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Un mal visitante

Invicto en el Camp Nou, donde sólo ha cedido tres empates en 15 partidos -contra el Real Madrid, el Valencia y el Atlético-, el Barcelona pena de mala manera en cancha ajena. Ayer sumó en Vila-real su sexta derrota del campeonato. Los azulgrana también perdieron en Montjuïc, el Bernabéu, Mestalla, el Sánchez Pizjuán y La Romareda. Y, además, totalizan tantos empates en cancha foránea -Betis, Deportivo, Getafe, Levante y Osasuna- como victorias. A efectos contables, el Barça sólo ha sumado siete puntos de los últimos 30 disputados lejos del Camp Nou. Ha perdido en las dos últimas salidas, en Zaragoza y Vila-real, y el pasado domingo derrotó al Mallorca en campo propio con un gol de rebote y en su puerta de Fernando Navarro.

"Ganar fuera cada vez es más difícil para cualquier equipo", apostilló Xavi, seguramente el mejor azulgrana ayer en El Madrigal. "Intervienen muchas circunstancias", prosiguió; "por ejemplo, el césped estaba fatal y la bola no corría. En casa, en cambio, el terreno de juego es más amplio, podemos regar la hierba y el balón circula rápidamente".

"Yo, la verdad, no tengo una explicación", aseveró Víctor Valdés, que recibió dos goles después de dos concesiones de la zaga: una por tirar mal la línea del fuera de juego -falló Zambrotta- y otra en la mala defensa frente a un fuera de banda. "Es más una cuestión de resultados que de juego. Nuestra voluntad es que no haya diferencias", concluyó.

Al Barça le quedan tres encuentros más en campo contrario de los ocho que hay en litigio hasta el final del campeonato: en Anoeta, contra la Real Sociedad; en el Calderón, frente al Atlético, y en la última jornada, en Tarragona, ante el Nàstic.

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