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Juan Vida abre "los cajones de su estudio" en una muestra retrospectiva

La exposición recopila unos 200 dibujos realizados en tres décadas

Algunos de los cuadernos más íntimos del pintor granadino Juan Vida permanecen expuestos desde el pasado viernes en una muestra titulada La línea más corta entre dos puntos. Los dibujos, que en su mayoría no habían sido concebidos para ser mostrados en público, abarcan más de 30 años de creación y, según el autor, pertenecen "a un cajón de mi estudio, y en algunos casos, a otros cajones mucho más íntimos".

La exposición, que podrá ser visitada hasta el 17 de junio en el palacio de los Condes de Gabia, presenta una cuidada selección del trabajo más íntimo de Juan Vida (Granada, 1955). Se trata de una muestra retrospectiva, pero centrada en su producción gráfica.

Juan Vida ha dado siempre gran importancia al dibujo y nunca ha abandonado la costumbre de llevar cuadernos de apuntes del natural, estudios y análisis formales que muchas veces desembocan en pinturas, aunque no siempre. En La línea más corta entre dos puntos, muestra como ha cambiado su trazo al igual que han ido cambiando de ubicación sus estudios.

La muestra reúne unas 200 piezas procedentes en su inmensa mayoría del taller del pintor, y organizadas en función de los temas tratados (básicamente paisajes, desnudos, retratos, algunas suites como la del Cuaderno Polaroid y otros papeles sueltos). La mayor parte de las obras nunca han sido expuestas ni publicadas, lo que añade un interés suplementario al proyecto, que deviene casi en la intrahistoria de una trayectoria profesional consolidada. En palabras de Luis García Montero, el pintor "siempre ha dibujado con un milagro en la mano". Para el poeta granadino, los dibujos expuestos despiertan muchos recuerdos de otro tiempo. "Ver pintar a Juan, descubrir los dibujos en los que iba tramando un giro, un nuevo ciclo, asistir a las sucesivas indagaciones de su obra en marcha, suponía para mí no sólo una consecuencia de la amistad íntima, sino un ejercicio de aprendizaje y de identificación estética", señaló.

No fue García Montero el único amigo que acudió a la inauguración. Miguel Ríos, Andrés Soria, Mariano Maresca o Enrique Moratalla también desfilaron y dejaron diferentes palabras de elogio. En opinión de Maresca, la exposición debe de ser entendida como "una inmersión", ya que bajo la pintura de Juan Vida "hay un dominio entusiasmado del dibujo que ahora, mostrado de esta forma tan directa, se refleja como una lengua vernácula".

La relación de Juan Vida con la literatura en una ciudad en la que la poesía tiene un importante protagonismo, ha creado en torno a su imagen la idea de que se trata de un pintor literario. Sin embargo, el propio Vida matiza que se considera un creador que "tiene la necesidad de que su pintura cuente historias, pero siempre desde la propia pintura".

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Sus dos últimas muestras, Vida y milagros, en la madrileña galería del Almirante, y La estrella de oriente, en la galería Sandunga de Granada, han dado buena cuenta de la madurez artística del pintor, capaz de navegar por la figuración con un trazo impecable y de profundizar en el sentido de los colores y las formas para provocar emociones.

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