Buenas palabras
La inversión continúa arrugándose ante una situación económica confusa y con visos de empeorar a medio plazo, al menos en Estados Unidos. Analistas e inversores esperaban algo nuevo de la comparecencia del presidente de la Reserva Federal, pero se encontraron ante el reconocimiento tácito de una crisis para la que no hay plazos ni soluciones. El crecimiento es moderado, hay riesgo inmobiliario, pero "este año" no habrá recesión, al tiempo que las alusiones a la política monetaria se quedaron en admitir que la inflación subyacente está alta.
La respuesta de la Bolsa de Nueva York fue un nuevo recorte que hace peligrar los niveles de soporte y que pone en una situación difícil a los mercados de valores europeos.
El Ibex 35 terminó la sesión con un descenso del 0,37% y ligeramente por encima del soporte de los 14.450 puntos, aunque los analistas no parecen muy preocupados por estos vaivenes, que siguen considerando como la causa y la consecuencia del amplio movimiento lateral en que se encuentran inmersos los mercados.
La situación en torno a Endesa forma parte de todas las conversaciones, con la lógica división de opiniones, pero ayer los últimos vaivenes del Banco SCH tomaron el relevo, sobre todo cuando se les relaciona con las declaraciones de un directivo sobre los primeros síntomas de impuntualidad en el pago de las hipotecas que está registrando la entidad, seguramente no la única, pero sí la primera en admitir esta delicada cuestión.
En la eurozona también hubo motivos de preocupación por el crecimiento del 10% de la masa monetaria, activos en manos del público y algunos depósitos a corto plazo, en febrero y por el crecimiento del precio del petróleo por encima de los 66 dólares el barril, dos datos a tener en cuenta por parte del BCE para fijar su política monetaria en los próximos meses.
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