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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Temor azulgrana

Ramon Besa

Aunque la mayoría de los pronósticos mantienen al Barcelona como favorito al título, ni que sea por su condición de campeón y líder, el Madrid ha logrado un dominio escénico del campeonato, sobre todo a nivel psicológico. A falta de seis jornadas, la sensación es que el Bar-ça juega para no perder la Liga y el equipo de Capello compite para ganarla, una situación tan liberadora para el club blanco como comprometedora para el azulgrana.

Así las cosas, el Barça es hoy víctima del miedo a fallar, preso del temor a la derrota, esclavo de la necesidad de evitar el ridículo. Le puede una carga negativa y aparece a menudo abrumado, excesivamente tensionado y responsabilizado, de manera que le falla el pulso y, consecuentemente, la puntería.

Hay razones objetivas para dudar del Barça. La hinchada está escarmentada desde París porque las malas noticias se han encadenado. No sólo no se ha renovado el álbum de cromos que se compró en tiempos de Rosell, sino que el protagonismo reservado a Henry lo ha ocupado Saviola. Las finales perdidas son más que las ganadas. Y Rijkaard no consigue corregir los problemas estructurales, que pasan por la falta de una alineación estable y la ausencia de un medio centro, por no redundar en asuntos mucho más opinables.

El Barça ha perdido equilibrio; han menguado los pases interiores y los cambios de orientación; no se ponen centros porque el juego de banda es deficitario y no se cuentan remates a media distancia, y la poca rigurosidad defensiva avala la concesión de ocasiones. Algunos de sus atributos han disminuido y se acentúan las carencias. Es menos versátil y más previsible.

Aunque el calendario invita al optimismo, la estadística es disuasoria. Los números señalan que sólo ha ganado tres puntos en sus últimas cinco salidas y su promedio goleador ha pasado de 2,11 a 0,5 tantos después de que en sus últimas cuatro confrontaciones únicamente haya marcado dos y de mala manera. La sensación de desplome se acentúa si se tiene en cuenta la falta de épica del equipo, poco dado al remonte, a excepción de situaciones extremas como la que se dio en la Copa de Europa.

El Barça ha pasado en una temporada de sentirse el mejor club del mundo a no tener autoestima, de tener al mejor futbolista a discutir sobre la posibilidad de traspaso y de mofarse del Madrid a temerle más que al Sevilla, segundo clasificado con un punto menos.

A juzgar por el tono de los debates, el barcelonismo se enfrenta a un ajuste de cuentas sin reparar en que ha ganado una de cada dos Ligas desde 1990. Hay quien le tiene ganas a Laporta, otros que reniegan de Txiki y coinciden varios en que conviene ventilar el vestuario. Nada nuevo, por otra parte, si se recuerdan los tiempos de Robson y Van Gaal, de Núñez y Gaspart, de Ronaldo y Rivaldo.

Falto de militancia activa, víctima de su capacidad autodestructiva, el Barça está convencido de que la Liga sólo la pueden perder sus jugadores. El equipo no es ajeno a la corriente desmoralizadora de una parte de la hinchada y su juego tampoco, de manera que juega contra el Sevilla, contra el Madrid y, sobre todo, contra sí mismo, más rival que ningún otro. Una cosa es jugar mal y otra renegar hasta provocar la abdicación.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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