La ministra de Fomento admite que "algo falló" en el accidente de Valga

Mientras los vecinos de Valga cortaban el tráfico ferroviario en el paso a nivel en el que el miércoles murieron tres trabajadores de la construcción, la ministra de Fomento y el presidente de la Xunta visitaban a las familias de las víctimas y achacaban el accidente a "un fallo". Todas las pruebas están ahora en el Juzgado de Caldas, y la Policía Judicial ya ha tomado declaración a todos los testigos. Éstos aseguran que las barreras estaban levantadas cuando pasó el tren, pero la compañía ferroviaria explica que, si las barreras fallan, el maquinista es advertido y tiene tiempo de frenar.

La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, dijo ayer en Valga que "es evidente que algo falló", refiriéndose a los sistemas de seguridad del paso a nivel en el que tres vecinos de la localidad fueron arrollados por un tren el miércoles. Tras abandonar los domicilios de las víctimas, las familias le pidieron que "se descubran las causas y se haga justicia". Álvarez explicó que es la Policía Judicial la que tiene que actuar: "Hay un juez de Caldas dirigiendo la investigación y dejemos que haga su trabajo".

También indicó la ministra que el juez ya tiene en su poder las cajas negras del tren y de la vía, así como las grabaciones y conexiones que se han registrado desde el centro de control de tráfico en Ourense y una serie de testimonios de personas que presenciaron el accidente.

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), que el miércoles descartaba fallos, señalaba ayer que los técnicos están investigando el estado de las barreras y "no descartan ninguna hipótesis".

Valga es uno de los municipios con más pasos a nivel de España. De los 244 que quedan en Galicia, 14 están aquí y sólo dos tienen semibarrera automática. En el caso concreto del accidente, el paso se regula con una semibarrera (que no cubre todo el ancho de la calzada) automática que se acciona cuando el tren pisa una palanca situada en la vía a 2.174 metros de distancia del cruce. Si la barrera no se ha bajado o está rota, 946 metros antes del paso a nivel, un semáforo anunciará el peligro con un aspa parpadeante en ámbar.

En el caso de que funcionen, las barreras no se volverán a levantar hasta que el último vagón del tren pise un pedal situado 75 metros después del paso. Si el semáforo, antes de la barrera, anuncia peligro, el maquinista tiene que frenar y llegar al cruce a una velocidad convenida que se conoce entre los ferroviarios como "marcha a la vista" o "paso de hombre" y que le permite parar por completo la marcha si se topa con un automóvil.

Por otra parte, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, también se desplazó hasta la localidad de Sete Coros para expresar su pésame a los familiares de Jesús Martínez Senín, de 53 años, su hijo Roberto, de 28, y José García, de 47, los tres trabajadores de la construcción muertos en el accidente. Touriño reconoció que "algo tuvo que fallar y parece que falló" y pidió a Fomento que abra una investigación.

A un kilómetro de distancia, vecinos de la parroquia de Campaña, en la se registró el accidente, se concentraron y llegaron a cortar el tráfico ferroviario en medio de una gran tensión. A pie de vía, dos operarios de Renfe controlaban los mecanismos de las barreras, algo inusual hasta la fecha. Con esta actividad provocaron la ira de los vecinos, que desde hace semanas advertían anomalías en el paso.