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El gobierno local denuncia que ha sido llevado a un "callejón sin salida" en relación con el plan general

El gobierno local de Vigo se encuentra en un "callejón sin salida" en relación con el plan general de urbanismo y la aplicación de las correcciones reclamadas por la Consellería de Política Territorial para su aprobación, según informó ayer José Manuel Figueroa, concejal de Urbanismo y portavoz municipal. "Nos están tomando el pelo: a los técnicos, al gobierno y a la alcaldesa, y a toda la ciudad de Vigo. No se pueden decir tantas cosas contradictorias en tan poco tiempo y queremos saber qué salida tenemos", señaló.

El penúltimo episodio en la tramitación de las correcciones indicadas por Política Territorial en el plan de urbanismo vigués fue, la semana pasada, la devolución al Ayuntamiento desde la Dirección Xeral de Urbanismo del documento corregido que se le había enviado desde Vigo. La titular de Política Territorial, María José Caride, justificó esa actuación por cuanto la Xunta sólo puede pronunciarse sobre el documento aprobado por el pleno municipal, y a día de hoy los grupos políticos ni siquiera conocen el documento renovado.

Figueroa se quejaba ayer de la falta de cortesía de la conselleira "por no dar alguna explicación, por escrito o verbal, directa y no a través de los medios de comunicación" en relación con la devolución a Vigo del documento. La explicación estaba dada, según fuentes de la consellería, en una carta que salió por registro y que ayer mismo enviaron por fax al ayuntamiento (donde probablemente fue recibida en el momento en que Figueroa comparecía ante los periodistas).

Figueroa recordó que el gerente de Urbanismo, Xabier Rivas, envió el plan corregido "tal como se acordó" al director xeral de Urbanismo, Ramón Lueje, solicitándole una nueva reunión de la comisión técnica de seguimiento para repasar los últimos detalles y, así, presentar el documento cerrado del plan a los grupos políticos municipales, de modo que pudiera fijarse fecha para el pleno que debe aprobarlo antes de remitirlo nuevamente a la Xunta.

A la falta de cortesía institucional de la consellería se añadirían ahora, según Figueroa, otras declaraciones de Caride publicadas ayer, en las que advierte de que el plan no debe ir a pleno sin la evaluación de la Consellería de Medio Ambiente. "Cuando salvamos una valla, nos encontramos con otro obstáculo mayor", señaló Figueroa, que lo atribuyó al "boicot y cruzada contra esta ciudad y su gobierno".

A su juicio, "los procedimientos y el método de trabajo" acordados en su momento para abordar las correcciones del plan general "están ya rotos, aunque nosotros seguimos ateniéndonos y cumpliendo nuestro compromiso".

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En estos momentos, según él, la situación del gobierno municipal es de "indefensión absoluta, sin capacidad de maniobra". Frente a lo cual caben tres opciones: remitir a la Xunta el plan tal y como está, con las modificaciones realizadas en las últimas semanas; enviar el plan aprobado en mayo de 2006, "o no enviar ninguno".

Caride insistió ayer en que los populares vigueses parecen más preocupados por aprobar el plan antes de las elecciones que por su legalidad.

Xabier Toba, del BNG, insistió en esa idea al subrayar que lo importante no son los plazos -que el PP quiera el plan antes de las elecciones y que el PSOE, después-, sino el contenido del documento, y Manoel Soto, del PG, ya anunció que votará en contra "porque unos y otros están jugando con Vigo".

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