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Reportaje:

Se busca pareja para el baile de bancos

Las dos ofertas sobre ABN abren modelos nuevos de compras: se puede ir en grupo y hacerlo de forma hostil

Íñigo de Barrón

La compra de Endesa ha abierto caminos para la banca. Realizar una contraoferta entre varios, con el objetivo de dividir los activos de la compañía, ha sucedido en el caso de la eléctrica y podría ocurrir lo mismo con uno de los grandes bancos de Holanda, ABN Amro. El Royal Bank of Scotland, el Santander y Fortis han establecido un consorcio que ofrece 72.200 millones por ABN, frente a los 67.000 acordados con Barclays y Bank of America. La operación ha roto moldes por ir en grupo y hacerlo sin acuerdo con los gestores ni el supervisor holandés. Los competidores miran con lupa el desarrollo de la operación que podría multiplicar y agilizar las compras bancarias transfronterizas. Para algunos expertos, sólo es un caso excepcional. De momento, todo está en el aire.

"Se han caído las barreras y se ha abierto una brecha en el muro bancario", afirma un analista de Caja Madrid
Los expertos creen que porque no haya acuerdo con los gestores no se puede considerar hostil la compra si beneficia a los accionistas
La dificultad reside en la necesidad de que tanto los cazadores como los cazados sean complementarios
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"No hay camino hecho. Nos tenemos que arriesgar en terrenos desconocidos". Con estas misteriosas palabras, Alfredo Sáenz, número dos del Santander, anticipó la semana pasada lo que 24 horas después iban a anunciar: su interés por participar en la compra del holandés ABN Amro.

El auditorio estaba abarrotado de banqueros ansiosos por escuchar las claves de su negocio, en unas jornadas organizadas por Deloitte, Genworth Financial y Abc. Tras desgranar los cuatro principios de su gestión, Sáenz llegó al quinto punto: "No perder oportunidades. Si no se está mirando por la ventana para ver qué pasa fuera, se pueden perder operaciones que no se repiten". Para Sáenz "ya no valen las fórmulas del pasado", o sea, las compras uno a uno. "Hay que asumir riesgos, no hay más remedio", sentenció.

Y el Santander lo ha hecho. El primer banco español se ha unido al Royal Bank of Scotland, el segundo del Reino Unido y jefe de esta expedición, y a Fortis, belga-holandés, para plantear una operación nunca vista ahora. Entre los tres intentan contraofertar por ABN Amro, una entidad con 125 años de historia, para repartírselo posteriormente. Su operación implica dejar fuera a los que dispararon primero: Barclays y Bank of America, que también quieren trocear ABN, pero menos.

Esta curiosa operación tiene tres aspectos relevantes. Primero, el alto precio ofrecido, 72.000 millones en el caso de la segunda oferta y 65.000 millones en la de Barclays. Es la mayor operación del sector financiero realizada en el mundo. Es decir, se ha iniciado la caza mayor transfronteriza en Europa. La operación anterior, la adquisición de Abbey, no tenía esta consideración porque se pagó cinco veces menos que por ABN.

En segundo lugar, se ha realizado de forma hostil, aunque disimulando un supuesto acercamiento amistoso difícil de creer. Es cierto que no es la primera compra hostil, pero sí la primera que tiene que superar las reticencias del supervisor. Respecto a esta hostilidad, Enrique Casanueva, consejero ejecutivo de JP Morgan de España y Portugal, matiza este concepto. "Una oferta no solicitada, ¿es hostil para los ejecutivos o para los accionistas?". En su opinión, "los consejeros y ejecutivos deben velar por los intereses de los accionistas y no por los suyos. Si la oferta es atractiva, aunque suponga la salida de los gestores y consejeros, debería ser recomendada".

Curiosamente, en los dos precedentes de compras agresivas de bancos de Europa, el Santander ha estado por medio. La primera fue en agosto de 1999, cuando BNP compró Paribas, pero tuvo que dejar escapar la gran pieza, Société Générale (SG), después de fuertes enfrentamientos entre las partes. En aquel caso, el entonces BSCH ofreció ayuda económica y posterior alianza con SG. El Banco de Francia vio la intención final del Santander (acabar comprando SG, que quedó herido en la contienda) y obligó a los dos bancos a romper sus relaciones.

En febrero de 2000, segundo capítulo. El Royal Bank of Scotland ganó el pulso al Bank of Scotland y se hizo con NatWest por 35.000 millones de euros. El banco presidido por Botín fue un prestador necesario para este triunfo.

Si sale adelante esta operación, se abrirá una nueva forma de comprar bancos. La clave será buscar pareja para salir de compras por las principales capitales europeas. La tarea no es fácil porque tanto los cazadores como los cazados deben ser complementarios. Sin embargo, las ventajas son tan importantes, que los banqueros se afanarán en ser agradables compañeros y encontrar su media naranja.

Este sistema tiene la enorme ventaja que las entidades sólo se quedan (y por lo tanto sólo pagan) los negocios que les encajan. "Hasta ahora se decía que las adquisiciones transfronterizas ofrecían un 5% de sinergias. Ya se ha demostrado que puede ser del 10% al 15%, como se ha demostrado con Abbey. Si este sistema triunfa, se podría superar el 20%. Es otro mundo", afirma un responsable de uno de los principales bancos de inversión.

En la operación planteada por Royal Bank, el veterano socio del Santander, el reparto planteado es casi perfecto. Los escoceses se quedarían con la filial norteamericana LaSalle; Botín con el italiano Antonveneta y el brasileño Banco Real y los belgas con el negocio minorista de Holanda y la banca de inversión.

La cuestión es hasta qué punto se puede decir que, si triunfa el Royal Bank, se habrá abierto la veda de cazar en grupo y se pondrían ver más operaciones hostiles. Mario Lodos, analista bancario de Ibersecurities, apunta que "sí hay un cambio de modelo, pero sin olvidar que éste es un caso muy especial. ABN es una entidad particular porque casi es un holding, con negocios bien diferenciados, que no estaba bien gestionado".

Casanueva, de JP Morgan, cree que esta operación es especial porque "la valoración de ABN en Bolsa no reflejaba el verdadero valor de sus distintos negocios. Esto le convirtió en vulnerable y susceptible a la presión de algunos inversores, como el fondo TCI".

Javier Bernat, de Caja Madrid Bolsa, considera que, al margen de las particularidades del caso ABN, los cambios son profundos y tendrán consecuencias. "Se han caído las barreras y se ha abierto una brecha en el mundo bancario europeo. A partir de ahora habrá más libertad para presentar ofertas no solicitadas y compartidas. Esto supone que hay muchos más bancos en el punto de mira de los compradores". Entre ellos cita a Société Générale, San Paolo y los españoles Popular y BBVA. "En realidad, los que están por debajo del BBVA en el ranking de capitalización bursátil son susceptibles de recibir una oferta compartida", concluye Bernat. Para otros expertos, es exagerado pensar que un banco como el BBVA, que vale 66.000 millones, "pueda ser objeto de una oferta de casi 80.000 millones", apunta Lodos.

Desde JP Morgan recuerdan otro factor que puede mover el mercado. "Los hedge funds podrían tomar un papel relevante en la banca europea forzando a los equipos directivos de los bancos a orientar aún más sus estrategias hacia la maximización de los beneficios bajo pena de fomentar movimientos corporativos", comenta Casanueva.

Y ¿cuáles serían las parejas de baile? Aquí las respuestas son de lo más variadas. "Todos hablan con todos y todos se han estudiado con detalle para ver las sinergias y los problemas que se presentan", señala un banquero de inversión. Esto es como el juego de la silla, apunta otro. Lo cierto es "a medida que se vayan agotando los posibles candidatos para la consolidación y aumente la distancia en cuanto al tamaño, es posible que los bancos europeos se planteen operaciones de esta envergadura", dicen desde JP Morgan.

Lo que está claro es que Unicredito mantiene conversaciones con Société Générale, pero los analistas también consideran que Barclays, si falla con ABN podría intentar aliarse con otro para realizar otra compra. Goldman Sachs cree que el BBVA "no participará en el proceso de consolidación transcontinental" porque está centrado en Estados Unidos y China. Otros recuerdan que está justo de capital como para estas aventuras. Sin embargo, creen que el británico Lloyd's, que no atraviesa sus mejores momentos, le podría encajar bien. Entre los comprables otros apuntan a Dresdner, filial de Allianz. "No están obteniendo todo el resultado que podrían, así que por un buen precio no es imposible que lo vendan", comentan en un gran banco de inversión.

En lo que todos los consultados coinciden es que los bancos más eficientes y rentables dirigirán las compras. Los vulnerables serán aquellos con falta de estrategia clara, triste cotización en Bolsa y, sobre todo, que el valor de sus diferentes negocios sea superior al del grupo. Según un reciente estudio de Deloitte, en dos años 700 bancos europeos serán comprados por sus rivales. La integración del mercado financiero europeo avanza irremisiblemente y Alemania, Francia e Italia son los países con mayor fragmentación. También hay consenso entre los expertos en que las entidades españolas están mejor situadas en esta carrera que otros colegas europeos.

Los presidentes J-P Votron (Fortis), Royal Bak of Scotland (F. Goodwin), y Santander (E. Botín).
Los presidentes J-P Votron (Fortis), Royal Bak of Scotland (F. Goodwin), y Santander (E. Botín).EFE

Los supervisores piden un solo responsable para las compras

Otra de las grandes novedades de la compra de Holanda es que se ha hecho por un consorcio de tres bancos. El Banco de Holanda hizo público su malestar por este sistema e incluso afirmó que podía presentar problemas ante la ejecución de la compra. Rápidamente, Royal Bank of Scotland, el Santander y Fortis respondieron diciendo que les avalaba su experiencia anterior en otras compras. En el mercado se interpretó esta reacción como un gesto nacionalista para intentar frenar la pérdida de control de una entidad holandesa.

El problema de fondo para los supervisores no es únicamente la solvencia individual de cada comprador, sino cómo se gestiona todo el proceso de negociación en una compra en grupo. Consultados diferentes supervisores europeos, todos ellos coinciden en que no se oponen al sistema planteado "porque puede favorecer la competencia y la eficiencia del mercado europeo". Sin embargo, consideran trascendental que "exista un sólo responsable de la operación. Una única voz que sea interlocutor válido de los demás. Si no se cumple alguno de los compromisos adquiridos, él debe ser el responsable", comentan estas fuentes. Este aspecto cobra más importancia porque estas compras implican, a su vez, no sólo al banco central del país de origen, sino también a los que supervisan a las filiales en otros países. Por ejemplo, en ABN, además de negociar con el Banco de Holanda, deberán hacerlo con el de Brasil, si el Santander se queda el Banco Real, y con el Banco de Italia, si pretende adquirir Antonveneta. Todo este cruce de información entre banqueros centrales y compradores se agiliza con la unificación de responsables. En este caso, Fred Googwin, primer ejecutivo del Royal Bank of Scotland, ha sido el elegido.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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