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El Santander se une al Royal Bank y a Fortis para pujar por ABN Amro

El holandés, valorado en 65.000 millones, está negociando su fusión con Barclays

Íñigo de Barrón

Si no puedes sólo, únete a tus competidores. El Royal Bank of Scotland (RBS), socio histórico del Santander, ha llamado al banco español y al grupo bancario asegurador belgaholandés Fortis para entrar en la puja por ABN Amro. Hasta ahora sólo Barclays negociaba con ABN para crear el segundo mayor banco británico. Con este movimiento, RBS entorpece una operación que le perjudica. La carta llega cuando ABN y Barclays todavía mantienen "negociaciones exclusivas" entre ellos. Esta modalidad de contraofertas por una entidad es nueva en el sector financiero.

Fred Goodwin, primer ejecutivo del RB S, envió ayer una carta a ABN Amro en la que le indicaba su interés por adquirir la entidad, pese a que está negociando su fusión amistosa con Barclays desde el mes pasado. Goodwin es un experto en ofertas difíciles, como demostró cuando se hizo con el National Westminster Bank, una entidad que tenía varios novios.

En aquella ocasión, también le ayudó el Santander a cerrar el acuerdo. Entonces, Emilio Botín sólo fue un socio financiero. Ahora buscan repartirse los diferentes negocios de ABN Amro. Los escoceses están interesados en el banco estadounidense La Salle, así como en la división de banca mayorista. El Santander, como ayer mismo recordó el vicepresidente Alfredo Sáenz, "sólo quiere comprar negocios que puedan encajar" en el grupo. Es decir, la banca minorista en Italia (Capitalia o Antonveneta) y en Latinoamérica (sobre todo Brasil, con el Banco Real). Fortis podría adquirir la red minorista en Holanda, donde ABN cuenta con unas 600 oficinas.

Hasta ahora Barclays pretendía presentar una oferta el 18 de abril por ABN que daría lugar al segundo mayor banco de Reino Unido, con una capitalización de mercado de 81.000 millones de libras (120.000 millones de euros). ABN Amro tiene un precio en bolsa de 64.262 millones de euros. La operación es de una gran magnitud, ya que el RBS es la segunda mayor entidad de la UE por capitalización bursátil y el Santander la tercera.

Santander, RBS y Fortis enviaron anoche un comunicado conjunto en el que explicaron que "confían" en "mantener conversaciones" con el grupo ABN Amro, "aunque no puede asegurarse que estas conversaciones culminen en una operación".

El interés por el grupo holandés encaja con las declaraciones de Sáenz, que ayer afirmó que el Santander está "atento a oportunidades de consolidación y de crecimiento no orgánico. Tenemos una posición envidiable y seguimos buscando oportunidades". No obstante, Sáenz, en su intervención en el XIV Encuentro Financiero organizado por Deloitte y ABC, condicionó las compras a que sean coherentes con "la estrategia del grupo y la disciplina financiera".

Para el consejero delegado, las adquisiciones deben "encajar como un zapato", de ahí que la compra de ABN, una entidad muy diferente del Santander, exige trocear sus negocios. El Santander también quiere que las adquisiciones "ofrezcan una rentabilidad por encima del coste de capital en unos años y tengan un impacto real en el beneficio".

Otro condicionante de la operación es la promesa de Emilio Botín, presidente del Santander, que aseguró a los mercados que "cualquier compra que se realice este año no supondrá una ampliación de capital superior al 5%". Ahora el grupo vale 86.000 millones, con lo que el 5% del capital valdría unos 4.500 millones. Sin embargo, el Santander cuenta con una participación industrial en Cepsa que podría vender, lo que le supondría varios miles de millones más, al margen de las emisiones que podría realizar para tener más músculo financiero.

Unas horas antes de que se conociera la carta, Sáenz, preguntado a la salida de las conferencias, por el posible interés del Santander en ABN Amro, se limitó a responder "no comment (sin comentarios)".

El interés de estos tres bancos llega sólo cuatro días después de que el gobernador del Banco de Holanda haya declarado que no bloquearía, de forma automática, cualquier operación sobre ABN que intentara trocear la entidad. Hasta entonces se contaba con ese veto. Eso sí, pidió que el plan sea analizado por el supervisor.

ABN quiere la fusión amistosa con Barclays, lo que supondría el mantenimiento de los principales ejecutivos holandeses en sus puestos. Sin embargo, sus fondos de inversión reaccionaron pidiendo a los gestores que buscaran otras ofertas más atractivas. El movimiento de ayer responde a esta llamada.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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