Uno de los dos grandes grupos paramilitares protestantes del Ulster abandona la lucha armada
La Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF, en sus siglas en inglés) anunció ayer el abandono de la lucha armada. La decisión afecta también al sangriento Comando de la Mano Roja, integrado en la UVF. El grupo lealista, que declaró un alto el fuego en 1994 pero desde entonces ha cometido una veintena de asesinatos, no ha destruido sus arsenales ni los ha puesto a disposición de la comisión independiente que controla el desarme de los grupos paramilitares de Irlanda del Norte, pero afirma haber puesto sus armas "fuera del alcance" de sus militantes, en lugares sólo conocidos por altos dirigentes del grupo.
La noticia, en vísperas de la formación de un Gobierno conjunto de unionistas y nacionalistas el día 8, puede influir decisivamente en el otro gran grupo lealista aún activo, la Asociación de Defensa del Ulster (UDA), y en disidentes republicanos que se escudan en la existencia de grupos lealistas para seguir rechazando los acuerdos de paz de Viernes Santo de 1998.
La UVF, creada en 1912 como milicia protestante y refundada en 1996, es responsable de la muerte de más de 500 personas desde los años sesenta. Aunque se declaró en alto el fuego cuando el IRA hizo lo mismo en 1994, hace dos años el Gobierno británico le reclasificó como grupo paramilitar activo debido a sus constantes incumplimientos.
El anuncio fue leído esta mañana por uno de sus militantes históricos, Gusty Spence, que desde hace años defiende la reconversión del grupo armado en una fuerza meramente política. "Aceptamos los recientes acontecimientos a favor de asegurar estructuras estables y una democracia duradera en Irlanda del Norte y aceptamos como significativo el apoyo de la corriente mayoritaria del movimiento republicano al statu quo constitucional", señala la declaración de la UVF, firmada con un "Por Dios y el Ulster, capitán William Johnstone".
Downing Street dio la bienvenida a la declaración, aunque subrayó que "como en las declaraciones de otros grupos paramilitares en el pasado, esperamos ver las palabras transformadas en hechos". El Sinn Fein reaccionó de manera positiva. "Es una declaración que supone el reconocimiento de una nueva realidad política en la que no hay espacio para acciones armadas o violentas", declaró John O'Dowd. La declaración es especialmente importante para el Sinn Fein porque hace unas semanas la policía informó a 100 militantes republicanos que la UVF había accedido a sus datos.
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