_
_
_
_

El jefe militar estadounidense en Irak avisa de que la situación va a empeorar

El Senado aprueba el proyecto de ley que fija la retirada de las tropas a partir de octubre

Yolanda Monge

Con tono cándido, el comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak, el general David Petraeus, vaticinó ayer que la situación en Irak "empeorará antes de mejorar". En rueda de prensa en el Pentágono, un día después de que compareciera a puerta cerrada ante un comité del Senado para asesorar a esta Cámara sobre la situación en Irak y justo cuando los senadores se disponían a aprobar con cinco votos de diferencia (51 a 46) la ley de los demócratas que fija una fecha para la retirada, Petraeus calificó ayer la situación en el país árabe de "extremadamente compleja y difícil".

Relajado, seguro de sí mismo, pero monocorde hasta el tedio, el general de cuatro estrellas nombrado por George Bush para supervisar el incremento de fuerzas de Estados Unidos en Irak evitó cualquier pronunciamiento sobre fechas. Se escapó elegantemente cuando fue preguntado sobre la posibilidad -a esas horas el Senado aún no había votado la ley- de que el Congreso estadounidense aprobase un plan que fijase un calendario para la salida de las tropas: "He tratado de mantenerme alejado del campo minado que constituye la política y los debates sobre las distintas propuestas legislativas".

También zanjó, veloz y contundente, con una respuesta sincera y sencilla, la pregunta sobre el tiempo que consideraba necesario que deberían permanecer las tropas en Irak: "No me atrevo a anticipar qué nivel de tropas tendremos dentro de unos años".

Cuando se le preguntó por el Gobierno iraquí, indicó que no se encuentra unido y que está formado por "una serie de líderes de distintos partidos que frecuentemente omiten poner en común una agenda".

El enemigo 'número uno'

Eso fue todo. El resto del tiempo, más de una hora, de su comparecencia ante la prensa, el general lo dedicó a declarar a la organización terrorista Al Qaeda como el enemigo público número uno y a enfatizar que el éxito en Irak también depende en gran medida de las acciones del Gobierno iraquí.

La iniciativa consensuada entre demócratas y republicanos para fijar, por primera vez de forma vinculante, un calendario para el comienzo del repliegue de los más de 150.000 soldados desplegados en Irak, seguía ayer su curso.

El Senado comenzó a la una de la tarde a votar el texto final de la propuesta, que establece fondos por 124.200 millones de dólares (91.320 millones de euros) y determina el inicio de la retirada de las tropas en octubre y el regreso de los últimos soldados el 1 de abril de 2008. El Senado aprobó la ley por 51 a 46 votos.

La noche anterior, el miércoles, la Cámara de Representantes, en claro desafío a los deseos de la Casa Blanca, aprobaba la ley por un estrechísimo margen (218-208), y se quedaba muy lejos de alcanzar los dos tercios necesarios para salvar el veto prometido por Bush.

El cuarto aniversario

Ahora que ha sido aprobada la ley por las dos cámaras, los demócratas pretenden enviar la ley a Bush para que le llegue el primero de mayo, justo el día del cuarto aniversario del anuncio que el presidente hizo sobre el portaaviones USS Abraham Lincoln en el que cantó victoria con aquella frase que decía: "Misión cumplida". Para el presidente de Estados Unidos, las mayores operaciones de combate en Irak habían concluido y "la guerra había acabado".

El senador republicano Sam Brownback aseguró ayer que el día que comience la retirada de las tropas será "el día en que Al Qaeda declare su victoria". Por su parte, los senadores demócratas que promueven la retirada de las tropas recordaron ayer que la guerra se ha cobrado la vida de más de 3.300 soldados estadounidenses y la de decenas de miles de iraquíes.

Ayer mismo, varios atentados volvieron a sembrar de muertos y heridos la capital iraquí. Estos ataques se producen un día después de que Naciones Unidas cuestionara en un informe la eficacia del Plan de Seguridad para Bagdad, que entró en vigor el pasado 14 de febrero y que está teniendo dificultades para controlar la violencia que sacude la capital de Irak, informa Efe.

Un soldado de EE UU, durante una patrulla en un barrio de Bagdad.
Un soldado de EE UU, durante una patrulla en un barrio de Bagdad.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_