_
_
_
_

Feijóo acusa a Touriño de veranear en una casa a 25 metros del mar

El líder del PP vaticina una campaña "sucia" y rechaza "lecciones de ética" de los socialistas

El PP gallego desplegó ayer en Ourense sus propuestas de campaña con una estrategia definida: devolver hacia el PSdeG las denuncias sobre urbanismo. Los candidatos de las siete principales ciudades arroparon al verdadero protagonista pese a la asistencia del presidente nacional, Mariano Rajoy: un expresivo y mitinero Alberto Núñez Feijóo, quien acusó al presidente de la Xunta de veranear en una casa construida a sólo 25 metros del mar.

Feijóo se presentó como gallego de aldea -"somos más listos que los de ciudad", dijo- para desbaratar la vieja la pugna entre boinas y birretes. "Lo único que tenemos en la cabeza son buenas ideas", sentenció. El urbanismo fue el leit motiv del acto central de precampaña del PP celebrado en la única de las capitales de provincia en que gobierna. Los siete candidatos fueron desgranando genéricamente y por entregas las líneas generales del programa en un tono de moderación sólo roto por la singularidad del discurso del de Pontevedra, Telmo Martín. Éste cedió a la improvisación y caldeó el ambiente llevándose los vítores.

"Menos ideología y más sentido común", clamó en tono enardecido a modo de propuesta "para llevar a Mariano a Moncloa y a Feijóo a la Xunta", tras censurar la incapacidad de los alcaldes de la coalición entre BNG y PSdeG, "que no hacen nada porque llaman a Santiago y Madrid, en donde nadie hace nada".

La intervención del pontevedrés y los aplausos cosechados sólo encontraron parangón en la alcaldesa y candidata de Vigo, Corina Porro, quien cediendo también a la improvisación -advirtió que había olvidado las gafas- dejó claras sus facultades: "Hay que tener narices para hablar de crispación", censuró la alcaldesa, "porque por primera vez en la historia, Vigo está calmado".

Feijóo también se contagió con el candidatio de Pontevedra, quien llegó a decir: "Telmo, desde ahora ya no serás Martín, sino Sarkozy". Y por ese nombre se refirió a él en varias ocasiones. Pero el mensaje del presidente del PP giraba sobre urbanismo e iba dirigido al PSdeG. "Sé que estas elecciones van a ser sucias y que van a sustituir la legalidad por la sospecha", vaticinó, para centrarse en las acusaciones: "En Foz se concedieron 1.300 licencias en 60 minutos, ¡y con las normas de planeamiento suspendidas!", señaló antes de aludir al gobierno autonómico, del que destacó que uno de sus miembros "vive a 100 metros de la costa y el presidente veranea en una casa a 25 metros del mar". "Ahora entiendo", advirtió Feijóo, "por qué Touriño no quiere un debate sobre urbanismo conmigo". En cualquier caso, se mostró dispuesto a la conciliación: "Pacto de urbanismo sí, pero amenazas y lecciones de ética, ni una".

Emilio Pérez Touriño no tardó en contestarle. Lo hizo durante un acto celebrado en Ferrol, donde aseguró que la campaña de los socialistas y del BNG no será "sucia" como predijo Núñez Feijoó. El presidente afirmó que "el ruido, la confusión y el barullo" son rasgos más propios de la formación popular. "Al Partido Popular se le hincha la boca hablando de urbanismo porque quieren tapar las vergüenzas de todo lo que no hicieron en dieciséis años de gobierno", informa Lorena Bustabad.

Feijóo acusó también al presidente de la Xunta de manipulación informativa e ironizó sobre TVG: "Antes se le llamaba telegaita porque había Os Tonechos, Luar y Superpiñeiro, y ahora que hay Os Tonechos, Luar, Superpiñeiro y manipulación, se le llama teletorito". Mariano Rajoy cerró el acto con una intervención centrada en la descalificación al presidente del Gobierno y sin entrar en el análisis de la situación política de Galicia.

Una situación comprometida

El alcalde y aspirante a la alcaldía de Ourense, Enrique Nóvoa, pasó casi inadvertido en el acto de presentación de candidatos del PP gallego. Nóvoa hizo lo que pudo -hasta dar pequeños botes para animar al personal-, pero su escasa experiencia y la presencia en primera fila de su predecesor, Manuel Cabezas, eclipsaron su puesta de largo.

De hecho, si hubo una estrella orensana, ésa fue Cabezas. El ex regidor se levantó más de media docena de veces -tantas como fue citado por los oradores- para saludar y enviar besos al auditorio que le aclamaba. Frente a los piropos al ex regidor, Nóvoa afrontó con resignación que le colocaran un taburete de madera -utilizado antes por José Luis Baltar- para acercarlo al micrófono.

Los oradores no pudieron evitar la situación comprometida que se les planteaba al intentar vender Ourense como modelo de ciudad para Galicia. Cada vez que hacían la alusión, inevitablemente se referían a Cabezas, que entregó la alcaldía hace tres meses a Nóvoa, y se enredaban en circunloquios para poder atribuir también "logro" al que será candidato en las elecciones del próximo 27 de mayo.

Nóvoa se plegó al breve discurso escrito en el que hizo recuento de su trayectoria ascendente en el partido y en las diferentes concejalías que ostentó en el Ayuntamiento. Sólo tuvo un lapsus: se olvidó de citar la de Urbanismo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_