"Mi nombre motiva a la gente"
Boza Maljkovic (Otacec, Serbia; 55 años) es historia pura. Esta tarde, en Atenas, ante el Panathinaikos, al que hizo campeón de Europa en 1996, afronta su séptima Final Four. "De momento he ganado cuatro, ¡con tres equipos!", adelanta el preparador del Tau. Muy distinto de la imagen pétrea que le sigue en los banquillos, sabe que le han contratato para que guíe al cuadro vitoriano, que ya cayó en el torneo en dos ocasiones. "¿Que si a la tercera la vencida? Si evitamos las canastas baratas, puede. No hay que intentar hacer un juego maravilloso, sino resistente, duro. Vamos a poner a examen nuestros nervios", predica.
Pregunta. ¿Dónde estaría de no ser por la angina de pecho de Velimir Perasovic?
"Para ser entrenador hay que ser frío como el chófer de un autobús que se cae al vacío"
Respuesta. ¡Nadie sabía lo que iba a suceder con Perasovic, mi ex jugador y mi amigo! Cuando fiché por el TAU el primer sms que recibí fue de él, deseándome la mejor suerte del mundo... (se emociona). En fin, así es la vida.
P. ¿Le supo mal ser el sustituto de un enfermo?
R. Nunca pensé que un hombre tan sano como Pera pudiese tener problemas. Pero no supo controlar los nervios. Un hombre que ni en broma bebía alcohol, ni fumaba, un deportista de catálogo... Pero el estrés es muy fuerte.
P. ¿Y cómo lo lleva usted?
R. Como, bebo, no hago deporte, ¡ja ja ja! Trabajo mucho, eso sí, gasto mucha energía durante los entrenamientos, chillando, moviéndome y todo eso. Pero no me cuido nada. Y fumo antes de los partidos. Aunque jamás me emborracho. Tengo un mecanismo que me para y me controla.
P. Su actitud recuerda a la de un asceta solitario.
R. Hay trabajos que debes hacer solo. Cuando un autobús se cae a un río, si el pasaje está tranquilo se salvan casi todos; cuando empieza el pánico muere todo el mundo. ¡Se matan entre ellos! Hay que ser frío, como el chófer de ese autobús que se cae al vacío.
P. ¿El ambiente les va a impresionar tras eliminar a Olympiakos?
R. Eso me gustaría saber, si va a ser o no determinante. Los jugadores, entrenadores y árbitros grandes se hacen fuera de casa. Jugando contra miles y miles de personas en contra. En estas condiciones se demuestra la clase que tienes. Sólo quiero decir eso.
P. ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
R. Tenemos más partidos. Antes había más tiempo para entrenar, recuperar a los lesionados... ¿Pero qué podemos hacer? Son las circunstancias. El dinero, el marketing, los derechos de televisiones... Estamos copiando la NBA. Europa debería pensar un poco con cabeza propia. No solamente copiar lo que hay allí. Y claro, cuando llega el verano, un jugador NBA se va al balneario, al hospital, hace pesas, trabaja en el gimnasio, trabaja la técnica individual. Los nuestros, en vez de descansar, se van con sus selecciones. Entiendo a los jugadores que rechazan a la selección para descansar.
P. Usted siempre ha dicho que el físico es lo primero.
R. ¡Sí! Porque cuando lo consigues, en ese momento tienes la posibilidad de competir. No de jugar bien, pero entras en la élite. Sin físico no puedes hacer nada. Por eso tenemos muy pocos jugadores tipo Sasha Djordjevic, muy bonitos de ver, y sí más jugadores con músculo, que hacen más pesas que balón. Una pena.
P. ¿Sirvió la derrota en Madrid? Luego bailaron al Valladolid.
R. Ninguna derrota es buena. Ante el Valladolid, en el primer tiempo metimos 69 puntos, éramos un libro sobre cómo jugar al ataque. Pero después bajamos. Es algo que me preocupa muchísimo del equipo. Siempre tiene bajones.
P. ¿Nota que los alumnos se esfuerzan más con usted? En Atenas le espera Zeljko Obradovic...
R. ¡Seguro, seguro! Sin ser modesto, mi nombre motiva a mucha gente. Y eso es bueno. Ellos son agresivos, duros, aprietan a los árbitros y hasta se meten en la pista.
P. ¿Qué hará el Panathinaikos?
R. Será agresivo, aunque no siempre. Utilizará mucho el poste bajo, buscará las faltas a Scola, con muchos parones y bloqueos directos. También puede ser que aprieten en todo el campo. Sus dos mejores hombres son Diamantidis y Batiste. ¡Ésos te matan! Y han cambiado su política de fichajes. En mi época apostaban por estrellas como Dominique Wilkins, ahora tienen jugadores menos caros... ¡Pero muchos!
P. ¿Qué título fue más especial?
R. ¡Nunca olvidas la primera vez, con la Jugoplastika! Y como milagro, como la sorpresa del siglo, la victoria con el Limoges.
P. Con la Jugoplastika se pillaba unos cabreos tremendos porque quería jugadores nuevos. ¿Por fin está contento?
R. Un buen cirujano siempre quiere tener el mejor equipo para hacer una buena operación. Una obra de teatro debe contar con el mejor reparto. ¿Por qué el Ritz tiene tanto nivel? Porque si tiene cinco cocineros, ficha a un sexto ¡y el quinto fuera! En el deporte hay que seleccionar a la gente sin compromisos. Incluso si es tu propio hijo, no debes tener emociones. Sólo importa la calidad.
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