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Entrevista:EL ESTUDIANTE PALESTINO QUE GRABÓ EL TIROTEO | Matanza en el campus

"Mi país está en guerra. Estoy acostumbrado a estas cosas"

Gracias a Jamal al Barghouti, un palestino licenciado en Ingeniería Civil, de 24 años, que prepara una tesis sobre técnicas de liderazgo, el mundo ha podido hacerse una idea del horror que vivieron los alumnos de la Universidad Politécnica de Virginia en la mañana del lunes.

Jamal caminaba aquella mañana por el campus en dirección al despacho del director de su tesis. Cuando oyó los primeros tiros, en vez de huir, sacó su teléfono Nokia N-70 y empezó a grabar. Capturó las imágenes de la policía corriendo hacia Norris Hall, el edificio del segundo tiroteo.

El teléfono temblaba en sus manos. Pero eso no impidió que tratara de acercarse al edificio más y más. "Simplemente, no pensé en ese momento que estaba corriendo tanto peligro", declaró después Jamal. "Mi país está en guerra. Puede que por eso esté acostumbrado a este tipo de cosas".

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En las imágenes se aprecia cómo Jamal, procedente de Cisjordania, era detenido por la policía cuando intentaba aproximarse al edificio desde donde salían los tiros. Durante el minuto en que dura la grabación se oyen 27 disparos.

Jamal conectó enseguida con la cadena CNN y les envió su vídeo. Cuando se sentó por fin delante del ordenador le esperaban 279 mensajes por leer: "Tío, Jamal, estás loco", le escribía un amigo. Y otro: "¡Eres un tío valiente, Jamal! ¡Me alegro de que estés vivo!".

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A los periodistas les contó que cuando oyó la ráfaga de tiros sólo pensó que tenía que captar el momento con su teléfono. "La gente gritaba, algunos me decían que corriese y otros que me apartara del camino". Pero Jamal avanzó en contra de la corriente.

Una vez pasado todo, Jamal, como muchos de sus compañeros, no acierta a comprender la razón de tanta locura. "¿Cómo puede nadie ser capaz de hacer algo así?", se preguntaba. "No puedo explicarlo. No creo que nadie pueda explicarlo".

Un coche patrulla controla la casa familiar de Cho Seung-hui (tercera por la izquierda), en la localidad de Centreville, Virginia.
Un coche patrulla controla la casa familiar de Cho Seung-hui (tercera por la izquierda), en la localidad de Centreville, Virginia.EFE

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