Colosal apuesta española
Unicaja se lo juega todo frente al campeón, el CSKA de Moscú, y el Tau se mide al potentísimo Panathinaikos
La que se les viene encima al Tau y al Unicaja en Atenas es de aúpa. La Final Four, la cita de los cuatro mejores equipos del baloncesto europeo, les enfrenta a dos equipos de campanillas que han arrasado esta temporada y son más duchos en la materia. El CSKA de Moscú, rival de los malagueños, defiende el título conquistado el año pasado en Praga; el Panathinaikos, adversario del Tau, desplegará su impresionante arsenal con el apoyo del público que llenará el majestuoso pabellón OAKA de Atenas.
El consorcio Rosníquel, uno de los mayores productores mundiales de níquel, financia más del 70% del presupuesto del CSKA, que asciende a 22 millones anuales. El dato impresiona e intimida casi tanto como la magnífica estructura deportiva del equipo moscovita, que afronta su quinta Final Four consecutiva tras una campaña europea en la que sólo ha perdido dos partidos.
De la mano de Ettore Messina, el CSKA ha consolidado un equipo que, con el alero venezolano Óscar Torres, circula a velocidad de crucero. Ése es el enorme obstáculo que encontrará el Unicaja de Málaga en su primera participación tras haber eliminado a un clásico como el Barcelona. La capacidad de adaptación a las dificultades -reconstrucción de la plantilla, lesiones de Brown y Santiago, derrotas en cuatro de sus cinco primeros partidos en la Euroliga, irregular campaña liguera- es uno de los puntos fuertes imbuidos por Sergio Scariolo a su equipo.
El Tau participa en su tercera final consecutiva. En los entresijos del baloncesto circula la teoría de que, si el presidente y arquitecto del equipo, Josean Querejeta, apostó por un técnico como Bozidar Maljkovic fue con el punto de mira puesto en Europa. De Boza se espera que dote de la sutileza táctica necesaria a los Prigioni, Scola, Splitter y compañía para dar a Vitoria su primera Euroliga. Conoce a fondo al rival griego, al que llevó al triunfo europeo a costa del Barcelona en 1996 con aquel tapón ilegal de Vrankovic a Montero.
El Panathinaikos, conducido por Zeljko Obradovic, otro técnico serbio muy avezado en una competición que ha ganado cinco veces con cuatro equipos diferentes, es tal vez el equipo con la plantilla más equilibrada. En él sobresalen jugadores como Diamantidis, Becirovic, Batiste y Tomasevic. Es un equipazo que aspira a su cuarto título y que acostumbra a administrar de maravilla el desaforado factor ambiental. En Atenas habrá dos mil aficionados españoles.
El Tau ya sabe lo que es ganar en este ambiente, porque el año pasado derrotó al Panathinaikos en Atenas en un partido de cuartos de final. Hace dos también ganó a domicilio al CSKA en semifinales.
En Praga, el Tau y el Barça cayeron en semifinales. Ahora el equipo de Vitoria y el Unicaja aspiran a protagonizar una final española inédita que cerraría una temporada redonda para la ACB tras los triunfos del Real Madrid en la Copa ULEB y del Akasvayu de Girona en la Copa de la FIBA.
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