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El rostro de la población excluida es cada vez más el del inmigrante joven

Las personas sin recursos que se acercan a la Casa de la Caridad en Valencia son cada vez más jóvenes. Del perfil clásico de una persona de nacionalidad española, sin techo, con graves problemas de exclusión social y por encima de los 45 años se ha pasado en algo más de seis años a usuarios de entre los 21 y los 40 años -el 14% tiene menos de 20 años- y cada vez más extranjeros, según un estudio elaborado por el departamento de trabajo social de esta institución.

El año pasado, por primera vez en los 100 años de historia de esta entidad, la mayoría de las personas en situación de necesidad que han pasado por el centro (56%) habían nacido fuera de España frente al 40% de hace dos años. En su mayoría son subsaharianos -en buena parte de Malí y Senegal- y personas llegadas de Europa del Este que precisan de atenciones diferentes a los usuarios tradicionales de la Casa de la Caridad.

Los inmigrantes precisan, "en las primeras fases, de una asistencia básica (alimentación, albergue y servicios de salud e higiene)", apunta el informe. Se trata de gente joven, sana, y con ganas de trabajar que ante la falta de documentación y de soltura en un ambiente extraño acuden a la Casa de la Caridad en busca de ayuda. Los españoles, sin embargo "se encuentran, generalmente, inmersos en procesos de exclusión social por distintos motivos -enfermedades mentales, problemas económicos, procesos de desestructuración familiar-".

Otro aspecto destacado en el informe es que estas diferencias cada vez son menores. Los inmigrantes con dificultad de regularizar su situación -y por ello acceder a trabajos normalizados- hace que su situación se cronifique con el paso del tiempo. Ante esta situación de falta de expectativas "ellos también comienzan a sufrir problemas de exclusión social y deterioro personal". Un ejemplo de esta situación son algunos de los extranjeros bajo el puente de Ademuz de Valencia que "han adquirido hábitos similares" a los transeúntes y han hecho de la calle su casa.

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