"Las empresas deben cambiar la organización del trabajo"
Ian Brinkley dirige el plan de trabajo sobre la economía del conocimiento de la Work Foundation, una organización británica sin ánimo de lucro dedicada a impulsar la colaboración entre los agentes económicos para fomentar el crecimiento y la calidad del trabajo.
Pregunta. ¿Cómo define la economía del conocimiento?
Respuesta. Las economías del conocimiento son aquellas en las que la capacidad para generar y sacar provecho del conocimiento es la base para innovar y competir, en lugar de explotar los recursos naturales, el capital físico o la mano de obra poco cualificada. Las economías del conocimiento combinan potentes computadoras y mentes bien formadas para aprovechar el aspecto diferenciador del conocimiento: que no se gasta con el uso.
P. ¿Qué medidas deberían tomar los Gobiernos europeos para ganar competitividad en la economía del conocimiento?
R. Hay tres prioridades. Primero, invertir más en conocimiento, tal y como lo define la OCDE: I+D, educación superior y tecnologías de la información y la comunicación. Buena parte de la UE va por detrás de las economías de América del Norte, Asia y los países nórdicos en cuanto a inversión en conocimiento. En segundo lugar, poner en práctica las recomendaciones del reciente informe Aho [sobre los desafíos de la globalización, encargado por la UE al ex primer ministro de Finlandia Esko Aho], que recomienda aumentar las inversiones en infraestructuras de investigación y crear mercados abiertos a la innovación de ámbito europeo. Y en tercer lugar, acelerar la difusión de las nuevas tecnologías en todas las industrias mediante el derribo de barreras y la eliminación de limitaciones a su desarrollo.
P. ¿Y qué pueden hacer las empresas?
R. Las empresas deben invertir no sólo en tecnología, que es algo fácil, sino hacer los cambios necesarios en la organización del trabajo para sacarle el mayor partido a esa tecnología. Esto último es mucho más difícil de conseguir. Las compañías deben establecer vínculos con universidades y grandes bibliotecas para tener acceso y aprovechar la gran cantidad de flujos de información y conocimiento. Y necesitan ser receptivas y estimular la innovación en todas sus formas, desde la progresiva a la radical, desde el proceso al producto.
P. ¿Van EE UU, China e India por delante de Europa en su adaptación a los cambios?
R. EE UU va por delante de la Unión Europea en algunos aspectos, como lo demuestra su ritmo más rápido de progreso tecnológico e inversión en educación universitaria. Nuestros cálculos indican que la economía del conocimiento tiene el mismo tamaño en EE UU y en Europa, y que ambas han crecido al mismo ritmo. Pero mientras EE UU ha sido recompensado con crecimientos de la productividad y de la economía más rápidos, hay pocas señales de que esté sucediendo lo mismo en Europa.
Los análisis más optimistas indican que mientras EE UU va en cabeza, la costumbre europea de ponerse a su altura se repetirá en la próxima década. Los análisis más pesimistas sugieren que puede haber un problema más importante asociado a debilidades y rigideces estructurales. Yo me inclino por la interpretación más optimista, pero sólo el tiempo lo dirá. China e India están muy por detrás de cualquier economía de la OCDE y, excepto en algunas áreas especializadas, tardarán muchos años en desarrollar economías basadas en el conocimiento.
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