"No rendirme es uno de mis rasgos"
Ha estado en el ojo del huracán por las críticas de las universides y se dispone a coger el toro por los cuernos para enderezar la situación. Cuando no trabaja, Blanca Palmada, la comisionada de Universidades e Investigación, hace piragüismo en Banyoles, "en piragua individual". A esta doctora en Filología Catalana y profesora titular de la Universidad de Girona le gusta cocinar y lee poesía. Las personas del verbo, de Jaime Gil de Biedma, y Les dones i els dies, de Gabriel Ferrater, están entre sus favoritos.
Pregunta. Las universidades están descontentas. Estos días ha chirriado todo: la financiación, la investigación, incluso la falta de confianza en su equipo. ¿Cómo piensa enderezar las cosas?
"Tenemos claro que la inversión de las universidades no debe bajar de 580 millones"
"En cuatro meses, ni todo se hunde ni todo se resuelve definitivamente"
Respuesta. Lo primero es analizar el problema, y el problema se debe aislar y tiene solución. El asunto de fondo es, por una parte, el exceso de presión sobre las universidades y, por otra, las dificultades para responder desde el ámbito político a las necesidades de las universidades. Me refiero a que ha habido cuatro consejeros en un año, y eso no es bueno para nadie. No diré que yo no tenga mi culpa, pero en alguna medida es culpa de todos.
P. ¿Quiere decir que ha habido falta de respuesta desde este Gobierno o de los anteriores?
R. En cuatro meses no se resuelve nada definitivamente, ni se hunde todo definitivamente. Por descontado, que podíamos hacer más, pero no creo que sea creíble que en tan poco tiempo hayamos creado problemas en todos los ámbitos. Tenemos un año en el que ha habido cuatro consejeros. Los rectores han tenido que explicar el mismo problema a cuatro personas distintas y los asuntos llevan un retraso mínimo de un año. Las universidades están creciendo en exigencia y en presupuestos, pero las estructuras y la interlocución se han adelgazado y complicado en este tiempo.
P. ¿Habla de la estructura administrativa del departamento?
R. Las universidades han estado en una consejería propia, luego en otra junto a Educación, y ahora en otro departamento con un comisionado. Hemos reconocido que algunos mecanismos que se aplican cuando se fusionan áreas no han sido positivos para resolver cuestiones que llevaban un año de retraso. La estructura del comisionado quizá se ha reducido en exceso.
P. Y se ha reducido más con la dimisión de dos directores generales, de los que sólo se ha repuesto el de Investigación. Falta el de Universidades ¿Cuándo habrá equipo completo?
R. Nos damos un plazo similar al que tenemos con los rectores para reactivar estos asuntos.
P. ¿Hablamos de un mes o un mes y medio?
R. Sí, más o menos. Sólo nos falta nombrar al director general de Universidades.
P. Pero, ¿no pensaban reforzar el equipo con un subdirector y un gerente?
R. Sí, sí, pero hablaba del equipo más político. El equipo técnico se nombrará de manera más discreta. El director general de Investigación está buscando a un subdirector de su confianza. La incorporación de un gerente también llegará.
P. ¿Ha llegado a pensar en dimitir, en medio del descontento de las universidades y la salida de dos directores generales?
R. No. A mí eso no se me ocurre. Pero si alguna vez decidiera dimitir, lo haría con discreción, aunque es difícil que pase por mi manera de ser.
P. El consejero Huguet, su jefe, ha dicho de él mismo que está en el cargo para quemarse. ¿Usted también está para quemarse?
R. No. Pero no rendirme es una característica que creo tener. Si una cosa no va como yo quisiera, lo que no se me ocurre es saltar del barco, sino más bien coger fuerte el timón.
P. La reunión, el pasado jueves, con los rectores marca un punto de inflexión. Se han creado siete grupos para desencallar la financiación, la investigación, el catálogo de títulos. ¿Cuándo habrá resultados? Se ha hablado de un mes. ¿No es demasiado?
R. ¿Demasiado, un mes? Parece incluso demasiado poco tiempo. Reunir en un mes a siete grupos de trabajo no es fácil. Tienen que estar los rectores y los centros de investigación, los parques tecnológicos. Deben ser grupos que vayan muy al grano. La urgencia más importante es dar un acelerón rápido a los asuntos que preocupan a los rectores y a nosotros.
P. Sobre las inversiones en edificios, ¿habrá un crecimiento importante? Se habla de una horquilla entre 540 y 580 millones de euros en seis años.
R. Este plan abarca equipamientos informáticos, adaptación de aulas, medios audiovisuales y edificios. Tenemos universidades muy avanzadas desde muchos puntos de vista, pero en infraestructuras no están aún al día.
P. Pero había una expectativa de 70 millones de euros para este año y en el presupuesto sólo figuran 60.
R. No hubo acuerdo de Gobierno sobre este asunto en la anterior legislatura, sino una comunicación a las universidades. Nos hemos reunido con los rectores y con el Departamento de Economía para poner los recursos que podamos en 2007 y hablar con calma de un plan que irá de 2007 a 2012. Tenemos claro que las necesidades no bajan de 580 millones e incluso suben por encima de esta cifra. Tras muchas negociaciones, acordamos que habrá un plan de inversiones de las universidades en un mes y medio, con un crecimiento del 40%. Estamos en el objetivo de cerrar el acuerdo en un mes.
"Daremos el 30% más a los centros de investigación"
Pregunta. ¿Puede garantizar que no habrá recorte de fondos a los centros de investigación?
Respuesta. ¿Recorte respecto a qué?
P. De contratos-programa en centros donde han vencido y deben renovarse.
R. Los contratos- programa de los centros vencieron en 2006. Tenemos relación con tres tipos de centros. Unos son los que están en proceso incipiente y son embrionarios Estos centros no tienen contratos-programa porque aún no se ha definido qué harán, pero se les garantizan fondos para trabajar. Un segundo grupo son centros a los que ya aportamos fondos junto con otros departamentos. Con ellos firmamos contratos-programa en 2005 hasta 2008, fruto de la experiencia de los centros en los que somos únicos financiadores. Pero el núcleo duro son aquellos en los que somos el principal inversor, como de Regulación Genómica, o de Fotónica. Les daremos aumento de la financiación del 30% para este año sobre el anterior.
P. Científicos como Joan Massagué o Andreu Mas-Colell dicen que las ayudas a estos centros no deben ser temporales, como capital-semilla, sino permanentes.
R. Estoy de acuerdo. Lo tengo clarísimo. Sabemos los centros que van bien porque sabemos los recursos que atraen para los recursos que se aportan. Ahora hemos de definir muy bien en qué condiciones un centro que tiene un índice de atracción de recursos determinado puede estar tranquilo. Aparte de eso, debe estar en línea con las políticas científicas que el país quiere impulsar, y estas políticas no se improvisan, dan frutos a la larga. Sabemos que la fotónica, la biotecnología o la nanotecnología serán relevantes a unos años vista. Por eso, no pueden ser centros que reciban capital-semilla para que luego se espabilen.
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