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Alborch revisará los proyectos de la marina, el Mestalla y el Parque Central

La candidata socialista advierte de que los desequilibrios de Valencia "comprometen su futuro"

Las grandes operaciones urbanísticas pendientes de la ciudad de Valencia como los nuevos estadios del Valencia y el Levante, el Parque Central o la marina tienen que someterse a los criterios de sostenibilidad, eficiencia y servicio público. Así lo expuso la candidata socialista al Ayuntamiento de Valencia, Carmen Alborch, en un acto en el que presentó su filosofía de ciudad y anunció que reconsiderará todos estos proyectos. Alborch criticó los "grandes desequilibrios" que padece Valencia, una situación que "compromete su presente y sus oportunidades de futuro".

Después de haberse recorrido los barrios de la ciudad de Valencia a lo largo de las últimas semanas, la candidata socialista a la alcaldía presentó ayer su diagnóstico en la jornada Políticas públicas para las ciudades del siglo XXI: el caso de Valencia celebrada ayer en la sede de CC OO junto al catedrático de Geografía de la Universitat de València, Joan Romero, y Marina Subirats, socióloga y ex concejal de Educación del Ayuntamiento de Barcelona.

El escenario que describió ayer Carmen Alborch es el de una ciudad con dos caras muy diferentes. Por un lado está su proyección exterior. Por otro, sus flaquezas en competitividad y su cohesión social, lejos del brillo de la imagen internacional que refleja. "Valencia tiene que encarar el siglo XXI mirando hacia fuera, pero también hacia dentro, a quienes vivimos en ella". Para ello, Carmen Alborch desveló algunas de las cartas que guarda su programa electoral.

Un ejemplo que puso la ex ministra de Cultura de las tensiones que sufre la ciudad es la situación de la vivienda. "Están desocupados casi un 18% de los pisos, unos 65.000". Pese a ello, "30.000 personas se han visto obligadas a acudir al cinturón metropolitano porque no podían pagar una en la ciudad". Paliar esta situación -la de los "pelotazos urbanísticos"- "será una de nuestras prioridades", dijo. Una de las medidas proyectadas consistirá en replantear las grandes operaciones impulsadas por el Gobierno municipal de Rita Barberá como las recalificaciones ligadas a la construcción de nuevos estadios para el Valencia o el Levante, la marina o el Parque Central. El nuevo criterio que guiará estos proyectos será "la sostenibilidad".

En esta línea, frente a la "política del ladrillo y los grandes eventos" o el "colapso circulatorio", abogó por recuperar espacios públicos para la ciudadanía: liberar las calles de coches, fomentar el transporte público o la bicicleta. Alborch se refirió a la necesidad de tener una ciudad más verde si se quiere hacer más habitable. Y aludió al papel municipal en las políticas sociales frente a la actual situación de programas como la atención de los mayores, la tele-asistencia o el servicio de ayuda a domicilio.

Alborch insistió en la idea que ha repetido las últimas semanas de gobernar no sólo por y para las personas, sino con las personas. Y apeló a la necesidad de recurrir a un modelo de democracia participativa y de transparencia.

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Joan Romero, Carmen Alborch, Joan Sifre y Marina Subirats, ayer en Valencia.
Joan Romero, Carmen Alborch, Joan Sifre y Marina Subirats, ayer en Valencia.SANTIAGO CARREGUÍ

Las 'Valencias' ignoradas

"¿Qué puede hacer la izquierda política frente a los retos a los que se enfrenta la ciudad de Valencia?", se preguntó ayer el catedrático de Geografía Joan Romero para servir en bandeja la respuesta: "Atender de forma decente a las Valencias ignoradas y menystingudes ". La Valencia de escaparate ha tenido una atención suficiente para Romero. Hace falta centrar el foco en las Valencias precarias, "32 barrios de los 82", la multiétnica, la del valenciano, la de los jóvenes, los mayores, la del trabajo, del diálogo y la de la cultura.

Otras de las recetas que planteó fue dejar atrás la "pirotecnia política", "la combinación espectáculo-especulación" y el "victimismo-populismo", además de atender a las señales que llegan de Europa como la sostenibilidad o las nuevas formas de gobierno democrático. Y como retos: atender a los problemas de vivienda, la integración de los inmigrantes -"es muy fácil levantar muros", advirtió- o los problemas que suscitan las nuevas infraestructuras como el futuro del puerto o los impactos de las nuevas rondas.

Marina Subirats, ex concejal de Educación del Ayuntamiento de Barcelona, aludió a la falta de competencias municipales en la educación. La socióloga enlazó esta cuestión con la necesidad de contar con una red de centros municipales "que no sean lugares donde dejar simplemente a los bebés sino escuelas de primera infancia", y recordó los pasos atrás dados por Valencia en el desmantelamiento de la red que tenía para atender a los menores.

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