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Reportaje:ELECCIONES

El cartero 'vivía' en la oficina

Extraños empadronamientos en Albalá (Cáceres)

No es cierto eso de que en los pueblos todo el mundo se conoce. En Albalá, en la provincia de Cáceres, sus vecinos no sabían que el cartero, que nunca ha vivido en el pueblo, estaba empadronado en la oficina de Correos; que la veterinaria, que tampoco vive allí, lo estaba en la casa de la teniente de alcalde, y que un tal Lucindo Díaz Vaquero, al que nadie parece haberle visto la cara, residía oficialmente en casa de una concejal. Hasta que se hicieron con el censo electoral, poco después de las elecciones de 2003.

Con los papeles en la mano, un grupo de vecinos de este municipio extremeño constató que unos cien votantes no vivían en él. El improvisado comando empezó entonces a denunciar la situación. Ante la fiscalía, ante los jueces de paz, a la Oficina del Censo Electoral. Y el caso es que el censo se está reduciendo de cara a las próximas elecciones. En mayo de 2003, poco antes de las elecciones y después de un incremento continuo en los empadronamientos, la cifra de electores era de 800. Ahora son poco más de 700, y según los vecinos denunciantes sólo 620 residen habitualmente en el pueblo.

"Es el médico. Tiene mucho poder sobre la gente y lo está usando para conseguir votos", dice un tertuliano
Los vecinos vieron que unos cien votantes que aparecían en el censo no residían en el pueblo
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Fantasmas con derecho a voto

Los habitantes de Albalá dicen que el causante de este baile de números es el mismísimo alcalde, médico del pueblo y candidato a la reelección por un partido independiente, Jesús Pascual Vicente. Le acusan de más cosas: de estar empadronado en el consultorio sin vivir en él, de hacer botellón con los colegas en la casa que es propiedad del Ayuntamiento y de haber censado en ella a su sustituta, que también vive fuera. "Yo no le voy a votar porque no ha parado de traer gente de fuera, y porque no vive aquí y no sabe qué es lo que nos preocupa", explica Julián mientras tira de un burro remolón por las calles de Albalá.

Un poco más arriba está la que hasta hace poco era residencia oficial del cartero, en la calle Arrabal. Es sólo un portón amarillo que impide la entrada a un habitáculo de poco más de 15 metros cuadrados, con un par de estanterías, una mesa y un montón de papelajos. Allí vivía el cartero, Andrés García Valverde, según el censo de 2003, pero después de las denuncias de los vecinos se borró del censo y ya no podrá votar en los comicios de mayo. Unas calles más arriba está la casa donde se supone que vive el tal Lucindo Díaz Vaquero. Nadie responde a los golpes en la puerta.

Más cosas raras. Dos vecinos de una pedanía de Cáceres llamada Rincón de Ballesteros salen en un artículo de un periódico local comentando lo beneficioso de la casa de la cultura que acaba de ser inaugurada. "Se ha hecho con gusto y muy bien acondicionado", dice la pareja del Rincón. Ambos están empadronados en Albalá.

El comando vecinal también ha criticado las formas que el partido utiliza para que la gente no olvide su derecho a ejercer la democracia. Le acusan de dar "ciertas ayuditas" para llevar a los mayores a votar. "A una mujer le llevó al cartero a su casa para recogerle el voto por correo y se lo cogió sin ningún tipo de certificado. No importa quién seas, lo que importa es el voto", asegura Mateo Cáceres, uno de los vecinos denunciantes.

En el bar del pueblo, mientras la gente disfruta de los toros por la televisión, los comentarios sobre el poder que ejercen los médicos en una población tan vieja visten de limpio al alcalde. "Ya se sabe. Es el tío que te da los certificados médicos, las bajas. Tiene mucho poder sobre gente que le necesita para estar sana. Y él lo está ejerciendo descaradamente", asegura uno de los tertulianos.

El cabreo ha hecho que en Albalá la gente se tome en serio los próximos comicios. El alcalde, que se las tendrá que ver con cuatro candidatos, sale al paso de las críticas afirmando que no son más que injurias de la oposición, "que está enrabietada por haber perdido las elecciones por amplia mayoría". El regidor no cree que ninguno de los candidatos le pueda hacer sombra el próximo mayo. Mientras, la oposición sigue preguntándose quién demonios es Lucindo Díaz Vaquero y si este año también votará por correo.

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