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Reportaje:

El teatro toma la calle

Miles de personas acuden a los 81 espectáculos de la 'Noche de los Teatros'

Francesco Manetto

"¿Cuándo nació Bertolt Brecht?". No es exactamente una pregunta que se suele escuchar a menudo en los bares de Madrid. Ayer por la tarde, sin embargo, un grupo de siete amigos ponía a prueba su cultura teatral mientras esperaba para asistir a una función. Y es que, de las cinco de la tarde a la una de la madrugada, los amantes del dramaturgo alemán y miles de aficionados al teatro empezaron a vivir su propia fiesta.

"A la gente le gustan estas iniciativas, pero faltan infraestructuras", dice la profesora Garre

Las calles y las plazas de la capital tampoco son anfiteatros, pero ayer se convirtieron en decenas de escenarios improvisados de la primera Noche de los Teatros. Como la calle de Paz, enfrente del teatro Albéniz. A las cinco, un centenar de personas aguardaba en riguroso silencio

la actuación del Premio Nacional de danza Chevi Muraday. Alberto Almazán y Alejandro García, de 25 y 19 años, estudiantes de danza en el conservatorio, no tenían dudas: "Es una ocasión estupenda. Hemos venido porque no es muy común que haya un espectáculo de este artista, además gratis. Me gusta su forma de trabajar, poco convencional", apuntaba Alberto minutos antes de que el fundador de la compañía Losdedae empezara el espectáculo.

Al tiempo, en otro escenario, el actor catalán Josep María Pou vivía el reencuentro con las aulas en las que se formó hace 40 años. Desde la de la Real Escuela de Arte Dramático (RESAD) dio la salida al maratón teatral con un pregón en el que invitaba al público a convertirse en actores de la fiesta. Y que, por una noche, "estemos todos como una cabra", sugirió. Y, efectivamente, como una cabra pretendían estar algunos de los actores que, hasta las ocho, representaban, junto al Museo de arte contemporáneo Reina Sofía, sus respectivas obras. Allí, tres pequeños contenedores industriales se convirtieron en especies de teatros "cara a cara" en los que experimentar sensaciones táctiles, presenciar bailes y sesiones de pinchadiscos. También muy concentrados, pero con un toque más clásico, se presentaban siete actores del tercer curso de interpretación gestual de la RESAD. Una hora antes de representar El niño y los sortilegios (ópera corta de Ravel compuesta para un libreto de Colette en 1925), Alejandro Herrán Luna, de 21 años, Regina Ferrando, de 26, y Laura Presa, de 23, cuentan que llevan cuatro meses preparando la obra. Algunos temen un poco por su futuro profesional: "Las salidas profesionales me parecen muy negras, aunque creo que sí hay público y demanda de actuaciones teatrales. Iniciativas gratuitas como ésta me parecen una gran oportunidad, sobre todo porque los espectáculos normalmente no son accesibles a los más jóvenes", comenta Alejandro. Junto a ellos, Sol Garre, profesora de interpretación gestual, confía, en cambio, en que sus alumnos llegarán a trabajar como actores. "Ante todo hace falta preparación, entrenamiento físico y mucha concentración. De todas formas, creo que hay mucha gente que va al teatro y suele apreciar este tipo de iniciativas, aunque hace falta más infraestructuras y organización".

Mientras centenares de personas acudían a espectáculos gratuitos en el centro, otros cientos de madrileños y turistas aprovecharon la velada también para asistir a obras ahora programadas en teatros de la capital. Es el caso de Carmen Díez, Marta Martínez y Silvia Fariñas, que a las ocho de la tarde salían del Teatro Español, en la plaza de Santa Ana, después de la representación de En Casa/En Kabul (montaje de Mario Gas a partir de una polémica obra del autor estadounidense Tony Kushner). "Ha sido una representación complicada, sin duda comprometida. De todas formas no vamos al teatro tanto como nos gustaría o deberíamos", explica Díez. "Hace unos años era mucho más sencillo y barato ir a una función". Desde luego, nada costaron a los asistentes las multitudinarias actuaciones que tomaron las calles del barrio de Chueca a partir de las siete de la tarde. La compañía Dani Pannullo animó al personal congregado en la plaza Vázquez de Mella con su reinterpretación de las canciones del cabaré berlinés de los años treinta en versión hip hop; la compañía de Carlos Chamorro ofreció una actuación de flamenco contemporáneo, mientras que las bailarinas Vero Condoya y Guille Vidal fusionaron danza contemporánea y música hip hop. Ya por la noche, mientras centenares de personas presenciaban en la plaza de Chueca una interpretación de La muerte del cisne por la bailarina Lola Jiménez, en otro escenario se preparaban a actuar dos actores muy especiales. Y es que el consejero de Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid, Santiago Fisas, y Fernando Marín, coordinador de Izquierda Unida de Madrid, representaron algunas grandes escenas del teatro español contemporáneo, desde la Electra de Pérez Galdós, en la Real Fábrica de Tapices. De la política al teatro. Justo lo contrario que Bertolt Brecht, que iba del teatro a la política.

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Por cierto, ¿cuándo nació? En 1898.

El grupo de Vero Cendoya interpreta la obra <i>18-28</i> en la plaza de Vázquez de Mella.
El grupo de Vero Cendoya interpreta la obra 18-28 en la plaza de Vázquez de Mella.F. M / EFE

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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