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14 barreras en siete kilómetros

Con cinco parroquias muy diseminadas y una encrucijada de estrechos caminos que rodean la C-550, conocida como la recta de Valga, este municipio mantiene un viejo litigio que se remonta a la pasada década para lograr la supresión de los 14 pasos a nivel que, para los vecinos, convierten la travesía en una pista mortal a lo largo de siete kilómetros.

La concentración de parcelas privadas a ambos lados de la línea ferroviaria, es, según el alcalde, José María Bello, la única explicación que existe para que haya tantos pasos en un trayecto tan corto, teniendo en cuenta que Valga cuenta con 40,5 kilómetros cuadrados que, prácticamente, quedan partidos en dos por la vía, con un tráfico diario medio de 30 ferrocarriles.

El tren tiene que sortear terrenos cultivados, numerosas casas, una playa fluvial y zona montañosa, por lo que el trazado de estos pasos a nivel, hoy con evidentes problemas de visibilidad para los usuarios, se hicieron antaño necesarios. Pero el tránsito cada vez más intenso de vehículos y transporte público, principalmente el escolar, por las vías ha acrecentado el miedo entre los usuarios. Sin embargo, José María Bello cree que la propiedad privada ya no es un problema insalvable, "porque el talante de los vecinos es no poner trabas si van a ganar en seguridad".

Desde que Valga se segregó del municipio de Pontecesures, en 1926, en este tramo de 7 kilómetros había cinco pasos más, tres inferiores y dos superiores, que se suprimieron hace apenas cuatro años. El ayuntamiento ya había buscado soluciones alternativas para reducir este peligro potencial para los vecinos, negociando con los propietarios de las fincas para llegar a una expropiación amistosa que agilizase la firma del convenio con Renfe.

En función de la situación de cada uno de los 14 pasos a nivel, el alcalde de Valga y el gerente del Adif recorrieron a pie la vía férrea para constatar el borrador de soluciones que se había elaborado, dando posibles alternativas técnicas a las demandas vecinales. También al subsecretario de infraestructuras se le hizo llegar una copia de este anteproyecto municipal.

El 1 de mayo de 2004, el ayuntamiento envió la primera circular a la actual ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, y el último escrito se le remitió una semana antes del accidente, según el alcalde. Bello confía en que las soluciones que hoy aporten los responsables de Adif "cumplan con las expectativas de los vecinos".

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