Aguirre equipara a los héroes de 1808 con las víctimas del terrorismo

Los 43 patriotas fusilados por las tropas napoleónicas en la montaña del Príncipe Pío entre el 2 y el 3 de mayo de 1808 y enterrados luego en el recoleto cementerio de La Florida, junto a la Rosaleda del Parque del Oeste, recibieron ayer homenaje por parte de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid y de los ciudadanos allí desplazados.

Tras depositar una corona de flores en su memoria, Aguirre equiparó la gesta de los héroes en su lucha por la libertad contra la invasión napoleónica con "la de ciudadanos generosos, solidarios y valientes, algunos también extranjeros, pero madrileños de corazón, víctimas del terrorismo y de su designio totalitario".

El cementerio, que también abre hoy, recibió visitas de ciudadanos, entre ellos el teniente general Agustín Muñoz Grandes, en la reserva, quien, con miembros de una entidad militar, depositó una corona de laurel.

Por su parte, la Asociación Histórico Cultural Voluntarios de Madrid (1808-1814), dedicada a la recreación escénica de las guerras napoleónicas, desplegó junto al camposanto una unidad mixta de fusileros y granaderos, ataviada a la usanza de la época: bicornios, gorros de pelo, casacas, espadines y mosquetes. Mientras redoblaban dos tambores, la guardia recreada rindió armas a los españoles que hace 199 años combatieron en las calles contra las tropas del duque de Berg, virrey de Bonaparte: sufrieron 500 bajas entre sus mamelucos.

Los patriotas fueron apresados y pasados por las armas, como inmortalizara Goya en su cuadro sobre aquellos fusilamientos. En 2003, el catedrático de Arte Juan Manuel Sánchez Ríos, vicepresidente de la Milicia Nacional, entidad que comparte la custodia del camposanto, apuntó tras un estudio que el personaje central del lienzo de Goya, el que abre los brazos al recibir las descargas de arcabuz, sería Martín de Ruzcabado, cantero montañés -anteriormente se creyó que era ilerdense- sepultado en La Florida.