Ley de Partidos, sorprende que lo deje ver tan claramente. El presidente del BBB debería saber que todos estamos presos de nuestro pasado y que el PNV no es ajeno a esto. Una denuncia de un dirigente de este partido a la sociedad vasca sobre un posible cálculo electoral alrededor de la Ley de Partidos suena a chiste malo. No dudo de que el señor Urkullu cree en lo que dice cuando se posiciona en contra de la existencia de la Ley de Partidos, no dudo de que considera mejor y más rápido un camino hacia la paz sin esta ley, pero no deja de resultar curiosa la denuncia de cálculos electorales por parte de uno de los principales dirigentes del partido que, según todos los números, es el que más se ha beneficiado en los últimos años de la ilegalización de Batasuna.

Así, creo que, una vez más, todo va indicando que no podremos asistir a un debate sereno de propuestas sobre lo que cada partido piensa para las ciudades y los pueblos en los que vivimos. Da la impresión de que la forma de entender la política por parte de algunos hace que en Euskadi sea dificilísimo un debate sobre política social y municipal.

Habrá quienes traten de encontrar, en este proceso electoral, un capítulo más de un proceso de paz por el que no hicieron mucho en su momento, la tabla de salvación con la que no ahogarse en su propia incapacidad pasada y presente para conducir a la política todo lo que hasta ahora ha sido otra cosa. Otros tratarán de encontrar en estas fechas las claves de la rendición ante ETA, y algunos otros seguirán insistiendo en sus viejos planes soberanistas y en sus diatribas de patria.

Por todo ello, es importante que algunos centremos la campaña en propuestas de política municipal que traten de acercar el debate a lo que los ciudadanos tienen que votar el 27 de mayo. Seguro que lo agradecen.

Eduardo Madina es diputado en el Congreso del Partido Socialista de Euskadi por Vizcaya.

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