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Los bodegones de la colección Naseiro recalan en el MNAC

"El bodegón es un género urbano, surgido de las exigencias de una nueva sociedad burguesa, distinta de la aristocracia renacentista. Sin embargo, la producción española, a diferencia de la flamenca e italiana, estaba prácticamente ausente de las colecciones reales", explicó ayer Javier Portús, jefe del departamento de Pintura Barroca Española del Museo del Prado y comisario, junto con Margarita Cuyàs, de la exposición Naturalezas muertas. De Sánchez Cotán a Goya. A propósito de la colección Naseiro adquirida para al Prado, abierta hasta el 24 de junio en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).

Hace un año, el Prado recibió por dación (pago de impuestos) del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), 40 pinturas elegidas entre el centenar que conforman la principal colección de bodegones españoles en manos privadas, reunida a lo largo de 25 años por Rosendo Naseiro, importante coleccionista que fue más conocido como ex tesorero del Partido Popular. La adquisición, valorada en 24 millones de euros, fue determinante para llenar las lagunas del museo madrileño y dotarlo de algunas de las obras maestras del género. Antes de ocupar sus puestos definitivos en las salas del Prado, las piezas se presentan ahora en el MNAC en una selección que se completa respecto a la presentada en Madrid con seis pinturas del Prado- incluido el célebre Bodegón de caza, hortalizas y fruta (1602) de Juan Sánchez Cotán que abre el recorrido- y 14 piezas del MNAC, 12 de las cuales proceden de colecciones privadas,

Las flores son las grandes protagonistas de un recorrido cronológico y tipológico que pone de manifiesto el carácter más austero -casi conceptual- de la naturaleza muerta española, comparada con la abigarrada pintura flamenca. Tal como ilustran las piezas de Juan van der Hamen y Juan Fernández El Labrador, los artistas españoles miran la pintura naturalista, "proyectando el motivo sobre un fondo oscuro y modelándolo a golpes de luz", señaló Portús, quien destacó la exquisitez de las piezas de pequeño formato, realizadas del natural y a menudo usadas como modelo para composiciones más complejas.

Hasta el 10 de abril no se incorporarán a la selección dos de las obras maestras, que actualmente se exhiben en el Museo Guggenheim de Nueva York. Se trata de Bodegón con pavo muerto, de Goya, que cierra el recorrido, y de Bodegón con cacharros de Zurbarán, perteneciente al Legado Cambó del MNAC, que se añade a las cinco telas del pintor que ya se exponen. "Esta obra es otra versión de la que Cambó donó al Prado en 1941 y que, junto con una exposición realizada por Julio Cavestany en 1936, contribuyó a revalorizar este género, aseguró Portús.

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