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Reportaje:

Cañas, la horma de Federer

El argentino derrota por segunda vez en 15 días al 'número uno' y espera a Robredo en los cuartos del torneo de tenis de Miami

Maradona, Vilas y Gladiator. Dos biografías y una película cuentan la historia de Guillermo Cañas, sancionado durante 15 meses por dopaje y dueño desde su vuelta a las pistas del récord más imposible del tenis del siglo XXI: ha derrotado a Roger Federer, el número uno, Mr. Perfecto como le llaman en el circuito, dos veces en 15 días. Sólo Rafael Nadal se ha acercado a algo semejante. Sólo el español y el británico Murray derrotaron al suizo en 2006. De ahí, que en Argentina hayan cambiado el apodo a Cañas, que se enfrentará en los cuartos de final del torneo de Miami a Tommy Robredo. Ya no es sólo Willy. Ahora es El Revolucionario.

Cuando ganó a Federer en Indian Wells, dos semanas atrás, Cañas esperó ansioso la llegada del correo. Aguardaba, según admitió entre bromas, una tarjeta, un telegrama, de su ídolo de juventud: con su triunfo había conseguido que Guillermo Vilas conservara su récord de 46 victorias consecutivas. Después de volver a ganar a Federer en la madrugada española de ayer, ya no esperó nada. Se quedó sin palabras. Y entonces hablaron los periodistas. Hubo quien le recordó que su película favorita es Gladiator. Y que él es como el protagonista: un luchador incansable, un tenista que ha superado dos operaciones de muñeca, el desprecio de los organizadores de los torneos ante su positivo y la fatiga de las rondas previas para ganar a Federer. Y Cañas se sonrió. Y volvió a decir, como el día de su primera victoria sobre el helvético, cuando su madre le telefoneó en mitad de la rueda de prensa, que no lo entiende: "Es una sorpresa, de verdad. No sé cuál es mi secreto. Para mí, es un sueño. La verdad es que no sé cómo lo hago".

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Cañas, como sus ídolos, tiene una cara exhibicionista: "Me encanta jugar en la pistaentral contra el número uno. He mejorado mentalmente. Tengo suerte", admite. No siempre la tuvo. Cuando fue suspendido por ingerir HTC, un diurético prohibido, se convirtió en un apestado. Peor. Que Cañas entrara a un torneo estaba prohibido: "Fue en el Open de Estados Unidos de 2005", recordaba estos días; "no pude entrar y fue duro porque estaba en la puerta. Me sentí como una mierda". Cañas tenía su entrada. Acudía para ver como un espectador más un partido de su novia. Fue reconocido y declarado persona no grata. "Sí, pero he vuelto muy motivado, con mucha energía. Tengo mucha confianza en mi juego. Eso sí, me hizo más feliz que ganar a Federer la victoria de 1986 [cuando Argentina ganó el Mundial de fútbol]".

Willy, El Revolucionario, que busca acercarse al número ocho mundial, su mejor puesto de siempre, se siente maravillado desde que era niño por aquel equipo campeón y por Maradona. "Le conocí con ocho años. Fui a entrenarme y él estaba jugando al fútbol en el club. Fue increíble. ¡Conocer a un jugador tan increíble, a un futbolista tan famoso!". La fascinación de Cañas por el fútbol une a todos los argentinos del circuito. Se les puede ver compartir sofá mientras disfrutan de los derbies entre Boca y River. Al larguirucho Juan Martín del Potro también le interesan esos resultados. Desde el martes, ya no los sigue en el club de tenis de Cayo Vizcaíno: Nadal le ganó (6-0 y 6-4) y se clasificó para los cuartos de final, en los que se enfrentará al serbio Djokovic, al que derrotó en la final de Indian Wells.

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