Ni Leverkusen ni Glasgow, Bremen

Al Espanyol le van bien las cosas desde 2000. Ha ganado dos Copas del Rey y se ha estabilizado en la Liga. Ante una época de tanta bonanza, no extraña que el club se llene la boca con la palabra Glasgow, sede de la final de la Copa de la UEFA. Hoy (20.45, Canal +) queda negociar simplemente la vuelta de las semifinales en cancha del Werder Bremen alemán con una ventaja de tres goles de la ida (3-0). La cita evoca, sin embargo, un triste recuerdo en la parroquia blanquiazul. El equipo que por entonces entrenaba Clemente y en el que se alineaba Valverde, el actual entrenador del Espanyol, ya perdió en 1988 una final de la Copa de la UEFA en Alemania contra el Bayer Leverkusen pese a que también partía con un 3-0 a favor. Así que llegados a tal punto el plantel de Valverde responde al unísono: ni Leverkusen ni Glasgow, sino que hablemos de Bremen.

"Empezar a hablar de Glasgow es poner la primera piedra para quedarnos fuera", solemniza el entrenador blanquiazul. "No vamos a tirar por la borda la temporada por un partido", responde el capitán Tamudo. Técnico y jugadores se preparan para un encuentro "sufrido" como el de Lisboa ante el Benfica; coinciden en la necesidad de estar concentrados y ser fuertes psicológicamente; le dan una vital importancia al primer gol de la noche; y admiten que se sienten a gusto cuando pueden jugar a la contra, desplegarse en rápidas transiciones, como se supone que puede ocurrir hoy.

La trayectoria del Espanyol en la UEFA es inequívoca: diez victorias, tres empates, 30 goles a favor y ocho en contra. Y, por lo demás, cuenta tres derrotas y dos triunfos en sus visitas a Alemania. El equipo blanquiazul ya sabe de la capacidad de intimidación de los alemanes y de su facilidad para meter goles. "Y también a veces hemos metido la pata nosotros mismos", recuerda Valverde. "Hay que jugar con naturalidad", avisa el preparador.

Valverde transmite tanta serenidad que incluso le cuadra la alineación, cosa que no es fácil, después de que tres jugadores decisivos como De la Peña, Moisés Hurtado y el pichichi de la UEFA, Walter Pandiani (11 goles), no puedan jugar por sanción. "Voy a reforzar a los que tengo", comenta el técnico blanquiazul. En Bremen, en cambio, invocan al santoral y piden de rodillas al Weser, el río que da nombre al estadio, que haga un nuevo milagro como ya ocurrió contra el Spartak de Moscú en la UEFA de 1987-88 (6-2), contra el Dinamo de Berlín (5-0) al año siguiente en el mismo torneo, el Anderlecht (5-3) en la Liga de Campeones de 1993-94 y el Olympique de Lyon (4-0) en la UEFA de 1999-2000. "Necesitaremos al Weser y la ayuda de Dios", sintetiza el presidente Jürgen Born. El club ha cerrado filas alrededor del equipo. Ayer se anunció que Klose cumplirá el año de contrato que le queda, la mejor noticia que podía esperar la afición, la plantilla y el entrenador. "La cabeza de Klose nos da confianza", respondió Diego. "Llevamos una semana preparando el partido", advierte el entrenador, Thomas Schaff. "Vamos a dejar de ser mansos, de hacer trucos y jugar bonito", afirma Frings.

Los equipos españoles han vivido grandes catástrofes futbolísticas en sus visitas a estadios alemanes. Ocurre que el Espanyol ya está escarmentado y esta noche no está dispuesto a firmar una sonora derrota que sonroje a los mil seguidores que le acompañan. Olvidado Leverkusen, aspira a llegar a Glasgow después de pelear la clasificación en Bremen.

Espanyol: Gorka; Lacruz, Jarque, Torrejón, David García; Ito, Zabaleta; Corominas, Luis García, Riera; y Tamudo.Werder Bremen: Reinke; Owomoyela, Pasanen, Naldo, Wome; Jensen, Frings, Diego, Hunt; Almeida y Klose.