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Entrevista:RONALDO | Delantero del Milan

"Capello se comporta como un general"

Eleonora Giovio

Ronaldo (Río de Janeiro, Brasil; 30 años) dice que el mejor defensa que le ha marcado en su carrera es Paolo Maldini. El central italiano lleva 24 años en el Milan. Ronaldo sólo tres meses, pero pasea por las instalaciones del club con tanta familiaridad que es como si llevara una vida allí. Ha marcado ya siete goles y su pasado madridista está prácticamente olvidado. Aún así, su tono de voz se pone seco cuando habla de Fabio Capello. Se confiesa apasionado del vino. "He aprendido su cultura en Europa". En junio estrenará una bodega en la Ribera del Duero.

Pregunta. ¿Por qué el Milan?

"Cada uno hace su trabajo. El italiano era el entrenador, pero no por eso hay que ser antipático, no hablar con los jugadores o no sonreír"
"¿Entrenarme con intensidad? Capello no me pedía nada. Cada uno hace lo que cree que es mejor para cada uno. Yo soy adulto y no necesito una niñera"
"El Milan no es como el Madrid. Estamos más protegidos por el club. Los responsables quitan problemas a los jugadores, no se los crean"
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Respuesta. Fue el único equipo de los que aparecieron que me interesaba. Tuve ofertas de Arabia y de Estados Unidos, pero no quería dejar el fútbol de alto nivel.

P. Dejó el calcio hace cinco años, ¿lo ha encontrado cambiado?

R. No, sigue siendo un fútbol apasionante.

P. ¿No ha bajado de nivel?

R. No creo. Ha habido muchos escándalos, eso sí: la compra de árbitros y todo lo que pasó con la Juve, y un incremento de la violencia. Pero en el campo noto la misma pasión de siempre.

P. ¿Cómo ha sido su reencuentro con Milán?

R. Bastante bueno. La ciudad sigue siendo tan linda como siempre. La única sorpresa fue fichar por este club, más que nada debido a mi pasado interista. La reacción de la gente del Inter ha sido un poco exagerada... Se han enfadado demasiado.

P. ¿Se lo esperaba?

R. Un poco sí, porque fui un símbolo importante para el Inter. Pero si me fui al Madrid es porque me echaron.

P. Hay otra versión que dice que se fue por sus pésimas relaciones con Héctor Cúper, el entonces técnico del Inter. Con Capello las cosas no han ido mucho mejor. ¿Hay algún entrenador con el que se haya llevado bien?

R. Aparte de ellos dos, con todos. Y he tenido muchos: Zagallo, Parreira, Scolari, Del Bosque, Ancelotti...

P. ¿Qué cualidades valora en un entrenador?

R. Tiene que ser muy listo para saber llevar a los jugadores. En una plantilla hay muchos y todos quieren jugar. Tiene que intentar contentar a todos, aunque sé que no siempre es posible. Pero a veces lo importante es intentarlo.

P. Dijo que la forma con la que Capello se relaciona con los jugadores es del siglo pasado. ¿Puede ser más concreto?

R. Capello tiene su manera y para mí es demasiado autoritario. Se comporta como un general y eso no me gusta. Todos somos profesionales, cada uno tiene su trabajo y él tiene que hacer el suyo para que el equipo juegue bien. Pero no por ser el entrenador tiene que ser antipático, o no hablar con los jugadores, o no sonreír.

P. ¿Era eso lo que hacía?

R. Sí. Simpatía, diálogo y sonrisas se las he visto muy pocas veces.

P. Nada más dejar el Madrid, no se cansó de repetir que se había ido porque quería ser feliz. ¿Qué es lo que le hace sentirse feliz?

R. Jugar al fútbol.

P. ¿Y con Capello era imposible?

R. Sí, pues él no quería que jugara. No me ponía. Con eso bastaba, porque, como es el entrenador, yo no podía hacer absolutamente nada. Cada uno es como es, pero ya no me preocupa Capello. Ahora estoy en otro equipo y estoy muy feliz.

P. ¿Pero qué es lo que no funcionó con Capello, aparte de que no jugaba?

R. Eso debería preguntárselo a él, porque fue él quien salió mil veces diciendo que yo era el mejor jugador que había visto entrenarse jamás. Pero otras veces salió diciendo que me entrenaba mal. Dijo tantas cosas que yo no sé exactamente lo que pensaba de mí.

P. Pero una vez sí dijo que Capello era un entrenador justo y que, si le picaba a veces, era para estimularle...

R. Sí, pero a partir de ahí todo fue empeorando.

P. ¿Capello le explicó por qué?

R. No.

P. ¿Y usted le pidió alguna explicación?

R. Tampoco. Entre nosotros había muy poco diálogo.

P. ¿Se entrenaba con tanta intensidad como le pedía el técnico?

R. Pero si es que muchas veces no decía nada. Se limitaba a dar el plan de entrenamiento. Cada uno hace lo que cree que es mejor para cada uno. Somos todos adultos, profesionales, no hace falta una niñera que diga lo que hay que hacer y que esté encima de ti.

P. Durante la pretemporada usted se quedó en Valdebebas, trabajando solo. ¿Recuerda cómo fue su primer encuentro con Capello?

R. No.

P. ¿No recuerda si le dijo algo en especial?

R. No, fue todo muy normal.

P. Y cuando el 3 de julio se enteró de que iba a ser su entrenador, ¿qué pensó?

R. No le conocía, no había trabajado nunca con él. Sí que había oído muchas cosas, pero nunca se sabe cuál es la verdad.

P. Durante la pretemporada, en el cuerpo técnico hubo cierto malestar por su decisión de recuperarse de la operación de rodilla en Brasil y no en Madrid. ¿Alguien le manifestó ese malestar?

R. No, a mí no me dijeron nada. De todas formas eso no lo decidí solo. Hablé con los médicos del Madrid y con la dirección del club sobre la posibilidad de operarme, porque tenía mucho dolor. Escuchamos tres opiniones y, al final, nos decidimos por la operación y por un proceso de recuperación tranquilo, que preveía que me quedara en Brasil los primeros 20 días.

P. ¿Cree que todo el esfuerzo que hizo en agosto y septiembre, entrenándose solo y en doble sesión, no le ha sido reconocido por Capello?

R. Yo no lo hice por él. Lo hice por mí, por el club y por mis compañeros. Estaba recuperándome de una lesión y quería hacer todos los sacrificios posibles, sobre todo para mí.

P. Nada más recuperarse prometió al presidente Calderón que marcaría 30 goles. ¿Lo creía de verdad o lo dijo para autoconvencerse?

R. No me hace falta nada para autoconvencerme, sí puede que para motivarme. Pero cuando digo algo así es porque creo que puedo hacerlo.

P. ¿Cuándo empezó a plantearse su salida del Madrid?

R. El Milan hizo una oferta ya en julio.

P. ¿El club se lo dijo?

R. Me lo comentaron, sí, pero no tenían ningún interés en que me fuera.

R. ¿Si hubiese podido decidir, se hubiera ido en verano?

R. No sé. Se me hace difícil hablar de hipótesis.

P. Se fue justo después de que Calderón acusara a los jugadores de comportarse como unos dioses... ¿Cómo se vivió eso en el vestuario? ¿Y la sequía de títulos?

R. El nuestro era un vestuario bastante unido, en el que se intentaba sacarlo todo adelante pasase lo que pasase y dijesen lo que dijesen. Pero en el Madrid las cosas que pasan tienen una repercusión enorme, todo es demasiado grande.

P. ¿Y en el Milan es distinto?

R. Aquí estamos mucho más protegidos por el club. Aquí los responsables intentan quitarle problemas a los jugadores en lugar de creárselos. Saben que los futbolistas lo único que tienen que hacer es jugar y estar tranquilos.

P. ¿Y quién cree entonces que podría sacar al Madrid de ese agujero negro en el que lleva casi cuatro años?

R. Es un proceso difícil que llevará tiempo, pero creo que sólo los jugadores van a poder sacar esto adelante, porque son ellos los que saltan al campo.

P. ¿Y cómo hacerlo si Roberto Carlos dice que en el Madrid ni siquiera hay tiempo para hablar de las cosas?

R. No sé bien cómo. Hay que intentar que la gente del club no empeore la situación.

P. Los nuevos parecen haber sufrido esa situación de la que habla... ¿A Emerson, qué es lo que le ha pasado este año?

R. El del Bernabéu es un público bastante exigente. No sé qué pensarían los madridistas de él antes de que viniera, pero Emerson es un jugador que no va a marcar golazos. Roba balones, ésa es su cualidad.

P. Antes ha dicho que Capello es autoritario pero, ¿cuánto es de liberal Ancelotti?

R. Más que liberal diría que es mucho más normal y humano que Capello.

P. ¿Tácticamente, lo que le pide es distinto de lo que le pedía Capello?

R. Capello nunca me ha pedido nada. No jugaba. Ancelotti me pide que marque muchos goles.

P. Tiene contrato hasta junio de 2008, ¿y luego, la ONU, el golf o más fútbol?

R. No lo sé todavía, no me he puesto a pensar en ello.

P. ¿Se sentaría en un banquillo?

R. No, no, no.

P. ¿Por qué?

R. Llevo muchos años en el fútbol y no podría con ello. Al fin y al cabo un entrenador lleva la misma vida que un jugador: viajes, sesiones de trabajo, concentraciones... Después de tantos años metido en esto, sería demasiado.

Ronaldo, durante el Milan-Cagliari del pasado sábado.
Ronaldo, durante el Milan-Cagliari del pasado sábado.AFP

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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