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La batalla eléctrica

La SEPI rechaza acudir a la OPA de E.ON, que ya sólo podrá aspirar al 41% de Endesa

Ninguno de los cuatro primeros accionistas de la eléctrica acepta la operación en curso

Ni Enel, ni Acciona, ni Caja Madrid, ni la SEPI. Ninguno de los cuatro grandes accionistas de Endesa aceptará la oferta pública de adquisición (OPA) de la alemana E.ON, si bien la caja de ahorros ha firmado un contrato especial para acabar entregándole su 10%. Durante el periodo de oferta pública, que acaba el martes 3 de abril en España y el viernes 6 en Estados Unidos, E.ON sólo podrá aspirar a un máximo teórico del 41%, aunque se espera una respuesta mucho menor. Ayer fue la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales la que dio su no oficial a la OPA alemana.

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La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ya había anunciado que sería la última en pronunciarse y que seguramente haría lo mismo que la mayoría del capital. Así ha sido. Ya está claro que Enel (24,97%) y Acciona (21,04%) no sólo no aceptan la oferta pública de adquisición (OPA) de E.ON, sino que planean lanzar otra a precio superior. Caja Madrid, por su parte, ha firmado un pacto para entregar su 10% a E.ON, pero formalmente no acepta la OPA alemana, sino una operación a medida que incluye el cobro de comisiones e intereses y puede permitir a la caja ingresar por todos los conceptos unos 44 euros por cada acción de Endesa en dos años.

Borrado para la OPA un 56% del capital, el 2,95% de la SEPI se suma a ese rechazo mayoritario. Queda otro 41% en manos de fondos y pequeños accionistas al que en la práctica se dirige la oferta alemana. El gran problema es que, tras la promesa de OPA de Enel y Acciona, Endesa cotiza por encima de los 40 euros que ofrece E.ON, con lo cual sale más rentable vender en el mercado que aceptar la oferta.

La alemana ya está dispuesta a renunciar a la condición de lograr el 50,01% del capital, de modo que el paquete de la SEPI es importante no tanto para el éxito o el fracaso de la OPA como para el juego de fuerzas posterior en la junta de accionistas.

Si finalmente, de acuerdo con el límite máximo por accionista, tuvieran un 10% de voto los cuatro principales protagonistas de la batalla (E.ON, Caja Madrid, Acciona y Enel), la situación previsible sería de un empate a 20%. A falta de nuevo actores, el papel de árbitro lo jugarían previsiblemente el Consejo de Administración (con el voto delegado que consiga) y la propia SEPI, con su 2,95%.

La mayoría en la junta será decisiva para cuestiones como la elección de consejeros, el cambio de estatuto y, en última instancia, el control de la eléctrica.

En el Ministerio de Industria, del que depende la SEPI, la oferta alemana no ha sido nunca vista con simpatía. La SEPI no dio explicaciones sobre su decisión, y sólo dijo que se había tomado por unanimidad de su consejo en la tarde de ayer. La venta del 2,95% está prevista para este año, de modo que las alternativas son la venta en el mercado o esperar a la oferta posterior a un precio más alto de Enel y Acciona.

Ayer, el ministro de Industria, Joan Clos, en una entrevista con Servimedia, dijo que la partición de la eléctrica Endesa sería una "pena" y una cuestión "problemática", pero, según sus palabras, el Gobierno no podría impedir que sucediera algo así. Clos añadió en esa misma entrevista que "la partición de Endesa, dada su historia, el papel estratégico que ha jugado en el pasado y las inversiones que tiene Endesa en activos que se amortizan a muy largo plazo, es problemática". Para Clos, Endesa "se ha hecho con las tarifas públicas del país durante mucho tiempo", y por ello sería casi "una injusticia".

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