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Reportaje:Fútbol | 33ª jornada de Liga

"No soy un salvador, pero soy importante"

Cicinho, que regresó hace una semana tras siete meses de lesión, se convierte en un valioso recurso para el Madrid en la disputa del título

Diego Torres

"Subí montañas", dice Cicinho. El lateral del Madrid no es alpinista, pero puede jactarse de ser el primero en abrir una huella en la montaña de OHL. La Senda Cicinho traza una línea recta en la cara sur del monte artificial, levantado con la tierra sacada del cráter que cavó la constructora OHL para construir el estadio Alfredo Di Stéfano, en Valdebebas. En ese monte se recuperó Cicinho de su lesión de ligamentos cruzados. Subiendo y bajando a la carrera, logró lo que el preparador físico del Madrid, José Luis San Martín, se propuso como objetivo: ganar potencia. Masa por aceleración y fuerza por velocidad. Cuando le tocó jugar, en San Mamés, hace una semana, el lateral derecho salió como un tiro. Pesaba un kilo menos que cuando se lesionó, hace siete meses, y sus isquiotibiales estaban a tope.

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Hoy Cicinho tiene otra prueba. El Madrid recibe al Sevilla en uno de los partidos más importantes que le quedan al campeonato. Una victoria dejaría al Sevilla en el camino, poniendo al Madrid a un paso del líder. Para lograrlo, el equipo cuenta con una banda derecha a pleno rendimiento. Beckham y Cicinho componen una pareja eficaz que se ha sobrepuesto a todo tipo de dificultades antes de ganarse el crédito del entrenador, Fabio Capello.

"No me veo como una salvación para el Madrid, pero sí como un jugador importante que luchará hasta el final por ir a la Cibeles", dice Cicinho. El hombre prefiere no hablar de su primera experiencia con Capello. Al principio de la temporada, el técnico no le consideró un titular. Prefería a alguien más agresivo en la marca, un defensor más puro, como Salgado, que además contaba con el aval de Raúl. Hoy la opinión de Capello ha cambiado.

"Cuando volví a entrenarme con el equipo, tras la lesión", recuerda el jugador, "estaba físicamente mejor que cuando me lesioné. Más potente, más rápido y con más resistencia. Hace una semana, el míster vio que tenía condiciones y me dio una oportunidad que yo aproveché. He intentado dar lo mejor de mí. No he cambiado mi manera de jugar. He hecho lo mismo de siempre. Sólo que estoy físicamente mejor que antes. José Luis San Martín ha hecho un gran trabajo".

San Martín, el especialista del Madrid en recuperar jugadores, es, en esencia, un entrenador de atletismo. Considera que el fútbol es un deporte excesivamente traumático. Para evitar accidentes, para lograr que el cuerpo se adapte a la actividad de una forma gradual, prefiere recurrir a lo que él llama "formas naturales de potenciación" antes que a las máquinas del gimnasio. Por eso, cuando precisó fortalecer las piernas de Cicinho, buscó un espacio agreste. No tuvo que salir de Valdebebas para encontrar algo que le servía. Allí mismo descubrió un elemento característico del paisaje del Madrid contemporáneo. Una colina creada por un gigantesco movimiento de tierra, producto de la construcción.

Durante meses, Cicinho hizo sesiones de 40 minutos sobre la tierra revuelta, cubierta de hierbas y flores silvestres, de la montaña inducida. Subió y bajó la rampa de 30 metros corriendo. La pendiente del 70% le obligó a hacer un trabajo muy explosivo, que en las bajadas le reforzó sus músculos excéntricos, los que frenan la articulación para que la rodilla no se le desplace, y los que fundamentan el entrenamiento de los velocistas.

Juan Miguel Villar-Mir, ex candidato a la presidencia del Madrid, nunca se propuso hacerle una rampa a Cicinho. Pero su constructora, OHL, hizo el trabajo al fin y al cabo.

Lo que nunca se propuso Cicinho hasta que tuvo 20 años fue ser defensa. "¡Si yo, hasta que jugué en el Botafogo, era como Van Nistelrooy! ¡Delantero centro!", dice. "Luego me retrasaron a la banda y después, un día que faltaba el defensa lateral, me pusieron ahí. Tenía nociones de marcaje porque había jugado como interior y me pude adaptar. En cualquier caso, en Brasil los laterales juegan de otra manera. Allí para ser un buen defensa lateral hay que saber atacar. Por eso es tan difícil ganarse una convocatoria para la selección. Tanto si eres zurdo como si eres diestro, hay una multitud de carrileros ofensivos de gran nivel. Yo estoy convencido de que, si juego como lo he hecho siempre, sin mirar a otros, volveré a la selección".

El Sevilla que visita el Bernabéu esta noche cuenta con otro de estos especialistas surgidos de la cantera de Brasil. No es cualquier lateral largo. Es un futbolista tan expansivo, tan dotado, que impregna todo el juego de su equipo partiendo desde la esquina. Se trata de Daniel Alves, que junto con Maicon, del Inter, es el principal rival de Cicinho en la carrera por integrar la convocatoria de Brasil para jugar la Copa América.

"Alves es uno de los mejores jugadores que hay en esta posición", lo elogia Cicinho; "está haciendo un gran trabajo y le conozco bien porque nos hemos enfrentado muchas veces. Hablamos mucho y somos grandes amigos".

Alves y Cicinho son los mejores laterales derechos del planeta. Sin embargo, ambos han sufrido ciertos prejuicios del fútbol europeo. Si Alves tardó años en superar la incomprensión de los técnicos del Sevilla, su colega madridista se ha topado con un entrenador europeo que no lo veía claro. Al principio, Capello no le consideró entre sus preferidos. Ahora, su opinión ha cambiado. "Capello me ha dicho que confía en mí", dice el jugador; "yo he trabajado mucho para poder mejorar en los marcajes. Pero esto no depende sólo de mí. En Europa las defensas son más una cuestión colectiva que en Brasil. En Brasil se ven más jugadas de ataque. Hay más delanteros dispuestos a driblar. Aquí hay menos espacios, se presiona más, con muchos hombres. Defender bien o mal no depende de uno solo".

Este Madrid primaveral es un equipo listo para cubrir las espaldas a su lateral más peligroso. Cicinho se siente liberado. "Diarra y Emerson", explica, "son la clase de medios centro que facilitan mucho el trabajo a los carrileros como yo. Cada vez que subo a apoyar las jugadas de ataque ellos me hacen la cobertura cayendo a banda. Con Beckham pasa lo mismo. Tenerlo junto a mí es contar con alguien que me entiende a la perfección".

Para Beckham, que supo entenderse con Gary Neville, emparejarse a Cicinho es una tarea sencilla. Para el brasileño, esto tiene consecuencias mercantiles imprevistas. Su cuota de pantalla está en aumento. Sus amigos bromean: "Ahora Cícero será famoso en Los Ángeles".

Cicinho, durante un partido del Madrid.
Cicinho, durante un partido del Madrid.GORKA LEJARCEGI

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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