Cerezo: "El modelo original lo recibí en la sede del PP"
José María Cerezo, dueño de la imprenta melillense Marfeme, donde la Guardia Civil requisó 1.000 falsos formularios de solicitud de voto por correo, explicó claramente a la Guardia Civil cómo se gestó tal encargo y quién se lo encomendó: "Es una persona del Partido Popular de Melilla, a la cual conozco con el nombre de Javier Lence. Habitualmente realizo trabajos de impresión para todo tipo de grupos políticos y para toda la Administración", contó.
El impresor detalló más sobre cómo fue el encargo: "El modelo original de solicitud de voto electoral por correo lo recogí personalmente en la sede del Partido Popular, entregándomela el señor Lence, en presencia de otras personas". Y, a partir de ahí, confesó el insólito final de la operación: "En la mañana del día de hoy [12 de abril] tenía terminado el trabajo encargado, pero que durante la misma recibí una llamada del señor Lence, el cual me dijo que ya no era necesario, que lo iba a solicitar de otra forma, que si lo tenía hecho ya que no importaba".
Lence, por su parte, testificó lo siguiente en calidad de imputado: "Efectivamente, fueron 1.000 ejemplares los solicitados". Adujo que los había pedido a la Delegación del Gobierno, donde se los denegaron, "de aquí la causa de la petición a la empresa [la imprenta]". Y se quejó de que en Correos sólo le daban dos o tres ejemplares por persona. Lence alegó que la "razón verdadera de uso de este documento es para informar y facilitar su cumplimentación por parte de los ciudadanos que quisieran este servicio".
Reparos del fiscal
Por contra, el fiscal que ha investigado este presunto fraude electoral cuestiona que un partido acumule 1.000 ejemplares de impreso de solicitud de voto por correo, "que, a diferencia de la reproducción de papeletas de voto por los partidos, no está prevista en la ley ni es predicable de cualquier otro documento electoral". Por ello, entiende que tal actitud puede suponer que se acabe "utilizando el voto por correo como un medio más de propaganda electoral".
Y recuerda que "el momento decisivo del ejercicio del derecho al voto, cuando se emite por correo, es el de la solicitud de la inscripción en el censo". "Una vez anotada ésta, el elector ya no podrá votar en persona, quedando obligado a votar por correo o a no votar. De ahí que la anticipación del ejercicio del derecho de voto al momento de la campaña electoral o incluso antes de su iniciación supone una decisión personal con todas sus consecuencias y la distribución generalizada de impresos de solicitud de voto por correo puede alterarlo o influenciarlo".
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