"Hay un problema de escasez inversora en investigación"
El objetivo a largo plazo del CDTI es que el 66% del gasto total en I+D provenga del sector privado
Maurici Lucena (Barcelona, 1975) nació dos años antes que el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial -que en 2007 llega a la treintena-, el órgano que ahora regenta. Licenciado en Economía por la Universidad Pompeu Fabra llega a la dirección de uno de los centros públicos encargados de promover el desarrollo tecnológico y la investigación en España, una de las asignaturas pendientes de una economía que en los últimos años ha obtenido buenas notas en otros apartados.
Pregunta. En los últimos años se ha impulsado la inversión en I+D+i (investigación, desarrollo e innovación), pero España sigue sin estar a la altura de sus socios europeos. ¿Por qué?
Respuesta. Tenemos un problema de baja inversión en este campo, en particular con las empresas. La inversión en investigación y desarrollo está muy relacionada con el crecimiento a largo plazo de una economía, en particular con el crecimiento per cápita. Por eso, el Gobierno impulsa medidas que contribuyan a hacer que las empresas, pero también el sector público, inviertan más en I+D.
"Al sector público le gustaría que cada euro que invierte tuviera una mayor capacidad de arrastre en el sector privado"
"En el plazo de cuatro o cinco años, deberíamos ser capaces de situarnos en el promedio de investigación y desarrollo de la Unión Europea"
P.¿Llega tarde España?
R. No. No creo que haya que analizar con dramatismo nuestra posición. ¿La debemos mejorar? Sí. Por supuesto que llegamos a tiempo. Hay ejemplos de economías que en poco tiempo han sido capaces de cubrir un tránsito de economías no intensivas en conocimiento a economías que sí lo son: el caso de las economías nórdicas en Europa es paradigmático. En el plazo de cuatro o cinco años deberíamos ser capaces de situarnos al menos en el promedio de I+D de la Unión Europea.
P. ¿No es un problema que los sectores de mayor dinamismo en España, como la construcción, inviertan poco en I+D?
R. Depende. Esos sectores que a priori pueden parecer poco intensivos en tecnología y que, por tanto, con una productividad a largo plazo en entredicho, en el caso español es bastante dudoso que sea verdad. Lo vemos al analizar el proceso exitoso de internacionalización de nuestras empresas de servicios públicos, de electricidad, de aguas, de petróleo, de la banca y, por supuesto, de la construcción. Esto no sería así si no fuera porque son empresas tremendamente competitivas.
P. ¿Y cuál es el perfil de las empresas que colaboran con el CDTI?
R. El retrato robot es una pyme, del sector secundario, con un nivel tecnológico medio / alto. El año pasado, aproximadamente, el 72% de las empresas que acudieron al CDTI provenían del sector industrial, un 21% del sector servicios, un 4% del agrario y un 1% de la construcción.
P. El objetivo de inversión del Gobierno en I+D es del 2% del PIB en 2010. El CDTI es uno de los instrumentos del Ejecutivo para la política tecnológica. ¿Cómo pretenden conseguirlo?
R. Las últimas estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, de 2005, sitúan la inversión en I+D en el 1,13%. En cinco años confiamos en ser capaces de dar el salto hasta el 2%. En primer lugar, si la economía sigue creciendo a las tasas actuales, las empresas van a tener que invertir nominalmente bastante más de lo que crece el PIB. Por otra parte, confío en que la presión competitiva que mana del proceso de globalización convenza a las empresas de que el principal elemento de crecimiento de la competitividad a través del aumento de su productividad tiene que venir de la inversión en I+D. Además, el Gobierno ha puesto en marcha una serie de programas bajo el paraguas de Ingenio 2010 que están bastante bien definidos, y además con un respaldo presupuestario muy fuerte que debe contribuir a acompañar a las empresas y a los grupos de investigación a invertir más en esa área.
El programa Ingenio 2010 se lanzó en 2005, y a partir de 2006 será cuando se refleje en las estadísticas el salto que intuimos que ya se está produciendo.
P. ¿En qué se basa?
R. En la acogida de nuestros programas. Por ejemplo, en el programa de Consorcios Estratégicos Nacionales de Investigación Técnica (CENIT) ha sido tal la presentación de buenos proyectos al CDTI que en 2007 hemos casi duplicado la dotación del programa; de una sola convocatoria dotada con 200 millones en 2006, a dos este año por 380 millones.
P. Otro de los objetivos del Ejecutivo es llegar al 55% de la contribución privada en inversión en I+D en 2010. ¿En qué porcentaje se encuentra?
R. Ahora nos situamos entre el 47% y el 48% de financiación privada del esfuerzo total en I+D. Como primer paso queremos que en 2010 esa contribución alcance el 55%, pero con un objetivo a más largo plazo del 66%, lo que los expertos establecen como participación razonable del sector privado. Ése es, por ejemplo, el porcentaje de países como Estados Unidos. Con otras palabras, nos gustaría que cada euro que invierte el sector público tuviera una mayor capacidad de arrastre privado del que tiene ahora.
P. En el VI Programa Marco de la Unión Europea -el instrumento comunitario común para incentivar la investigación en los países miembros- el llamado retorno (el parámetro que compara qué aporta España al presupuesto comunitario y los fondos que regresan) cayó con respecto al quinto. ¿Por qué?
R. Bueno, caía en términos relativos del 6,6% al 6%. Pero en términos absolutos subía un 34%, hasta los 939 millones por la mayor dotación presupuestaria. Creo que el VI Programa Marco se adaptaba peor que el quinto a las características de las empresas españolas y también de los grupos de investigación.
P. ¿Se adapta mejor el séptimo que acaba de arrancar?
R. Sí. En primer lugar, hay una mayor orientación empresarial en la definición de las convocatorias. Segundo, este programa marco tiene unos procedimientos administrativos bastante más simples que la edición anterior. Y, por último, el nivel de madurez de nuestro país, de nuestra economía, de nuestras empresas, de nuestros grupos de investigación debe permitirnos competir por la financiación europea con mayores garantías.
P. Con respecto al VII Programa Marco. ¿La llegada a Europa de los nuevos socios afectará en alguna medida a España?
R. Creo que no, al revés. Me parece una oportunidad. Lo importante del Programa Marco no es la capacidad de fondos que logramos atraer, sino la oportunidad que representa para las empresas y los grupos de investigación de desarrollar una investigación y un desarrollo más excelente. Este programa te obliga, si quieres obtener financiación, a colaborar con países del entorno europeo. Si ahora en lugar de la Europa de los 15 tenemos una Europa con 25 socios, más los dos que han entrado a comienzos de año, Rumania y Bulgaria, lo que quiere decir es que todavía se abre más el abanico de oportunidades para nuestras empresas a la hora de asociarse con empresas de otros países y con investigadores de otros países.
P. ¿Y qué objetivos se han fijado en este Programa Marco?
R. El total del programa son aproximadamente 50.000 millones para el periodo 2007-2013, de los que alrededor del 90% son para actividades de I+D+i. El objetivo de España es conseguir alrededor de 1.500 millones en forma de retornos hasta 2010.
"La participación española en los aviones de Airbus debería superar el 15%"
La noticia saltó el pasado verano: Rusia aprovechaba la crisis del consorcio aeronáutico europeo EADS para comprar el 5% de su capital. De esta forma, el porcentaje ruso en el propietario de Airbus casi igualaba al español -anclado en el 5,5% a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, pese a la conocida intención de ampliarlo -. Este hecho, junto a la crisis del fabricante de aviones, ha sido visto en España como una amenaza para su industria aeronáutica y la carga de trabajo que llega procedente del gigante europeo. Airbus genera 3.100 puestos de trabajo en sus tres factorías españolas.De hecho, el pasado marzo se supo que Rusia iba a participar en el desarrollo del nuevo modelo de Airbus para competir con Boeing en los aviones medios de larga distancia, el A-350.El máximo responsable de Eurocopter y miembro del consejo de EADS, Lutz Berling, comentó el pasado enero en España que la presencia de capital ruso no es un problema para la industria aeronáutica española. Para Berling, la única amenaza para la industria española llegaría en caso de que la industria "no sea competitiva".Maurici Lucena, el director general del CDTI, escuchó estas palabras con optimismo. "Si nos referimos exclusivamente a Airbus, las empresas españolas alcanzaron un hito con la participación en el A-380, el gran avión que tiene que competir con el Boeing 747. El 10% que lograron nos parece un buen punto de partida de lo que debe ser la contribución de las empresas españolas a los nuevos modelos de avión"."Si lo que dijo el responsable de Eurocopter es verdad, que está por ver", añade Lucena, "creo que España no sólo debe participar con un 10%, sino que la participación española debería ser superior al 15%. Siempre que el reparto de la carga de trabajo de Airbus se haga con consideraciones estrictamente de competitividad empresarial. Ese guante, las empresas españolas y el Gobierno, como accionista de EADS con un 5,5%, lo cogemos encantados".
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