Viaje simulado por un agujero negro
L a nave de Andrew Hamilton se acerca a Sagitario A, un agujero negro en el centro de la Vía Láctea que tiene tres millones de veces la masa del Sol. Empieza a maniobrar cuidadosamente para ponerse en órbita y, a continuación, meterse sin miedo en su oscuro interior... "Vi que en las ecuaciones de Einstein había material para hacer una película", explica Hamilton, astrofísico británico y profesor en la Universidad de Colorado (EE UU), que ha convertido los agujeros negros en una fascinante experiencia visual que puede ser disfrutada por los visitantes que acuden a un planetario, o incluso por los espectadores televisivos.
Con ayuda de las matemáticas y la informática, Hamilton ha convertido en imágenes los cálculos de la teoría de la relatividad general de Einstein. De esta forma ha creado un simulador de vuelo que conduce al espectador hasta el filo de un agujero negro, le permite avistar lo que ocurre en él y, luego, en un viaje imaginario, lo introduce en su interior, para mirar qué ocurre allí y cómo se vería el resto del universo desde esa, hoy por hoy, imposible perspectiva.
Hamilton cree que Hollywood no entiende la riqueza visual de la ciencia
En el CosmoCaixa de Barcelona, Hamilton entusiasmó a una audiencia de 300 personas que llenaban el auditorio para escuchar una conferencia en la que mostró el funcionamiento de su simulador. La exhibición comienza con maniobras de acercamiento en las inmediaciones del agujero, hasta dejarse capturar por su órbita. En la parte inferior de la pantalla un mapa de puntos describe la posición relativa de la nave respecto al agujero en cada momento, y un reloj que muestra en tiempo real cuánto se tardaría en entrar en órbita... y en ser tragado por la enorme atracción gravitatoria.
Las imágenes permiten a Hamilton demostrar de forma gráfica que "el agujero negro se comporta como una cascada en la que, en lugar de agua, va cayendo el espacio". Las imágenes cambian en la gran pantalla repentinamente. Una intermitente luz rojo-anaranjada que ocupa toda la superficie: "Hemos caído en el agujero negro", exclama, "y nos hemos muerto, pero en el caso de que pudiéramos sobrevivir, algo físicamente imposible porque el agujero nos despedazaría, lo que veríamos son estas luces".
Hamilton insiste: "Todos los cálculos espacio-temporales e incluso todos los efectos especiales que he incluido para mostrar ejemplos (como el lanzamiento de sondas desde la nave en órbita al interior del agujero negro) los he hecho con las ecuaciones de la relatividad general".
Este científico de 55 años que se licenció en matemáticas y luego quiso "conectar con el universo real", pensó en la idea de convertir los agujeros negros en materia visual de divulgación cuando sus alumnos le pidieron más clases dedicadas a la teoría de la relatividad, hace ya 10 años. "A raíz de ese interés, quise que pudiesen ver la relatividad para que la entendieran mejor", recuerda. Y ahí aparecieron los agujeros negros: "En su interior son remolinos densos e inimaginablemente calientes", explica.
Así, Hamilton empezó a realizar pequeñas animaciones en las que mostraba con imágenes esquemáticas las diferentes fases de una aproximación a un agujero negro, las áreas que lo distinguen y los fenómenos que ocurren. Todo a partir de las teorías de Einstein y otros físicos como Karl Schwarzschild, cuya solución a las ecuaciones del anterior permitió definir el campo gravitatorio que rodea a un agujero negro.
También convertía en imágenes fenómenos que podrían ser factibles según la teoría de la relatividad, pero que no se producen en la práctica, como los llamados agujeros blancos, en los que el espacio se evade, como una cascada al revés, y los agujeros de gusano, que conectarían un agujero negro y un agujero blanco o, lo que es lo mismo, serían el corredor entre dos universos.
Sus ideas le llevan a ser crítico tanto con la industria cinematográfica de Hollywood, de la que opina que no entiende la riqueza visual que ofrece la ciencia, como con sus colegas científicos: "A veces me parece que llevan puestas orejeras", comenta. "Sólo se preocupan de escribir sus artículos en las revistas especializadas, que lee muy poca gente, olvidándose de que hay un mundo enorme ahí fuera".
El trabajo teórico para la filmación también ha influido en los intereses de Hamilton como investigador. Ahora estudia, con Pedro Pina Avelino (Universidad de Oporto), las características del interior de los agujeros negros y adelanta su convencimiento de que "allí se producen fenómenos más violentos y turbulentos de lo que hasta ahora pensamos, y se crean vastas cantidades de materia y energía". No descarta la posibilidad de que "quizás se creen nuevos universos en el interior de un agujero negro".
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