El PP engrasa la censura
Los populares valencianos -quién sabe si inspirados por el fervor pastoral que les infundió la visita de Benedicto XVI- han dado, por fin, con la señal para llevar a cabo la multiplicación del vecindario de algunos de nuestros pueblos, aunque la apariencia del prodigio resulta más fraudulenta que evangélica. En cualquier caso, ya se sabrá todo tras las pertinentes indagaciones. De arriba a abajo del país, casas en estado ruinoso o cerradas a cal y canto durante mucho tiempo, se han visto de pronto habitadas por inesperados y hasta misteriosos inquilinos. Para elucidar el fenómeno, la parapsicología tiene a mano el ectoplasma; la credulidad, el milagro; y el político, la Fiscalía y el Instituto Nacional de Estadística para que examinen la sospechosa inflamación de ciertos padrones municipales. De momento, Avelina Chiva parece que ha revelado el pastel al apuntar "a los que mandan", como virtuosos instructores en el arte de manipular e hinchar censos. Avelina Chiva es concejala del PP, en Argelita (Castellón), Avelina Chiva es disciplinada e incapaz de tomar iniciativas que incumben a la cúpula provincial de su partido. Y la cúpula provincial de su partido ha metido la cabeza bajo el ala de Carlos Fabra, cuya candidatura está avalada por varias imputaciones de otras tantos delitos contra la Administración Pública. Y el portavoz del Consell, Vicente Rambla no está "en el detalle", de lo Argelita, ni probablemente tampoco en lo de Cabanes ni en lo de Callosa d'en Sarriá, que es todo un descaro, además de las implicaciones judiciales en las que pudiera incurrir. Estará contando los votos que les faltan. Estos indicios ponen al aire las vergüenzas y los miedos del PP, que articulan una estrategia defensiva, sin importarle, al parecer, que la articulan atentando contra los principios democráticos. Para disimular su debilidad, se vale de otra estrategia ofensiva, que igualmente la articula vulnerando los principios democráticos: la censura. O sea que no hay por dónde cogerlo. Desde que Rajoy proclamara el boicot al grupo Prisa, que edita este diario, sus más conspicuos mamporreros valencianos andan detrás de decapitar la señal de TV3, en nuestra autonomía, persiguen a los productores del vídeo Ja en tenim prou, y más recientemente proceden contra el joven de Calp, Imanol Hidalgo, porque en su web -Cambiacalpe.com- se criticaba la gestión pública del alcalde popular, Javier Morató. Imanol Hidalgo fue detenido por la Guardia Civil, trasladado al juzgado de guardia, donde la titular del mismo le tomó declaración y lo puso en libertad, sin cargos. El PSPV y el Bloc han denunciado el "acoso y la persecución del joven por parte del alcalde Morató". En un manifiesto, firmado por los citados partidos y por Els Verds-PV,Bloc Jove, UGT-PV, JSPV y varias asociaciones, y que no se pudo leer públicamente, por decisión de la Junta Electoral, se consideraba al autoritario Javier Morató, de actitudes antidemocráticas, como discípulo aventajado del general Millán Astray. Pero por lo menos Millán Astray veía por un ojo.
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