Las víctimas de accidentes de tráfico exigen prisión para los reincidentes

El director del Servicio Catalán de Tráfico, Josep Pérez Moya, y las asociaciones de víctimas de accidentes, exigieron ayer al Gobierno central la "aprobación exprés" de la reforma del Código Penal para que los conductores que circulen sin carnet o sean infractores habituales vayan a la cárcel. "Es hora de pasar de las sanciones administrativas a las penales", dijo Pérez Moya en el marco de la Semana Mundial de la Seguridad Vial.

Quien conduzca a gran velocidad o con una tasa de alcohol desmesurada podrá ir a la cárcel. Lo mismo le ocurrirá al que circule habiendo perdido todos los puntos de su carnet. Así lo prevé el proyecto de reforma del Código Penal, que ahora se encuentra en trámite en el Congreso de los Diputados. Pero el proyecto incluye otros muchos aspectos ajenos a la seguridad vial, en los que el acuerdo político resulta más complejo. Por eso, la posibilidad de imponer penas de prisión a los conductores reincidentes podría retrasarse.

Las víctimas, sin embargo, no están dispuestas a esperar. La presidenta de la Asociación de Prevención de Accidentes de Tráfico (PAT), Eugènia Domènech, reclamó ayer la "entrada en vigor urgente" de la reforma penal. O al menos, de los artículos referidos a tráfico. En ese sentido, planteó la posibilidad de "fraccionar" su aprobación, en el caso de que resulte imposible tramitar la reforma completa antes de las próximas elecciones generales.

La responsable de la asociación pidió que la reforma prevea también la posibilidad de llevar a la cárcel "a todos los que conduzcan sin carnet", y no sólo a los que lo hagan con el permiso retirado o suspendido. "No es tolerable que algunos conductores pongan en riesgo la vida de otros", añadió Pérez Moya.

Historias personales

Ambos participaron junto a familiares de víctimas de accidentes de tráfico en la inauguración de la exposición Los rostros de las cifras. La exposición, que puede verse en la Casa Golferichs de Barcelona (Gran Via, 491), pretende superar "la frialdad de los números" a través de los retratos e historias de una veintena de personas fallecidas en el asfalto.

Es el caso de Adrián Moreno Espín, que en abril de 2004 murió atropellado por un conductor que circulaba a más de 100 kilómetros por hora por una calle del centro de Sabadell. Tenía 17 años. Su madre, Marcela, recordó entre lágrimas a Adrián, un chico implicado en un sinfín de actividades culturales. "Si el conductor hubiera ido a 50 por hora, él ahora estaría vivo". La sanción para el infractor: "Una multa de 300 euros y 8 meses de retirada del carnet. Y ya nos dijeron que había sido todo un éxito", ironizó Marcela. Desde aquel suceso, esta mujer se ha dedicado a recoger firmas para que se endurezca la normativa y "evitar que otras madres pasen por lo mismo".

La exposición recoge la primera muerte conocida por accidente de tráfico: ocurrió en 1896 en Londres. Un vehículo que circulaba a 12,8 kilómetros por hora -el doble de la velocidad permitida entonces- arrolló a Bridget Driscoll, una mujer de 44 años. El funcionario encargado del caso afirmó: "Es algo que no ha de volver a producirse más". Nada más lejos de la realidad. "Uno no puede ni imaginar la cantidad de familias y amigos que están tocados por un accidente", sostuvo ayer el experto Ole Thorson, que pidió más ayudas a las instituciones públicas para ayudar a las personas afectadas.