Campaña sobre campaña
La Junta Electoral ha ordenado al Consell la suspensión inmediata de 7 campañas en Canal 9 porque incurren en ilegalidad. Además habrá que convenir que suponen un gasto superfluo, ya que el gobierno valenciano no necesita pagar doblemente a "su radiotelevisión" para que ésta le jalee como la abuelita más incondicional. Por otra parte, los jueces también han decidido que están de más los anuncios de la Sociedad Pública Acuamed sobre las bondades de la política estatal de desaladoras, trasvase Júcar Vinalopó... y otras decisiones que con tanta virulencia ha rebatido el PP. Vaya lo uno por lo otro. Aunque francamente: no hay color.
Los ejecutivos, sean del color que sean, siempre tendrán a mano instrumentos para hacerse propaganda de cara a unos comicios. Por eso son objeto de chiste estas agendas de inauguraciones perfectamente cronometradas, aunque sea a base de pagar nocturnidades y horas extras. Y no digamos las primeras piedras, presuntas apuestas de futuro cimentadas muchas veces en el vacío porque es el futuro poder precisamente lo que se dirime. Por no hablar de la presentación de "planes" (tan sufridos que son el papel y el Power Point) que pronto quedarán olvidados porque todo el mundo sabe que no hay que tomarse muy en serio esta fase del "vamos a...".
Lo malo es cuando el periodo transitorio se alarga más de lo humanamente razonable, prolongamiento que parece ya tan estructural en nuestra vida política como la licuefacción de los polos lo es respecto del cambio climático.
Las campañas salen caras, demasiado caras. Por eso en EEUU se tiene muy en cuenta la capacidad recaudatoria de cada candidatura. Hillary fue favorita durante tanto tiempo porque conseguía muchas donaciones, pero hete aquí que ahora su competidor Obama está recibiendo más cheques, y el vil metal podría facilitarle la nominación demócrata.
Se necesitan cantidades ingentes de banderines, gorras, bolígrafos, globos, y abanicos. Durante demasiado tiempo. Curioseando entre las ofertas para el merchandising político comprobamos que entre los 12.000 artículos de que presumen algunas empresas, hay de todo, hasta matasuegras. Lo último son los reproductores de MP4 y las pulseras de silicona USB. Una firma promete: "Si existe lo encontramos. Si no existe, lo fabricamos".
Pero cuando faltan los parnés hay que buscar otros recursos. Por eso Enric Morera, del Bloc, anuncia una campaña "imaginativa y a la italiana, sin gastos desorbitados" (algo así como el sub-comandante Marcos, pero sin pasamontañas). Izquierda Unida de Rivas, con mucho humor, ha convencido a siete artistas de renombre para confeccionar irreverentes vídeos de triunfan en Internet. Aunque no sólo es una cuestión de presupuestos para anuncios, vallas y actos. También están los estilos, a menudo tan penosamente diseñados por los encorsetados aparatos centrales y sus cerebritos propios o contratados. En la recta más final, la francesa, las crónicas señalan la diferencia entre los comportamientos del "pequeño omnipresente" Sarkozy o de la "pulcra e inmaculada" Ségolène Royal. De la imagen que transmiten o de cómo son percibidos y presentados por los demás, incluyendo los prejuicios sexistas que hacen aparecer a la candidata como una Maruja maternal y poco preparada.
También estoy convencida de que la campaña que está realizando la candidata a la alcaldía de Valencia, Carmen Alborch, muestra mucho de su propio estilo y del de las mujeres que la rodean y apoyan, incluso sin estar adscritas al partido que la avala. La Geganta ya fue un éxito en Fallas, y ahora se pide "un gesto por Carmen" al sumarse a una movilización llamada Repuntem. Se trata de preparar uno o varios cuadrados de tela, retales desde los que se la reclame como alcaldesa, y que deben ser aportados un día concreto. Iniciativa que recuerda a las pioneras de América que a base de necesidad y habilidad inventaron el patchwok, ahora instrumento de comunicación política y social.
Ejemplo de presupuesto corto e imaginación larga. Si tu vols. Llamada a la participación y la solidaridad: "Puntada a puntada las mujeres juntas construyen", dice el llamamiento: ¡ni una puntada sense fil! Lo dicho, otro estilo.
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