En defensa de los tripartitos

"¿Qué se juega la ciudad?". Fue la pregunta de arranque que formuló Lorenzo Milà en el debate entre los cinco candidatos a la alcaldía de Barcelona televisado ayer por TVE. Una pregunta, cinco respuestas. Mensajes claros y breves. A juicio del actual alcalde y candidato a la reelección, Jordi Hereu (PSC), Barcelona tiene que avanzar en el modelo de ciudad: "Pasar de la etapa más centrada en el urbanismo al reto social. La prioridad es la cohesión social". Xavier Trias, el líder de CiU, dejó claro que lo importante es cambiar: "Son 28 años de lo mismo y está demostrado que ellos [en referencia al tripartito] no son capaces de hacer un cambio". Lo que se juega Barcelona, en opinión de Alberto Fernández Díaz (PP), es tan sencillo como el "futuro". Para ello, dijo, hay que avanzar sin complejos: "Dejando atrás la Barcelona del Fórum, la del último tripartito". Jordi Portabella (ERC) aseguró que la ciudad se encuentra ante un "cambio de paradigma de la humanidad". La pregunta fue contestada por Imma Mayol (ICV) de una forma muy directa: "Barcelona se juega lo que nos preocupa a todos; la vivienda, el trabajo, que el coche no sea el rey del mambo".

Definiciones aparte de lo que se juega Barcelona, en el debate se dejó traslucir una imagen peculiar del tripartito municipal. Más unido en según qué materias y menos en otras, hasta el punto de que algunas tesis de republicanos y convergentes se aproximaban y, por ejemplo, Trias no tuvo reparos en admitir que su modelo económico de ciudad coincidía con el de Portabella.

Los socialistas e ICV hicieron frente común en la movilidad y las grandes infraestructuras, sobre todo en lo que representa el AVE y su trazado por la ciudad: "La importancia del AVE va más allá de ese propio tren, ya que supondrá poder duplicar la capacidad de Cercanías con el nuevo túnel", sostuvieron Hereu y Mayol, frente a una postura de Portabella más equidistante entre sus socios y CiU. Mientras que Hereu y Mayol insistían en la importancia de las dos estaciones -Sants y Sagrera- para que se desarrolle el territorio norte de la ciudad, Portabella apostó por un túnel nuevo en la calle de Aragó.

Trias, líder de CiU, marcó distancias respecto al Partido Popular y quiso dejar claro que se tiene que seguir con las infraestructuras que afectan al desarrollo de la ciudad: "El trazado del AVE por el centro no tiene sentido si no se cuenta con la estación de Passeig de Gràcia". Fernández Díaz cree que no vale prácticamente nada de lo acordado y el trazado del centro de la ciudad se debe parar.

En cambio, en las cuestiones de política social, el tripartito actuó en bloque en defensa del trabajo realizado y marcando el camino para el futuro, principalmente a la hora de subrayar que en ese asunto el cambio ha sido radical desde la existencia del tripartito. Fue Imma Mayol quien se esforzó en destacar la estrecha colaboración entre el Ayuntamiento y el Gobierno catalán. Citó el Pacto Nacional de la Educación, con un incremento de las ayudas para la construcción de vivienda pública, y el acuerdo en política social. "Frente a los gobiernos de CiU, que enfrentaban Barcelona con el resto de Cataluña, ahora se ha pasado a una etapa de colaboración", señaló la candidata ecosocialista.

Las recetas y soluciones para el problema de la vivienda fueron más o menos comunes en los cuatro partidos: más pisos, facilidades para el alquiler y rehabilitación de edificios. El popular Fernández Díaz fue el único que apretó las tuercas a sus compañeros al denunciar que el tripartito municipal erró sus prioridades en las inversiones al destinarlas en su mayor parte al Fórum de las Culturas.

El candidato popular fue el único que logró un cuatro contra uno, ya que el resto de alcaldables dudaron de su receta de compatibilizar un mayor esfuerzo inversor con un descenso significativo de la presión fiscal.